Francisco de la Torre (Madrid, 1972), inspector de Hacienda, secretario general y portavoz de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) entre 2008 y 2012, fue diputado en el Congreso por Ciudadanos y presidente de la Comisión de Presupuestos entre 2016 y 2019. En la actualidad, está destinado en el gabinete técnico del director de la Agencia Tributaria. En 2014 publicó ¿Hacienda somos todos? Impuestos y fraude en España (Penguin Random House), un libro que acercaba el mundo de los impuestos a un lector no especializado y lo hacía en un momento en el que la economía empezaba a recuperarse y cuando, tras una batería de subidas de impuestos masivas, el Gobierno de Mariano Rajoy preparaba una reforma fiscal para bajarlos. El cambio de percepción de la sociedad sobre la evasión de impuestos que se dio en la crisis financiera, que ya no se tolera, se mantiene hoy, pero muchos de los asuntos que trata el libro han evolucionado, y De la Torre ha decidido actualizarlo en su cuarta edición, versión que ya está en las librerías. En estos momentos, con dos crisis más de bagaje, un debate sobre los efectos de la inflación en la recaudación que Hacienda niega y que De la Torre ve evidentes, y una nueva reforma fiscal en el horizonte, ahora para subir impuestos, si la coyuntura y las elecciones lo permiten.
Pregunta (P). ¿Cómo surge la actualización del libro?
Respuesta (R). Había muchos lectores que me lo han pedido. En general, buena parte del contenido está vigente pero un lector no experto no sabe qué está vigente y qué no. Es un libro de la historia reciente y exigía un esfuerzo de actualización.
P. ¿Qué ha cambiado y qué no?
R. La situación económica no es la de 2014, cuando estábamos saliendo de la crisis e iniciando la recuperación económica. Ahora, creyendo que habíamos salido, nos hemos metido en una crisis energética y de inflación. Uno de los motivos por los que escribo este libro es que hay un déficit de información y claridad en cuestiones fiscales y, en segundo lugar, mucho populismo rampante en cuestiones económicas y fiscales. Hay quien se cree que se pueden llevar los impuestos a cero y no pasa nada, y que además se recauda más, creyentes absolutos en la curva de Laffer, y en sentido contrario, los que defienden que no tiene efecto subirlos y se garantizan todo tipo de servicios públicos. Ni una cosa es cierta ni la otra tampoco. Intento seguir aportando en un debate para adultos agradeciéndole a los lectores que hayan leído las anteriores ediciones y que me hayan pedido que lo actualice, y creo que ha merecido la pena.
Hay mucho populismo rampante en cuestiones económicas y fiscales. Hay quien se cree que se pueden llevar los impuestos a cero y no pasa nada, y que además se recauda más, creyentes absolutos en la curva de Laffer, y en sentido contrario, lo mismo"
P. ¿Cuál ha sido su trayectoria durante estos años?
R. Entre que terminé de escribir el libro en 2014 hasta ahora, además de estar en dos periodos en la Agencia Tributaria, he estado una temporada en la Abogacía del Estado en el departamento de arbitrajes internacionales y, como muchos lectores sabrán, estuve unos años en política: tuve el honor de ser diputado en el Congreso y el honor de presidir la Comisión de Presupuestos y aprobar dos Presupuestos Generales del Estado, una de las leyes más importantes.
P. ¿Qué balance hace de su etapa en Ciudadanos? ¿Cómo ve al partido ahora?
R. Pensé en 2019 que se habían tomado decisiones muy equivocadas para España y el propio partido y por esa razón me fui y se acabaron materializando poco después de que lo abandonara. Cualquier ciudadano puede pensar que si se hubieran tomado otras decisiones, el partido y España estarían en otras circunstancias, basta ver el resultado de las últimas elecciones y de las encuestas para ver el estado en el que está el partido. No puedo añadirle mucho más, hace bastante que dejé la actividad política.
Si se hubieran tomado otras decisiones, Ciudadanos y España estarían en otras circunstancias"
P. Mantiene la dedicatoria a "quienes se han equivocado honestamente gestión de esta crisis". ¿Quiénes son? ¿Aplica la frase a la crisis actual?
