“En tiempos de batalla política, todo es política”, definía un alto directivo del Ibex la situación actual que vive España. La entrada de BlackRock en Naturgy, tras anunciar en el arranque de este año la compra del fondo GIP que controla el 20% de la gasista, es un asunto sobre el que el Gobierno ha puesto el foco. Según explican fuentes gubernamentales a Vozpópuli, Moncloa maniobra para que su oficina económica tenga la última palabra en esta entrada.
Una intención que se está trasladando de forma extraoficial a los grupos de interés de Naturgy. El Ministerio para la Transición Ecológica revisa que el nuevo accionista de la mayor gasista del país, clave para la entrada y salida de gas natural al país, no ponga en peligro su posición estratégica. Aunque, como reconocen fuentes gubernamentales, la gestión de esta participación se llevará a cabo desde el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.
Desde el mercado apuntan que hay un claro interés de sacar rédito político de una operación “tan mediática”. Porque todavía se desconoce a qué capacidad regulatoria se acogerá el Gobierno para controlar este ‘cambio de nombre’ en los accionistas de Naturgy. La experiencia más reciente fue la OPA del fondo australiano IFM en la misma compañía, el Gobierno se acogió al 'escudo antiopas' aprobado en 2020 para poner unas condiciones muy exigentes a la oferta de la firma de inversión por el 22,69% de Naturgy, que finalmente se quedó en el 10,83%.
“En este caso, se trata de un cambio de la titularidad de esta participación y no de una OPA por una empresa estratégica”, detallan fuentes financieras conocedoras de la operación. “El Gobierno quiere tener la última palabra en esta operación pero nadie es capaz de saber cómo y por qué puede hacerlo”, puntualizan. Las cartas esperan que se empiecen a enseñar a partir del tercer trimestre de 2024, que es cuando se espera que GIP se integre en BlackRock.
¿Qué quiere hacer BlackRock en Naturgy?
El equipo de Larry Fink desvelará entonces sus planes con la energética española. Los dos consejeros de GIP que actualmente se sientan en la mesa de gobierno de Naturgy quedan a la espera de esta decisión. Desde el sector financiero no se descarta que BlackRock no quiera estar representado en el consejo, tal y como sucede en el resto de sus participaciones del Ibex.
Otro factor determinante para este debate es que BlackRock hereda de GIP una participación del 20%, muy superior a las posiciones del 5 o el 8% que BlackRock mantiene en otras grandes empresas del Ibex 35 como Iberdrola, Repsol o BBVA. Como informaba este periódico, desde el sector financiero no descartan que el fondo que dirige Larry Fink reduzca su posición en Naturgy y, en el medio plazo, lo adapte a su estrategia sin consejeros.
Una jugada que facilita las cosas a Moncloa, ya que podría apuntarse ‘un tanto’ político sin tener que exigirle nada a BlackRock. Porque, como explican representantes del Gobierno, BlackRock es un fondo “con raíces ya puestas en España” y siempre ha existido una relación “cordial” con el equipo económico de Pedro Sánchez.
Las fotos que ha compartido Pedro Sánchez de sus dos reuniones con Larry Fink muestran una clara intención de mostrar esta cercanía. Es decir, la intervención que planea el Gobierno en uno de los activos más relevantes de la 'megaoperación' de BlackRock corre el riesgo de chocar con un gran socio y, como esperan todas las fuentes, la estrategia pasa por la prudencia regulatoria y esperar a que sea el propio fondo el que mueva la primera ficha para una entrada amistosa.
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