Hace casi cinco años que se cerró el acuerdo entre Nissan y los trabajadores de la planta de Ávila para reconvertir la fábrica de camiones en un centro de recambios. Y aunque el avance ya era lento desde los primeros momentos, el coronavirus y los trámites burocráticos de la Administración no ha hecho sino retrasarlo todo aún más, hasta tal punto que todavía no ha entrado en funcionamiento la nave de estampación que estaba previsto inaugurarla en abril de 2020.
Los acuerdos contemplaban que hasta 2024 la planta abulense sufriera un proceso de transición con la mitad de la plantilla en ERTE para acoger en esa fecha a todos los 450 empleados del centro abulense. Pero todos estos retrasos está generando mucha preocupación entre los trabajadores por el futuro de la fábrica.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que ha visitado las instalaciones de Nissan Ávila, ha comprometido a su departamento en el Plan Industrial de la planta ante la preocupación del comité de empresa que le ha trasladado el "incumplimiento de la Junta" con dicho plan. Maroto, que se ha reunido con los representantes de los trabajadores de la factoría abulense, ha explicado que ha visto a los empleados "muy afectados por el incumplimiento de la Junta" respecto al Plan Industrial rubricado en 2017.
"Lo que me han pedido es ayuda y que el Gobierno de España y el Ministerio de Industria se impliquen para que ese Plan Industrial se cumpla, porque no encuentran en la Junta un interlocutor", ha relatado la titular de Industria.
En este contexto, ha explicitado el "compromiso" de su departamento con Nissan en las negociaciones para que la planta de Ávila no se cierre tras una negociación "muy dura", tras la cual se logró mantener este futuro. Ha anunciado que al "nuevo interlocutor" que salga de los comicios del 13F le pedirá "una reunión para poder trabajar y dar certeza a los trabajadores y a las empresas auxiliares que dependen de esta planta de Nissan".
A buen ritmo, según Nissan
Según la compañía, hay 300 empleados trabajando en la planta de Ávila, en línea con el objetivo previsto en el acuerdo social de 2017, y este año espera tener, con los proyectos actuales y las nuevas instalaciones en marcha, alrededor de 350 puestos de trabajo. Confían también en tener en una situación de pleno empleo en 2023 según lo previsto.
La directiva de la multinacional japonesa asegura que ya se han invertido los 40 millones de euros comprometidos en el plan industrial inicial, cantidad a la que espera añadir otros 15 millones de euros adicionales hasta llegar a un total de 55 millones entre 2018 y 2022.
Se espera que la conversión en centro de recambios se acelere este año una vez que se concluyan las infraestructuras clave como la nave de estampación, que empezará a trabajar en pruebas el próximo mes de marzo, y el almacén logístico, que comenzará a funcionar a mediados de año.
La nueva planta de estampación contará con 23.000 metros cuadrados, 12.000 metros más respecto a los inicialmente previstos, lo que permitirá instalar más prensas, si en el futuro se requieren, para seguir aumentando la capacidad productiva de la planta.
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