La suma de los resultados cosechados por las grandes constructoras cotizadas en 2018 arroja cifras negativas. El color rojo se ha impuesto en las cuentas debido a los saneamientos llevados a cabo por OHL y Ferrovial, cuyas pérdidas conjuntas se han ido a casi 2.000 millones de euros. La positiva evolución de los beneficios de ACS, Sacyr y FCC ha dado como resultado una suma de algo más de 1.300 millones de euros. Las pérdidas también serían superiores a los beneficios incluso con la incorporación de Acciona, aunque la mayor parte de su negocio está basado en el sector energético.
Ya solo el resultado negativo registrado por OHL supera el beneficio agregado de las tres grandes constructoras cotizadas que han cerrado 2018 con ganancias. La compañía participada por Grupo Villar Mir cristalizó el año más complicado de su historia reciente con pérdidas de 1.530 millones de euros, fruto del complicado saneamiento que ha tenido que llevar cabo con los proyectos fallidos en el exterior, así como los efectos de la venta de su división de concesiones al fondo australiano IFM.
OHL ya cerró con pérdidas el año 2017 pero fueron mucho menos abultadas, algo más de 12 millones de euros, con un beneficio bruto de explotación (Ebitda) negativo de 66 millones. En 2018, esta última cifra se ha multiplicado casi por siete, hasta 448 millones de euros.
La compañía arrastraba los números negativos de los dos trimestres anteriores, cuando se materializó la venta de OHL Concesiones y la nueva dirección de la empresa, tras la marcha de sus anteriores consejeros delegados, Tomás García Madrid y Juan Osuna, decidió aflorar las pérdidas en los proyectos fallidos en el exterior para proceder a su saneamiento.
Problemas en Reino Unido
El caso de Ferrovial ha sido algo más sorprendente, aunque sus cuentas ya habían sufrido un revés en trimestres anteriores, cuando se vio obligada a incrementar sus provisiones por el litigio que sostiene con las autoridades de la ciudad británica de Birmingham a cuenta de un contrato de servicios por el que ambas partes llevan tiempo litigando.
El hecho de que el Ayuntamiento de Birmingham obtuviera una importante victoria a los tribunales hizo que Ferrovial tuviera que olvidarse de las provisiones que había hecho hasta ese momento (en torno a 74 millones) por este caso y llevarlas por encima de 200 millones.
Además, la compañía controlada por la familia Del Pino también ha tenido que realizar ajustes contables derivados de la puesta a la venta de su división de servicios (en la que, precisamente, se incluye el contrato mencionado anteriormente). Esta actividad ha pasado a ser considera discontinuada y Ferrovial ha aflorado provisiones en su filial británica de servicios Amey por 774 millones de euros.
Estas circunstancias han llevado a Ferrovial a registrar pérdidas contables por valor de 448 millones de euros.
En pasados ejercicios, compañías del sector que cerraron 2018 con resultados positivos también registraron notables pérdidas producto del saneamiento de sus cuentas. Fue el caso de ACS en 2012, con números rojos por encima de los 2.000 millones; y más acentuado en FCC, que acumuló cinco años consecutivos con pérdidas en su balance.
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