No vive Nissan buenos momentos tras la confirmación del cierre de la planta de Zona Franca (Barcelona) y sus catastróficas consecuencias en forma de más de 3.000 despidos y otros 20.000 trabajadores afectados de la industria auxiliar. Y tras este desastre, ahora otra de las fábricas de Nissan, la de Ávila, anuncia un parón de producción esta misma semana, una parada que llega debido a la bajada de producción de turismos en las plantas españolas de la Alianza.
Durante este tiempo, como ha confirmado a Efe el presidente del comité de empresa, Felipe González, los trabajadores afectados, en torno a 200, entrarán a formar parte del ERTE en el que ya se encuentra desde el pasado mes de septiembre la otra mitad de la plantilla, tras la aprobación de un Plan Industrial vigente hasta 2024, que conlleva la transformación de la planta.
Dicha transformación implica pasar de la antigua factoría de vehículos industriales que fue durante seis décadas, a otra de fabricación y distribución de piezas de recambio para la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. El Plan Industrial incluía la aplicación, desde el pasado mes de septiembre, de un ERTE para toda la plantilla, si bien la mitad de los empleados han estado trabajando durante este tiempo, salvo durante el parón obligado por el estado de alarma.
Tras reincorporarse a principios de mayo cerca de la mitad de la plantilla para sacar adelante un pedido de 12.000 piezas que estaba pendiente, el pasado viernes se detuvo la actividad ante la caída de la demanda y un mercado "saturado", según González. Un parón de la actividad que se mantendrá esta semana, a la espera de cómo evolucionen los acontecimientos y decidir si esa interrupción debe prolongarse.
Los trabajadores de la planta abulense, que hace dos años vivieron momentos de incertidumbre ante el posible cierre de la factoría, están en un proceso de transformación auspiciado por un Plan Industrial vigente y que se está cumpliendo. El plan incluye, entre otras cosas, la construcción de una nave de estampación, actualmente en obras, y otra logística en el Polígono Industrial de Vicolozano. La planta abulense, junto a la de Cantabria, ha quedado fuera de los planes de Nissan para Barcelona, cuyas fábricas cerrarán a partir de diciembre.
Nissan sigue en Cantabria
Y es que el cierre de las plantas catalanas no tendrá en principio un impacto significativo en la planta cántabra de Los Corrales de Buelna, según el delegado de CCOO, porque las cargas de trabajo que llegaban desde Barcelona eran muy pequeñas, entre un 10 y un 15% del total. "Era muy poca producción de nuestro volumen", ha remarcado, antes de incidir en que las piezas de Los Corrales sobre todo se producen para Renault y para la planta británica de Sunderland de Nissan.
El representante de CCOO en la planta ha lamentado el cierre de las plantas catalanas. "Es muy duro, vivimos en una sociedad muy egoísta y parece que por tocarle a otros no nos va a afectar, pero realmente Nissan somos todos, todos somos la misma compañía", advierte De la Peña. Este delegado sindical ha resaltado que ya hubo un recorte salarial muy fuerte en la planta de Ávila y que "ahora le toca a Barcelona". "Nos quedamos solos", ha agregado.
En estos momentos, tras el ERTE que se aplicó a los 550 trabajadores de la planta de Cantabria con la covid-19, hay en torno a 250 ó 300 trabajadores que se han incorporado "según necesidades". A la llegada de la pandemia había suficiente stock y los clientes estaban ya abastecidos, por lo que "no tienen necesidades de producción" y Los Corrales siguen con un nivel de ocupación "bajo".
La representación de los trabajadores espera que pronto haya una respuesta de la matriz a su plan de viabilidad, que consiste sobre todo en inversiones y conllevaría la colaboración de los gobiernos regional y central. Y ello, porque la planta es obsoleta y necesita una renovación tecnológica e inversiones para poder competir con otros productores en el mercado.
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