El consejo de Banco Popular supo que se encontraba cerca de un callejón sin salida a mediados de mayo de 2017. El día 18 recibió una carta de la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), Danièle Nouy, en la que se daba un ultimátum para solucionar la crisis del banco.
La carta supuso un golpe al proceso de venta del banco, ya que ponía en una situación complicada a los consejeros, según fuentes financieras consultadas por este medio. Fue leída a "petición expresa" de Nouy en el consejo de ese mismo 18 de mayo, según las actas a las que ha tenido acceso Vozpópuli. Y en ellas el entonces presidente, Emilio Saracho, relata la negativa que recibió a que Popular fuera rescatada con dinero público, como unos meses antes lo había sido Monte dei Paschi di Siena:
"El presidente da su opinión al respecto, en especial sobre la posibilidad de una recapitalización preventiva, la cual ha sido descartada por la Sra. Nouy puesto que el banco no ha fallado un test de estrés, lo que impide emplear dicho mecanismo y no hay test de estrés hasta 2018. Destaca que se va a contar con expertos para asesorar al banco en el eventual supuesto en que se pudiera llegar a un escenario como éste".
Tirar la toalla
Las actas no detallan a qué se referían Saracho y Nouy con "un escenario como éste". Fuentes próximas al consejo señalan que era a la posibilidad de que tuviera que declararse inviable (Folt o 'failing or likely to fail'), como así ocurrió 20 días después, el 6 de junio.
La carta de Nouy sentó mal en el consejo del Popular. Así el consejero José Francisco Mateu calificó la misiva como "insólita" por ir "directamente a la resolución sin conceder tiempo al banco para solucionar sus problemas".
Los consejeros calificaron la carta como "insólita" por no dar tiempo a una solución privada
El consejo de Popular, con Saracho al frente, respondieron a Nouy "de forma escueta a dicha carta informando de que se ha dado cumplimiento a la solicitud de ser leída en el consejo y añadiendo que el banco y todas sus instancias están haciendo y harán sus mejores esfuerzos para que el banco siga adelante".
El banquero madrileño explicaba al resto de consejeros que junto a la carta había mantenido una conversación con Nouy tres días antes -el 15 de mayo-, otra con el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, y el 17 de mayo con el director general del MUS, Ramón Quintana.
Días después de la carta de Nouy, llegó otra al consejo de la presidenta de la Junta Única de Resolución, Elke König. Fue el 29 de mayo anunciando que "debido a la situación que percibe del banco quiere empezar a tomar medidas preparatorias por si en su momento dicho organismo tuviera que intervenir".
En la carta, König pedía autorización al consejo para conectarse al 'data room' (servidor con documentación del banco) de la venta del Popular, y así trabajar más rápido. Dos días después se produjo la filtración de la JUR que aceleró la fuga de depósitos.
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