R. No está en este libro, probablemente estará en el próximo, hablo de Pedro Solbes en la Comisión de Investigación de la crisis en el Congreso. Le pregunté y reconoció que en 2008 y 2009 se tomaron decisiones que no compartía y consideraba equivocadas y tuvo la única intervención autocrítica. Le dijo a Ana Oramas que los 400 euros y el cheque bebé fueron errores importantes. Me parece un ejercicio de honestidad reconocer que se tomaron decisiones equivocadas. Ahora mismo, en la gestión de la crisis del coronavirus sí hay algunas cuestiones que se han aprendido: el procedimiento de ayudas, los ERTE o el que el BCE comprase toda la deuda que emitieron los Estados permitió reducir el coste de la crisis. Esas decisiones eran más fáciles que las que toca tomar ahora, que son mucho más complicadas. En la pandemia, al principio no sabíamos nada, se tomaron decisiones erróneas en todos los ámbitos y por prácticamente todos los gobiernos.
P. ¿Por qué es ahora mismo más difícil?
R. Es mucho más sencillo dar todas las facilidades de financiación y mantener tipos bajos que recortar financiación en el sector público y privado, es una decisión más dura para los banqueros centrales, pero hay que tomarla. La inflación es un impuesto, como señalaba Keynes, determinados niveles acaban siendo terriblemente perniciosos para la economía. Decía Lenin citado por Keynes, en un librito llamado Las consecuencias económicas de la paz, que la forma más segura de destruir las bases del capitalismo es la corrupción de la moneda y hay casos como el de Venezuela recientemente que son paradigmáticos.
P. "Burbuja fiscal, inmobiliaria. Espejismo fiscal, recaudación" es otro de los capítulos. El Gobierno niega ahora el efecto de la inflación en la recaudación, el PP pide que se use para bajar impuestos a rentas bajas, ¿qué le parece?
R. En el libro explico que hubo inflación en la burbuja inmobiliaria, pero que se concentró básicamente en la vivienda, que salvo el alquiler y la compra es un activo de inversión no incluido en el IPC, pero todos tuvimos la impresión al cambiar pesetas por euros de que todo subía de precio. Durante esos años hubo una recaudación muy fácil, con una crisis fiscal latente: en el momento en que se cortó el flujo del dinero a la economía española, se materializó en una crisis fiscal sin precedentes. Ahora mismo, tenemos una inflación que sí afecta a los precios de productos de consumo, empezó como energética y está entrando en casi todos los productos y servicios. Es evidente que supone una mayor recaudación fiscal, las bases de los impuestos, todas las que son monetarias, aumentan con el aumento de los precios. El más evidente es el IVA, y el aumento de salarios también impacta en el IRPF. Las empresas tienen más beneficio monetario, las que pueden subir precios, y todas estas variables en realidad son para el mismo poder económico y de compra, pero el Estado recauda más, con la única excepción de los Impuestos Especiales de base no monetaria: alcohol, carburantes, como han estado varios años sin actualizarse con la inflación, su poder recaudatorio ha disminuido. Lo que pasa es que no sólo hay que tener en cuenta el ingreso, también el gasto. Durante 2020 y 2021 aumentó por encima del 50% del PIB por primera vez en la historia, cantidad que nunca nos hemos acercado a recaudar, el año pasado batimos el récord por encima del 43%. La pandemia ha supuesto mayores necesidades de gasto en sanidad y también en pensiones, se venía arrastrando, lo que se está materializando ahora en un mayor gasto en pensiones y también el gasto que ha supuesto mantener la actividad, hacer posibles las restricciones y un mínimo nivel de subsistencia. Con todo este paisaje hay dos conclusiones: si la inflación es coyuntural, los ingresos extraordinarios lo serán, y seguimos teniendo un problema grave de déficit público, se sitúa por encima del 6% incluso con estos ingresos, lo que debe influir a la hora de tomar decisiones fiscales.
