Economía

Navarra y Cataluña se juegan miles de empleos si Volkswagen da la 'espantada' en Sagunto

La amenaza del grupo alemán de abandonar el PERTE afecta también a las plantas de Landaben y Martorell, que confían en aumentar la carga de trabajo gracias a las baterías de la nueva planta valenciana

Volkswagen se siente en cierto modo engañada por el Gobierno. Las ayudas del esperado Perte del coche eléctrico están a punto de darse a conocer, pero la filtración llegada a la multinacional alemana de que recibiría la mitad de los 700 millones de euros que tenía apalabrados puede transformarse en un terremoto que afecte a la industria española.

Y no sólo por lo que supone dejar en el aire el proyecto de la fábrica de baterías en Sagunto (Valencia), sino por las consecuencias que tendría sobre las plantas de VW Navarra y de Seat Martorell, pendientes de transformarse en factorías de coches eléctricos, y que dependen en buena medida de la puesta en marcha de la anunciada megafactoría de baterías en suelo valenciano.

Una megafactoria que, de “rebote” también tendría implicaciones en la fábrica de Ford Almussafes, en pleno proceso de reestructuración como otras tantas para iniciar una nueva etapa como productora de turismos eléctricos y que también podría “tirar” de las baterías que deberían comenzar a producirse en Sagunto en poco más de tres años.

No en vano, Ford y Volkswagen sellaron hace años un acuerdo para la fabricación de modelos eléctricos, unos coches que se fabrican en Colonia (Alemania), por lo que contar con una planta de baterías cerca de Almussafes supondría un importante activo para la fábrica Valenciana de Ford.

Un enfado el de Volkswagen que llega no sólo por el hecho de no llegar a cumplir con lo prometido, sino que de no hacerlo no sería además por falta de fondos, pues como ya adelantó Vozpopuli el pasado mes de agosto, se habrían dejado sin asignar más del 60% de los casi 3.000 millones de euros dispuestos para este Perte destinado al coche eléctrico. Un agravio mayúsculo toda vez que fondos hay más que suficientes para atender las necesidades de uno de los grandes proyectos industriales de la automoción española de las últimas décadas.

Por lo que al Gobierno se refiere, fuentes del sector aseguran como recoge La Tribuna de Automoción que en ningún caso el Ejecutivo ni el Ministerio de Industria trasladaron a los máximos dirigentes de Volkswagen la certeza de adjudicar ayudas por valor de 800 millones de euros, argumentando para ello las limitaciones de la regulación comunitaria sobre los apoyos a las empresas, fijadas en el reglamento de exención por categorías.

Más de 15.000 empleos pendientes

Desde Seat como líder del proyecto siguen confiando en que una solución final que permita avanzar en el proyecto, y van a esperar por ello a que se haga oficial la resolución final de las ayudas, pero son conscientes de la relevancia que tiene estas subvenciones –una parte de forma directa pero otra en forma de créditos– para que todos los socios del proyecto, 60 nada más y nada menos, tomen la decisión final de abordar o no la ahora cuestionada megafactoria de baterías.

Y es que de no llevarse a cabo el efecto dominó que causaría podría afectar al futuro de la planta de Seat Martorell (Barcelona) y a la de Volkswagen Navarra de la que dependen más de 10.000 empleos de forma directa en la primera y cerca de 6.000 en la segunda. Unos empleos que están en cierta medida garantizados a partir de 2025 cuando deberían comenzar la producción de los primeros modelos eléctricos adjudicados, pero que de no salir el proyecto de la planta de baterías podrían estar en el aire ante una falta de actividad que, a día de hoy, sólo está garantizada con la llegada de los nuevos eléctricos.

Más optimismo se respira desde UGT, al menos por lo que a su secretario general se refiere, Pepe Álvarez, quien ha afirmado que, por la información de la que dispone el sindicato "no hay ningún debate en Volkswagen a alto nivel de ningún tipo, ni ninguna posibilidad de que los planes que hay previstos en España, incluida la fábrica de baterías, no se lleven adelante".

Álvarez ha hecho estas declaraciones en una de las factorías que podría verse afectadas por la no puesta en marcha de la planta de baterías, la de Ford en Almussafes (Valencia), antes de visitar las instalaciones y reunirse con la sección sindical de Ford y con la dirección de la compañía, a los que ha pedido "calma" y "tranquilidad" porque es un proceso de negociación "que no es fácil".

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