Economía

Ómicron: otro palo en la rueda de la recuperación

El primero en olfatear la amenaza fue el presidente de la Reserva Federal estadounidense. Alejándose del optimismo prudente del Banco Central Europeo y del 'hiperoptimismo' que predican gobernantes como Pedro

El primero en olfatear la amenaza fue el presidente de la Reserva Federal estadounidense. Alejándose del optimismo prudente del Banco Central Europeo y del 'hiperoptimismo' que predican gobernantes como Pedro Sánchez, Jerome Powell lanzó el primer jarro de agua fría: "Hay demasiada incertidumbre con la variante ómicron y no está claro cómo de intensos serán los efectos en la inflación, el crecimiento económico y el empleo".

Lo dijo el 29 de noviembre, mucho antes de que ómicron enseñara de verdad los dientes. El responsable de la política monetaria de Estados Unidos mostró en el Senado su "gran preocupación" ante el riesgo de que la nueva variante "retrase los avances en el mercado de trabajo e intensifique las disrupciones de las cadenas de suministro".

Nada hacía presagiar entonces que la mutación del virus en Sudáfrica iba a desembocar de nuevo en confinamientos y restricciones severas, por la explosión de los contagios. Pero la Reserva Federal comenzó a preparar la venda, dando por hecho que habría heridas. Apenas dos semanas después, el 16 de diciembre, Powell anunció tres subidas de los tipos de interés en 2022, además de la reducción acelerada de las compras de deuda. El comunicado oficial sorprendió, además, por suprimir el adjetivo "transitorio" al mencionar el problema de la inflación.

Al día siguiente, el Banco de Inglaterra se alineó con los temores de la Fed y dio un paso más, elevando los tipos de interés del 0,1% al 0,25%. Una decisión controvertida, en pleno proceso de recuperación económica, con la que se persigue atajar una inflación desbocada (en Reino Unido alcanza el 5,1%; y en Estados Unidos, el 6,8%). "No sabemos casi nada sobre ómicron por el momento y eso, me temo, es un factor muy importante a tener en cuenta", lamentó el gobernador de la institución, Andrew Bailey. El comunicado oficial ponía el foco en China: "La estrategia de Covid-cero que está aplicando China puede provocar nuevas interrupciones en fábricas y puertos, y esto puede tener impacto en los precios del transporte".

La embestida de la nueva variante no sólo puede alargar la contracción actual del consumo doméstico en España, sino aumentar las dudas a los empresarios que pretendían invertir

Tanto la Fed como el Banco de Inglaterra coinciden -el BCE aún no lo ve tan claro- a la hora de pronosticar una prolongación de las tensiones inflacionistas. Y en ello juega un papel determinante la propagación de ómicron. Las consecuencias de la variante (nuevos confinamientos, teletrabajo forzado, restricciones en los viajes) intensifican, en vez de solventar, el factor que más está calentando la inflación después la energía: los cuellos de botella en el comercio internacional. Si los problemas en la fabricación y la distribución persisten, las tensiones inflacionistas se alargarán más allá de la primavera, cuando está previsto un descenso de los precios del gas y la luz.

"El nuevo escenario complica la estrategia que han seguido la mayoría de los gobiernos durante la crisis, a base de aplicar medidas extraordinarias en materia fiscal y monetaria", reconoce HSCB en un 'paper' reciente. "La aparición de la nueva variante ómicron supone una nueva fuente de incertidumbre", añade Bankinter en el informe 'Estrategias de Inversión 2022', difundido esta semana.

La Fed advierte de los riesgos que conlleva la variante ómicron.
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell.

El equipo económico del banco, liderado por Ramón Forcada, recuerda los tres pilares que, en teoría, deberían sustentar la recuperación el año que viene. El primero es "la rotación del liderazgo en la recuperación de la demanda interna, desde el consumo privado hacia la inversión". Es decir, las empresas y el sector público deberían sustituir a los hogares como principal vector del crecimiento, "ante el mayor impacto en este segundo año de los fondos europeos". El segundo es el "la aceleración de la contribución del sector exterior, gracias a la recuperación del turismo internacional. El tercero, "la moderación de las tensiones inflacionistas, especialmente a partir del segundo trimestre de 2022".

Las consecuencias de ómicron, como el teletrabajo forzado o las restricciones en los viajes, intensifican, en vez de solventar, el factor que más está calentando la inflación después la energía: los cuellos de botella en el comercio

En su informe sobre España publicado este miércoles, el Fondo Monetario Internacional (FMI) parte de premisas similares. La institución con sede en Washington sitúa al consumo privado como "principal motor de la economía" y prevé que "la inversión se afiance en 2022, gracias a la solidez de la demanda, la continuidad de las condiciones favorables de financiación, una desaparición gradual de los cuellos de botella en las cadenas de suministro global, y un despliegue más rápido de los fondos".

Todos los escenarios están amenazados por ómicron. La embestida de la variante no sólo puede alargar la contracción actual del consumo doméstico, sino aumentar las dudas de los empresarios que pretendían invertir. El impacto es evidente en el caso del turismo internacional. La nueva ola también dificulta al Plan de Recuperación de Sánchez. Muchos proyectos vinculados a los fondos europeos requieren que los materiales y los componentes fluyan. Que se lo digan al sector del automóvil, protagonista del primer PERTE aprobado y víctima desde hace meses del atasco global de los suministros.

Conferencia de Presidentes extraordinaria por los contagios de omícron
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la Conferencia de Presidentes.EP

"La actual ola de infecciones pone de manifiesto los riesgos que la pandemia sigue suponiendo para la actividad, sobre todo si las vacunas resultan ser menos eficaces ante las nuevas variantes", recuerda el FMI. "Las perspectivas macroeconómicas siguen estando sometidas a un grado elevado de incertidumbre", añade el Banco de España en su último Boletín Económico, publicado el pasado día 17. Es decir, antes del 'boom' de contagios.

A la hora de efectuar sus pronósticos sobre España (un crecimiento del PIB del 4,5% este año y del 5,4% el siguiente), la institución asume "que el impacto de la pandemia sobre la actividad económica seguirá reduciéndose en los próximos trimestres, hasta, eventualmente, desaparecer". Hasta ahí, lo esperable. A continuación, el Banco de España alerta: "el repunte reciente en la incidencia de la enfermedad, a pesar de los grandes avances en el proceso de inmunización de la población, y la aparición de la variante ómicron conducen a que no puedan descartarse otros escenarios epidemiológicos más adversos".

La amenaza de ómicron se cierne sobre España con la economía en un proceso delicado de despegue. Y con una recuperación venida a menos, en comparación con el escenario de ensueño que dibujó Sánchez a principios de año y que la realidad se ha encargado de desmontar.

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