La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto la importancia del universo cibernético, de los ciberataques a infraestructuras o servicios críticos, pero también la importancia que tienen los nuevos modelos y activos digitales. Hablamos de las criptomonedas o los más recién llegados NFT o tokens no fungibles, activos digitales que representan algo único e inalterable, como puede ser una obra de arte. Ya son moneda de cambio en la invasión de Rusia a Ucrania.
La necesidad de financiarse ha empujado al país a lanzar estos activos para ayudar con fondos, en la medida de lo posible, a las personas que están siendo desplazadas, muchos de ellos ancianos y niños. Los tokens no fungibles están ligados especialmente a las obras de arte. Son básicamente un activo digital que representa algo en concreto. La clave de este activo está en que se venden como obras o unidades virtuales con un alto poder de revalorización, cosa que no tiene, ni mucho menos, porque ser así.
NFT y bonos de guerra
El caso es que si la semana pasada la ONG Come Back Alive decía haber recaudado un total de más de 4 millones de dólares para la causa ucraniana, ha sido ahora el viceprimer ministro de Ucrania. Mikailo Fedorov, quien ha asegurado que su país lanzará tokens no fungibles para financiarse en momentos tan complicados como los que están pasando ahora.
Cualquier vía de financiación parece válida para Ucrania. El país logró en un solo día 270 millones de dólares a través de los denominados bonos de guerra, un instrumento ya conocido que permite a particulares y estados adquirir deuda que sobre el papel se abona con un interés concreto y en un tiempo establecido. Unos dineros que se emplean específicamente para financiar operaciones militares.
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