Economía

La operación Chamartín sigue siendo una quimera tras el primer encuentro para desbloquearla

El estreno de la mesa para tratar de sacar adelante el desarrollo del norte de Madrid puso de manifiesto lo alejado de los planteamientos defendidos por el Ayuntamiento de la capital, por un lado, y el Ministerio de Fomento y la promotora DCN, por el otro. La Comunidad de Madrid ni acudió al encuentro.

El proceso de desbloqueo de la operación Chamartín no ha contado con un inicio prometedor. La primera reunión entre las partes implicadas, Ayuntamiento de Madrid, Ministerio de Fomento, la promotora Distrito Castellana Norte (DCN) y la Comunidad de Madrid (que, finalmente, no acudió tal y como había anunciado) puso de manifiesto que las posturas están aún demasiado alejadas para pensar en un acuerdo, al menos a corto plazo, como plantea el Consistorio. El desarrollo del norte de Madrid sigue siendo, a día de hoy, una quimera.

El optimismo mostrado en público a la salida de la reunión por el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Calvo, contrastó con el tono plano mostrado tanto por el nuevo presidente de Adif, Juan Bravo (que acudió en representación de Fomento), como del presidente de DCN, Antonio Béjar. Ambos esperaban oír en las dos horas que duró la reunión algo diferente de lo escuchado durante el último año y medio. Pero fue en vano.

Las tres partes únicamente coincidieron en la necesidad de sacar adelante un asunto que lleva encima de la mesa casi un cuarto de siglo. Y también, que la estación de Chamartín debe ser el eje vertebrador del desarrollo y que necesita, con urgencia, una remodelación. Un viaje para el que no hacían falta tantas alforjas, como apuntaron fuentes próximas a Fomento.

Pese a la insistencia de Adif y DCN, no fue posible concretar cuestión alguna sobre la operación, algo que Calvo prefiere dejar en manos de los técnicos, llamados a mantener, a partir de ahora, encuentros periódicos cada dos o tres semanas con el fin de tratar de avanzar. Sin embargo, cuestiones claves como el número de viviendas, el soterramiento de las vías, el volumen de zonas verdes y la extensión del desarrollo van más allá de planteamientos técnicos. Y, sin embargo, quedaron sin concretar.

Las delgadas líneas rojas

Delante de la prensa, Calvo no quiso hablar de “líneas rojas”. Tampoco el presidente de Adif, aunque se cuidó mucho de recordar que el acuerdo de concesión de los terrenos del Ministerio de Fomento a DCN a cambio de algo más de 1.200 millones de euros “no es objeto de negociación”. Es decir, no se toca.

Aunque no le puso tal nombre, Béjar sí habló de líneas rojas. Y puso encima de la mesa hasta tres: la económica, la técnica y la jurídica (es decir, lo que está firmado hay que respetarlo). Y añadió una cuarta: “no queremos invertir en un proyecto poco ambicioso”.

Poco ambicioso era el “Madrid Puerta Norte” presentado por el Ayuntamiento como alternativa al de DCN y, por lo visto en esta primera reunión, el planteamiento del Consistorio no se aleja demasiado de él.

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