Economía

Rumbo a los 30 $: la guerra entre Irán y Arabia Saudí por vender petróleo barato

En unos días, el Brent romperá la barrera psicológica de los 30 dólares. Arabia Saudí e Irán libran una guerra soterrada para vender petróleo barato a Occidente; la OPEP no puede mover ficha; EEUU se frota las manos; China recorta sus inversiones en materias primas y el dólar cada vez más fuerte. Un cóctel que hará que el barril siga bajando en los próximos meses. 

Hoy hace justo un mes que el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, abandonó la cota psicológica de los 40 dólares. El 9 de diciembre pocos analistas podían vaticinar que sólo 30 días después, el precio del barril iba a cerrar a 33,5 dólares, pero menos aún que en unos pocos días más, la barrera de los 30 dólares saltaría por los aires.

¿Será la semana que viene o la siguiente? Arabia Saudí lo ve claro. La elaboración de su presupuesto para 2016 se ha basado en un precio de referencia del barril de 26 dólares, asumiendo que su déficit se disparará hasta los 87.000 millones de dólares.

También el precio marcado estos días por el barril OPEP da unas pistas muy claras. El crudo de referencia del cártel petrolero rompió este jueves la barrera de los 30 dólares y ya cotiza por debajo.

Arabia Saudí lo ve claro: ha elaborado su presupuesto para 2016 con un precio de referencia del crudo a 26 dólares, lo que le provocará un déficit de 87.000 millones de dólares

Así que, según los expertos consultados, es sólo cuestión de días. El Brent bajará de los 30 dólares y ni Arabia Saudí ni Irán harán nada para frenar esta caída. Contrariamente a lo que suele ocurrir cuando estallan las tensiones geopolíticas en Oriente Medio, en este caso el conflicto entre estos dos gigantes de la producción petrolífera, en lugar de tensar el precio al alza, lo están acabando de hundir.

Arabia Saudí, primer productor mundial, está bombeando petróleo barato hacia Occidente como medida preventiva ante la vuelta de Irán a los mercados, tras el levantamiento de las sanciones internacionales contra la república islámica por la firma del acuerdo nuclear.

La monarquía saudita ha rebajado el precio del crudo que vende a Europa en unos 60 centavos de dólar para el barril dirigido al noroeste del Viejo Continente y en 20 centavos para el que exporta a la Europa mediterránea.

El objetivo de Arabia Saudí es acaparar todo el mercado posible ante la llegada masiva de crudo iraní en los próximos meses. Detrás del conflicto diplomático, la ejecución del clérigo chií Al Nimr y la quema o bombardeo de embajadas se esconde una guerra soterrada entre los dos gigantes petroleros por controlar el mercado.

El aliado de EEUU está ofreciendo a los países europeos un precio especial rebajado de su crudo, con el objetivo de cerrar el paso a la llegada del petróleo iraní tras el levantamiento de las sanciones

La ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos países hace más inviable aún un posible golpe de mano en el seno de la OPEP para reducir producción y provocar una subida del precio del crudo.

En estos momentos, es imposible que los dos países más poderosos del cártel lleguen a acuerdo de ningún tipo.

Obama, primer beneficiario

Y en todo este contexto, ¿qué papel juega Estados Unidos? El presidente Barack Obama, para consumo interno, se muestra preocupado por el futuro de la pujante industria del fracking en el país, que ya emplea a decenas de miles de personas y a la que el petróleo barato le está dando la puntilla.

Pero ni en sus mejores sueños Obama y su Gobierno hubieran imaginado que la economía estadounidense se estaría financiando a principios de 2016 con un petróleo en el entorno de los 30 dólares. La primera economía del planeta y gran consumidor de crudo ha pasado de comprar barriles a 70 dólares a conseguirlos por menos de la mitad, lo que supone todo un revulsivo para la industria y el consumo del país.

Es verdad que a Obama le preocupa el futuro de la industria del fracking (extracción de crudo y gas no convencionales con sistemas de fractura hidráulica), que no es rentable a los precios actuales, pero a nadie se le escapa en ese país que el mejor escenario posible para su economía es el del petróleo barato.

La economía de EEUU, preparada para funcionar con un crudo a 70 dólares, se está beneficiando del petróleo barato aunque eso vaya en detrimento de su emergente industria del fracking

En esa misma situación estaría China, otro país que sustenta en las materias primas fósiles su desarrollo económico e industrial, de no ser por la ralentización de su crecimiento y la crisis financiera que viene sufriendo desde finales del pasado año.

Tradicionalmente, la voracidad compradora de crudo del gigante chino tensionaba al alza los precios internacionales, pero la crisis actual que sufre el país está provocando, obviamente, el efecto contrario.

Tampoco ayuda nada a los que desean que el crudo suba, la fortaleza del dólar, que provoca la huida de aquellos inversores que suelen apostar por materias primas que cotizan en esta moneda.

Y en todo este contexto, los países que más están sufriendo con el crudo por los suelos son los que producen petróleo y gas a precios medios/altos: Rusia, Venezuela, Ecuador, Perú, México y Brasil. Sus economías ya están sufriendo desde el pasado año la caída de ingresos por la venta de un crudo que no ha parado de bajar mes tras mes. 

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