La inflación es un impuesto. Es evidente que supone más recaudación fiscal"
P. ¿Cree que hay margen para deflactar la tarifa del IRPF y crear impuestos negativos para rentas bajas como pide el PP?
R. Es una decisión política que estos ingresos coyunturales se dediquen a bajar temporalmente algunos impuestos o a tomar acciones de gasto específicas o para reducir el déficit. Es una decisión fundamentalmente política, estas opciones tienen carga ideológica, suponen que se perjudique más a unos ciudadanos que a otros, España, como economía, se ha empobrecido, la factura energética que estamos pagando es esencialmente importada, pagamos mucho más por una energía que necesitamos a otros países, el país es más pobre. Hay que ver cómo nos recuperamos y repartimos los sacrificios, me gustaría ser más optimista.
P. Titula un capítulo: "Sociedades un impuesto en crisis". Poco ha cambiado el escenario...
R. Sigo estando contento con el capítulo sobre Sociedades, que lo puede entender cualquier lector medio. Sociedades no se ha adaptado al mundo más moderno, internacionalizado. Para entender esta crisis, hay que considerar que el mundo es más pequeño y las grandes empresas obtienen cada vez más porcentaje de beneficio fuera de España, proceso que ha continuado y disminuye la recaudación de Sociedades. Otra cuestión es que las multinacionales acaban pagando impuestos en el país de nunca jamás, se acaban llevando beneficios a territorios de muy baja tributación, no siempre paraísos, un problema de competencia: estas muy grandes empresas a veces son muy eficientes y tenemos empresas españolas que tienen que competir con empresas que apenas pagan. Europa no tiene fronteras y las empresas se aprovechan y van a lugares mucho más competitivos y, últimamente, también en el IRPF, pensemos en el caso andorrano de atracción de youtubers. Sociedades sigue teniendo problemas de diseño y la Administración Tributaria no cuenta con medios suficientes para realizar suficientes inspecciones a contribuyentes con capacidad económica y buenos asesores. En 2021, batimos récord de recaudación, menos en Sociedades. Aunque fue un buen año, se recaudó un 40% menos que en 2007. Y el beneficio declarado de las empresas españolas fue el más elevada de la historia.
Las multinacionales acaban pagando impuestos en el país de nunca jamás. Y tenemos empresas españolas que deben competir con multinacionales que apenas pagan. Las españolas pagan más, hay que decirlo todo"
P. ¿Cómo con el beneficio más elevado de la historia no se recauda por encima de 2007?
R. Voy a poner un punto de optimismo. En 2008, se declara 2007, y en 2007, 2006, sobre todo cuando no había pagos fraccionados, y 2007 fue un año récord y en 2008 cayó un 40% porque había un problema grave de fraude del que advertimos los inspectores. Ahora tenemos un impuesto lastrado por graves problemas. Los beneficios exteriores de las empresas españolas tributan en el exterior, lo que refleja el Informe País por País o Country by Country Report (CBC), por ahí fuera pagan poco, pero viceversa, hay empresas que deberían declarar sus beneficios en España y acaban declarándolos en países de baja tributación. Es un problema mundial, esperemos que el nuevo acuerdo que impulsa Biden y que han firmado 136 países, no sólo la OCDE, el 90% PIB mundial, sea un éxito y buena parte de estas multinacionales acabe tributando en donde genera beneficios, son las grandes ganadoras en la pandemia. Es una cuestión clave para remontar estos problemas. Pero también hay problemas internos en la estructura del impuesto, algunos se explican en el libro, como la subcapitalización, el más importante, la concentración de gastos financieros en España o en Estados de baja tributación cuando en paralelo obtienen dividendos que no están sometidos al impuesto.
P. Y está la acumulación de bases negativas
R. El problema es la propia estructura del impuesto heredada de hace muchos años. Hemos pasado dos crisis económicas, en las que muchas empresas acumulan bases negativas, lo que implica menor capacidad de recaudación futura. Ahora mismo no sabemos cuáles son las bases negativas que han acumulado las empresas en la pandemia, no van a ser precisamente pequeñas.
