La cascada de deserciones de las multinacionales en Rusia acelera a medida que los ataques de Vladímir Putin se recrudecen en la guerra con Ucrania. Las marcas más conocidas a nivel mundial, desde Apple a los restaurantes de MacDonald's han suspendido sus actividad en el país como represalia por la invasión. Pese a ello, algunas compañías reman a contracorriente y mantienen su actividad en el país. Algunas de las más potentes son las tecnológicas chinas, como Huawei, Xiaomi o Lenovo, y algunos grupos de alimentación, como Danone, Nestlé, Mondelez, Burger King o Carlsberg. Los bancos de inversión estadounidenses, a excepción de Goldman Sachs, mantienen su presencia en Rusia, aunque su negocio es limitado. El único que destaca es Citigroup, que tiene hasta 3.000 empleados y 9.800 millones en préstamos, activos y capital riesgo.
Si lo rusos esperaban a principios de los 90 las aperturas de nuevas marcas internacionales, ahora asisten cada semana a nuevas restricciones de consumo. En 2022 los rusos están viviendo algo así como una perestrokica 'al revés'.
Las que no se amilanan, mantienen su compromiso con Rusia. Es el caso de Danone. Antoine de Saint-Affrique, consejero delegado, ha defendido este martes la posición de la compañía pese al éxodo del resto de empresas occidentales y ha descartado la venta de cualquiera de los tres principales negocios globales del grupo de alimentación galo
"Tenemos una responsabilidad con las personas a las que alimentamos, los agricultores que nos proporcionan leche y las decenas de miles de personas que dependen de nosotros", ha señalado Saint-Affrique en declaraciones a 'Financial Times'.
En este sentido, el ejecutivo ha apuntado la facilidad de dejarse llevar por el "pensamiento blanco o negro y las posiciones demagógicas", añadiendo que al final la reputación trata del comportamiento.
La multinacional francesa, el mayor fabricante mundial de yogures, tiene alrededor de 8.000 empleados en más de una docena de centros de producción en Rusia, donde la mayoría de sus ingresos proviene de las ventas de lácteos y yogures y su marca más popular es la local Prostokvashino.
El grupo francés de alimentación ha expresado este martes su confianza en incrementar sus ventas comparables entre un 3% y un 5% anual hasta 2024, mientras que espera que sus ingresos operativos recurrentes crecerán a un ritmo mayor, según el nuevo plan estratégico de la compañía.
Otros grupos de alimentación, como Nestlé y Mondelez también han tomado la decisión de seguir suministrando productos esenciales para la población. A pesar de ello, han anunciado este miércoles que paralizarán las nuevas inversiones en Rusia.
Es la misma táctica que van a seguir sociedades tabacaleras como Philip Morris, que continuará operando pero reducirá su volumen de fabricación. También British American Tobacco seguirá el mismo camino y ha explicado que su negocio seguirá en Rusia, aunque sus inversiones de capital quedarán paralizadas de momento.
La empresa de cervezas Carlsberg ha anunciado que suspenderá la fabricación en Rusia, pero mantendrá la producción de su marca rusa, Baltika.
Importantes grupos de tecnología, como la chinas Xiaomi, Huawei o Lenovo, tampoco han manifestado, de momento, su intención de dejar de operar en el país. Estas compañías se han hecho un hueco muy importante en el mercado ruso y Pekín se ha mostrado en contra de las sanciones contra Rusia.
Burger King, la gran excepción
La cadena de comida rápida no ha seguido el ejemplo de otros emblemas del capitalismo americano, como MacDonald's o Starbucks, y mantiene su determinación de seguir con sus locales abiertos en Rusia. La empresa ha señalado que todos los beneficios que obtenga de sus 800 restaurantes que funcionan como franquicias serán destinados a la ayuda humanitaria de refugiados.
"Burger King Rusia es un negocio independiente que funciona gracias al trabajo de los franquiciados en el país", ha explicado un portavoz de la compañía en un comunicado. "Tenemos acuerdos legales que no se puede cambiar de un día para otro", ha explicado.
"Observamos con horror el ataque a Ucrania y a su pueblo y estamos centrando nuestros esfuerzos en la región en contribuir a la seguridad de los ucranianos que buscan refugio y seguridad para sus familias", asegura la empresa en el comunicado que ha publicado.
Los costes de quedarse
Las sanciones impuestas por parte de Occidente a Rusia comprometen la viabilidad y la actividad de las compañías en el territorio ruso. El país ha decretado un control de capitales en moneda extranjera a partir de los 10.000 euros y la moneda local, el rublo, ha perdido la mayor parte de su valor. También hay que tener en cuenta los sobrecostes para importar y distribuir en el país que van a tener que asumir las empresas.
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