El desconocido negocio de la lotería de viviendas promete relanzarse en España con la flamante irrupción de un segundo gran 'operador', Sesortea, que apunta a sortear dos casas en su primer año de actividad, según precisan desde la empresa a Vozpópuli, en un país en el que se vendieron unas 500.000 casas en 2018.
Los promotores de la irrupción de Sesortea reconocen a este medio que se trata de una apuesta arriesgada, con mucho potencial en nuestro país dado el casi nulo recorrido del sector y sus posibilidades - esgrimen que, con su método, conseguir una vivienda por sorteo a cinco euros el número es alrededor de 280 veces más probable que ganar la Primitiva -, pero también con mucho riesgo, sobre todo, para los oferentes.
"Creemos que con una fuerte apuesta inversora y de marketing digital, que permita incluso atraer a posibles participantes extranjeros en los sorteos, el negocio se puede volver muy escalable"
"La ley protege al usuario que participa del sorteo y no garantiza un mínimo de ingresos para los propietarios que sacan sus viviendas a sorteo, una práctica muy desconocida en España, pero muy popular en Canadá, Inglaterra o Australia", dice Manuel Gonzálvez, CEO de Sesortea y exdirector de Hipotecas de IAhorro, que ha decidido apostar por abrir el negocio de sortear viviendas de particulares a cinco euros el número.
Desde la empresa, que tiene una plantilla de una decena de colaboradores con expertise en el sector inmobiliario y digital, trabajan en conseguir financiación para garantizar al propietario un mínimo del 85% del valor del inmueble "aunque se presente solo una persona al sorteo" y ofreciéndole hasta un 30% de beneficio.
La pionera: "Solo dos viviendas desde 2015"
"Nosotros empezaremos a ganar cuando el propietario lo haga; somos conscientes de las barreras que pone la ley en este sentido a los propietarios pero creemos que, si garantizamos un mínimo de retorno, sumado a una fuerte apuesta por el marketing digital, podemos lanzar un negocio con mucho potencial, como ya sucede en países como Canadá", afirma Gonzálvez.
La ley, de 2011, permite sortear viviendas por un valor total superior en hasta cinco veces al de la vivienda, pero no fija, como sí lo hace la canadiense, un mínimo que deba percibir el propietario original para que el sorteo, una vez iniciado, se consume. El sorteo, en suma, debe ser autorizado por Hacienda, que se lleva el 20% del total de dinero recaudado.
La ley permite sortear viviendas por un valor total superior en hasta cinco veces el de la vivienda, pero no fija un mínimo que deba percibir el propietario original para que el sorteo, una vez iniciado, se consume
"Nosotros comenzamos a funcionar en 2015, precisamente para sortear una vivienda de mi madre", cuenta el CEO de Lotohome, Pepe Bolumar, la empresa pionera del sector en España, a este periódico. "Desde entonces hemos podido sacar a sorteo otra vivienda, externa, pero la realidad es que hemos tendido más a hacer estudios de viabilidad de posibles sorteos. La falta de seguridad del propietario sobre posibles retornos y el amplio grado de marketing que hay que hacer de los sorteos para que sean potencialmente rentables exigen una mayor financiación de la que hemos conseguido hasta ahora para impulsar esta línea de negocio, y en eso estamos también trabajando. Es importante, en cualquier caso, asesorarse muy bien sobre el tema dada su enorme complejidad y carga burocrática".
Desde Sesortea aseguran haber conseguido ya el 85% del capital -fundamentalmente, español- para poner en marcha una propuesta de negocio por la que, según ha podido saber este medio, se han interesado en menos de una semana una decena de oferentes de casas y cientos de demandantes.
"Creemos que con una fuerte apuesta inversora y de marketing digital, que permita incluso atraer a posibles participantes extranjeros a los sorteos, el negocio se puede volver muy escalable, aunque primero tenemos que demostrar que es posible al menos sortear dos viviendas en un año", incide Gonzálvez. El primero de los sorteos está previsto para las próximas semanas y constará de 100.000 números con un máximo de 1.000 por persona.
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