P. Hacienda 'cocina' las cifras del CBC para que le salga que pagan de media cinco puntos menos. ¿Qué le parece?
R. Por intentar aclarar conceptos. El CBC es un modelo para empresas que facturan más de 750 millones de euros, es un instrumento para las Administraciones Tributarias, para ayudarlas en la inspección de estos grandes grupos. La metodología difiere de la forma de presentación de la Agencia Tributaria española. La diferencia más importante es para un grupo que tiene varias filiales en otro país. Respecto del beneficio, se puede informar de dos maneras: en función del beneficio neto o agregado. En el neto, si tiene pérdidas, se resta. En el agregado, sólo suman las que tienen beneficios. En España, para la información sobre las ratios de impuestos sobre beneficios, se toma el beneficio contable positivo, sólo sumar con beneficios y no restar las pérdidas. Habitualmente sólo pagas si tienes beneficios en el régimen de consolidación fiscal, no te resta si tienes pérdidas. La Hacienda española presenta el CBC en función de los beneficios netos positivos, mientras que la OCDE y EEUU lo hacen en función del resultado neto en cada país. El resultado neto en EEUU es inferior, siempre hay filiales en algún sitio que pierden si su beneficio es comparativamente inferior, el método hace mayores las ratios en cada uno de los casos. Lo que sí que puedo decir, en términos generales el beneficio, las ratios de empresas más grandes en función del beneficio y más internacionalizadas, son inferiores a las de las empresas de menor tamaño y de los ciudadanos. Sí es cierto pero son ratios de impuestos muy superiores a los de multinacionales de otros Estados, y eso creo que también habría que decirlo: a un ciudadano de renta media alta le puede fastidiar que el porcentaje de impuestos sobre su renta que paga sea superior al de una multinacional española, pero al final está compitiendo con algunas multinacionales de otros países, y algunas empresas entre las que más ganan del mundo son las que proporcionalmente menos tasa efectiva pagan por sus beneficios, la realidad siempre hay que contarla completa. La presentación de la Agencia Tributaria, es su responsabilidad, yo no la represento, obedece a intentar homogeneizar esto con su información interna. En EEUU, los principales impulsores del CBC, intentan homogeneizar a nivel mundial cómo se tienen que comparar estas cuestiones.
Abordar reformas de Sucesiones y Patrimonio cuando no hay consenso me resulta chocante"
P. ¿En qué quedan los trabajos del comité de expertos? En el Programa de Estabilidad, el Gobierno dice que no va a subir impuestos hasta 2025, pero también dice que las pensiones necesitan más ingresos, y enumera los impuestos verdes comprometidos con Bruselas. ¿Son posibles las dos cosas a la vez?
R. La sensación es que el Programa de Estabilidad es un problema, la situación es muy cambiante y en estas circunstancias es muy complicado preparar algún tipo de Plan de Estabilidad, la previsión económica a corto y medio plazo está muy condicionada a si siguen las restricciones por civid en China y a cómo y cuándo acabe la guerra en Ucrania. En estas circunstancias, es muy complicado decir qué se debe hacer, no sabemos muy bien cuál es el corto plazo y cuál el medio. Y qué se tiene que hacer en fiscalidad respecto a la transición ecológica. Sí tenemos muy claro que queremos una sociedad descarbonizada, deberíamos avanzar, pero no sabemos cuándo, ahora mismo con la crisis energética, ésta es la razón fundamental por la que estoy escribiendo mi siguiente libro, Y esto quién lo paga. Algunas figuras necesitan una revisión. Muchos impuestos tendrán que ajustarse. Cuando haya una menor tensión geopolítica, abastecimiento garantizado y esté estabilizado el IPC, podremos dejar de hacer política de coyuntura y se podrá hacer reformas.
P. La principal conclusión de los expertos de Montero, además de que hay que subir una catarata de impuestos verdes, es que hay que obligar a Madrid a subir impuestos, la llamada armonización fiscal. ¿Qué le parece?
