OHL ha creado una filial para aglutinar sus principales activos, como es el caso de su 50% en la Operación Canalejas, como aval para sus acreedores. Una sociedad que dependerá de dos sociedades con sede en Luxemburgo que ha creado el grupo que controla la familia Amodio, los magnates mexicanos que aterrizaron en la compañía en 2020.
El último punto del plan de reestructuración que presentaron el pasado viernes ante los accionistas incluye la agrupación de activos esenciales de OHL a una sociedad anónima española de nueva constitución, que pertenece íntegramente al Grupo OHL. Una sociedad que será "hija" de dos sociedades luxemburguesas también pertenecientes en su integridad a la empresa en la que los Amodio son los accionistas mayoritarios.
"Este acuerdo tiene como finalidad el poder crear una estructura que permita constituir toda una serie de garantías a favor de los acreedores de la Sociedad, como punto también esencial de la reestructuración", explican desde la compañía que dirige José Antonio Fernández Gallar. En esta sociedad también estará incluidos el 49% que controla del Old War Office (OWO) de Londres (Reino Unido) o Cemonasa.
Un aval clave para su plan de recapitalización. La estrategia se anunció a comienzos de año para fortalecer el balance de la compañía y que incluye un aumento de capital con derecho de suscripción preferente de los accionistas de OHL por 35 millones y una colocación privada con exclusión del derecho de suscripción preferente dirigida a la familia mexicana Amodio y a Tyrus Capital a un precio de 0,36 euros por acción.
El proyecto que ha presentado a los accionistas incluye Luis Fernando y de Julio Mauricio Martín Amodio, nuevos consejeros dominicales de OHL, inyectar 37 millones de euros, mientras que el fondo Tyrus aportará otros 5 millones. Además, cuentan con un plan de renegociación de las dos emisiones de bonos vivas de OHL: una con vencimiento en 2022 y con saldo vivo de 323 millones de euros, y otra con vencimiento en 2023 y un saldo vivo de 269,9 millones.
OHL y los problemas de Canalejas
La Operación de Canalejas es un de los activos más simbólicos que tiene OHL. Y el que refleja con más contundencia el impacto de la pandemia en su negocio. La constructora explica a los inversores que ha realizado un ajuste de la participación de 25,6 millones de euros por el impacto del coronavirus en el retraso que ha sufrido Canalejas en 2020.
El efecto de la Covid-19 en el Proyecto ha producido un retraso en la apertura del Hotel Four Seasons, aunque finalmente ha iniciado sus operaciones”, explica la compañía. Tras ocho años de trabajo, Canalejas pudo estrenar el primer Hotel Four Seasons en Madrid. No obstante, como matiza OHL, la demanda del hotel en estos primeros meses se ha visto afectada por las restricciones a la movilidad establecidas tanto a nivel nacional como internacional.
El otro golpe de la pandemia ha sido por los retrasos en la contratación de los inquilinos de la Galería Canalejas. Una parte del proyecto que OHL espera que se abra entre finales de 2021 y principios de 2022. La noticia que celebraba la constructora a cierre del año es que se han conseguido vender las 22 viviendas con marca Four Seasons junto con el espacio dedicado a una oficina dentro de Canalejas.
Un proyecto que, desde la llegada de los Amodio, se especula que puede estar en venta. OHL detallaba este mismo viernes a los acciones que la aparición de la pandemia covid-19 ha provocado un impacto a nivel operativo y "retraso en la rotación de activos", es decir, en la venta de sociedades.
Su 50% de Canalejas tiene, a 31 de diciembre de 2020, un valor de 145,8 millones de euros. Esto llevaría al activo total a una valoración de 290 millones de euros. No hay que olvidar que, en 2017, la familia Villar Mir vendió el 50% del Centro Canalejas Madrid a Mohari Limited, sociedad controlada por el empresario Mark Scheinberg, por un importe total de 225 millones de euros. Una operación que, hace cuatro años, tasó la Operación Canalejas en 450 millones de euros.
Carabino
Las filiales en Luxemburgo tienen mas peligro que un saco de culebras a 50 grados centígrados de temperatura. Otros las abrieron lo mas lejos que pudieron, para ver de pasar mas desapercibidos. No estamos en tiempos de confiar..