Economía

La nueva normalidad de los empresarios en Cataluña: "El dinero estatal ayuda a ser más optimista"

El triunfo de Illa ha sentado bien al empresariado catalán. Al optimismo contribuyen las cesiones económicas del Gobierno. Hay una herida abierta, sin embargo: la falta de inversión

Pasaron los años duros del 'Procés' y en las altas esferas de Barcelona se respira un optimismo creciente, robustecido claramente por el dineral que está llegando a Cataluña desde Madrid. "Esto ya no tiene nada que ver con lo de antes", confiesa el presidente de una compañía cotizada, rodeado de otros muchos directivos 'top' que piensan exactamente como él.

Todos asistían este jueves a la reunión anual del Cercle d'Economía. Y todos recuerdan como un mal sueño "lo de antes": los años duros del Procés, cuando miles de empresas hicieron las maletas para no volver. A partir de 2018, el terremoto político acaparó los encuentros del Cercle, un potente 'lobby' que agrupa a representantes del empresariado y de la sociedad civil catalana.

Es un grupo variopinto pero muy influyente en Cataluña. En la actualidad lo lidera el ex consejero delegado del Sabadell, Jaume Guardiola, con el economista Miquel Nadal como director general, y escudado por dos vicepresdientas: Núria Cabutí (CEO de Penguim Random House) y Teresa Garcia-Milà (catedrática de la Universitat Pompeu Fabra). Entre los vocales están empresarios de la talla de Marc Puig o Alfonso Rodés, y economistas de prestigio como Núria Mas, que hasta el año pasado ocupaba un sillón de consejera en el Banco de España, como representante de la llamada 'cuota catalana'.

Todos se dejaron ver este jueves en el Palau de Congresos de Barcelona. Había cierta sensación de 'relax', pese a la amenaza latente de que Cataluña sea ingobernable. Se dejaron ver en un mismo corrillo el presidente del Sabadell, Josep Oliu, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, junto al CEO de la entidad, César González Bueno, y el presidente de la patronal catalana Foment, el ex 'convergente' Josép Sánchez Llibre.

El círculo era, cuanto menos, llamativo, en plena OPA hostil del BBVA sobre el Sabadell, a la que se opone abiertamente el Gobierno central. Paradojas de la vida: a pocos metros se encontraba la presidenta de la CNMC, Cristina Herrero, cuyo dictamen será vital para las ambiciones del banco liderado por Carlos Torres.

Había hombres del universo de La Caixa (Jordi Gual o Salvador Alemany), empresarios catalanes 'pata negra' (como el presidente de Repsol, Antonio Brufau) y otros directivos influyentes dentro y fuera del Ibex (como Antonio Llardén o Javier Faus). Hasta Felipe VI se quedó al multitudinario cóctel, repartiendo sonrisas y apretones de manos, tras invitar a los presentes, minutos antes, a "trabajar por una España más fuerte".

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El presidente del Sabadell, Josep Oliu, y el del Cercle d'Economía, Jaume Guardiola.EFE

Pese a la incertidumbre sobre la presidencia de la Generalitat, la victoria de Salvador Illa -también presente ayer- ha sido recibida como la muestra de que Cataluña avanza en la dirección correcta. Hacia la senda del diálogo para "iniciar un nuevo ciclo político", que es, exactamente, lo que viene reclamando el Cercle desde los años oscuros del Procés.

En octubre del pasado año, la organización lanzó un extenso comunicado para exigir un debate profundo sobre "el problema territorial", a su juicio, "una cuestión nuclear en la vertebración de España". El Cercle pedía a PP y PSOE "ser capaces de poner sobre la mesa una gran propuesta de pacto territorial". Y a los partidos nacionalistas catalanes, "un ejercicio de realismo y de pragmatismo".

Para algunos presentes en la edición de este año, el pinchazo del suflé independentista es, al menos, un respiro. "Las cosas han cambiado claramente. Se palpa en las reuniones, cuando negociamos créditos, en cualquier ámbito de la vida económica", asegura un alto directivo de un banco afincado fuera de Cataluña.

El Cercle defendió en 2021 los indultos a los líderes del referéndum ilegal del 1-O. Un paso al frente polémico, pero, según afirman hoy sus promotores, acertado. "Había que bajar como fuera el suflé".

Otros presentes en la reunión anual recordaban, sin embargo, un factor que ha sido clave para alentar el "optimismo": los fondos estatales que están llegando a Cataluña y, sobre todo, los que que quedan por llegar. "Los indultos no lo han hecho todo. Aquí está entrando mucho dinero estatal y eso ayuda a mejorar clima. Desde luego que ayuda a ser más optimista", asegura un conocido economista presente en el auditorio.

'Prebendas' a Cataluña

La promesa de un cupo a la vasca y la condonación de una parte de la deuda catalana con el Estado (15.000 millones) son hechos evidentes, a los que se suman otras decisiones adoptadas desde Madrid. La última la aprobó este mismo martes el Consejo de Ministros y da prevalencia a los convenios colectivos autonómicos frente a los estatales.

Todas las 'prebendas', sin embargo, no sirven para camuflar el problema que más preocupa actualmente a muchos empresarios catalanes: la pérdida de inversión ("eso es lo dramático"). Y eso sí que es consecuencia directa del Procés. Ni el retroceso del independentismo ni el trato favorable de Moncloa ha logrado cerrar aún una herida por la que se han escapado 8.700 empresas.

Cataluña tampoco ha vuelto a recuperar las inversiones exteriores, una tendencia de la que se han beneficiado regiones como Madrid o Andalucía. Y, según se conoció este jueves, Aragón, que acaba de pactar con Amazon Web Services una inyección de 15.700 millones para crear el mayor 'hub' tecnológico de la UE. "Somos un socio de fiar", aseguró en Zaragoza el presidente aragonés, Jorge Azcón. A Cataluña, pese a su 'nueva normalidad', le queda mucho recorrido para que Illa -o quien llegue a 'president'- pueda decir lo mismo

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