R. Los impuestos sirven para recaudar, es más importante concentrarnos en Sociedades o IRPF, donde hay más capacidad recaudatoria, o en el consumo, que en impuestos que recaudan bastante poco. La imposición patrimonial tiene unos retos francamente complicados, hay que determinar qué imposición se quiere hacer y cuál es posible, sigue sin haber un consenso claro, para que las reformas de los impuestos perduren, tiene que haber cierto consenso, en otros países hay más en Sucesiones, y Patrimonio no está vigente en casi ningún país. Abordar reformas de Sucesiones y Patrimonio cuando no hay consenso me resulta chocante. La cuestión fundamental es si se quiere que la estructura impositiva continúe un tiempo, habría que ver qué pasa con la financiación autonómica y dentro de ella colocar estos impuestos. Por sintetizar, no me parece que sea la máxima prioridad, es deseable mayor consenso técnico y político que dista de existir y esto debe acompañar a la financiación autonómica. Hay obstáculos importantes para las reformas como explico en mi libro y con esa idea debemos quedarnos e intentar acuerdos de mínimos, hay 18 impuestos de Sucesiones y 18 formas distintas de equivocarse.
Las Diputaciones forales tienen una tributación privilegiada. Si se establece un mínimo común, es muy complicado explicar que se aplique a unas sí, a Madrid, pero no a País Vasco y Navarra"
P. ¿Pueden impulsarse estas reformas sin que afecten a País Vasco y Navarra? Se oyen muchas voces en este sentido, pero políticamente sólo he escuchado a Ciudadanos defenderlo
R. Sólo habrá escuchado a Ciudadanos hablar de esto, la única enmienda a la totalidad al Concierto y a la Ley del Cupo de la historia de la democracia la redacté yo. En la reforma de la fiscalidad de los impuestos cedidos, y doy una respuesta como ciudadano, es muy complicado de explicar si se deja a unos territorios al margen y tampoco se consigue el objetivo previsto. En Sucesiones, se oyen muchísimas quejas por la fiscalidad en Madrid por la bonificación del 99% entre familiares directos, mientras que en las Diputaciones Forales vascas el tipo general es del 1%, una tributación privilegiada. Si se establece un mínimo común, es muy complicado explicar que se aplique a unas sí, a Madrid, pero no a País Vasco y Navarra. Si hacemos eso, es difícil de entender que entre cónyuges en Navarra se pague un 0,65% de tipo general. Si se establece un tipo mínimo, es una decisión política en el Congreso, es muy complicado que en un territorio sí se aplique y en otro no, seguiría habiendo efectos de desplazamiento, reales y ficticios, buscando estos tipos más bajos donde los sigue habiendo. Hubiese preferido, como muchos ciudadanos, que el comité de expertos lo hubiera abordado, si quieren ir a esa armonización, tendrán que ir a todos los territorios. En esta cuestión tomé partido políticamente. Sigo pensando que la Constitución establece que las diferencias entre los Estatutos, el artículo 138.2, no pueden implicar beneficios o privilegios para una parte de los ciudadanos.
El control del gasto público es imprescindible e irrenunciable, pero no es verdad que se puedan recortar decenas de miles de millones, es otra forma de populismo"
P. Ignacio Zubiri dijo en estas páginas sobre el Libro Blanco: "No se puede subir impuestos sin plantear un control del gasto público"
R. El control del gasto público es imprescindible e irrenunciable. Abro el libro con la cita de Oliver Wendell Holmes de que los impuestos son el precio que pagamos por la civilización, cualquier aumento tiene que estar justificado con gasto público de forma justa y eficaz. En estas circunstancias, en España seguimos con récord de gasto público, justificado por la pandemia, pero es evidente que tenemos que reconducir los niveles de gasto público que seamos capaces recaudar y hasta ahora no hemos sido capaces de recaudar niveles del 50% de gasto público. Sí me gustaría destacar que exigirá esfuerzos y sacrificio, no nos creamos que se pueden recortar cuantías siderales de gasto sin que los ciudadanos perciban peores servicios, hay mucho gasto público no recortable y los ciudadanos no quieren que se recorte, pero seamos conscientes de que no es verdad que se pueden recortar decenas de miles de millones, es otra forma de populismo.
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