El programa de regulación extraordinaria de inmuebles del Catastro, ejecutado de oficio por el ministerio de Hacienda entre 2013 y 2018, ha culminado aflorando más de tres millones de inmuebles que no estaban declarados, según cifras del propio ministerio a las que ha tenido acceso Vozpópuli.
Dicha cantidad de inmuebles equivale a alrededor del 5% del total de inmuebles y a una inyección estimable en al menos alrededor de 2.000 millones de euros para las arcas públicas si se suman las revalorizaciones, los atrasos consecuentes y las multas.
Según cifras de Hacienda, el 35% del total de lo aflorado tuvo que ver con nuevas construcciones no declaradas (inmuebles catastrados como solares, sobre los que se ubicaban construcciones en la realidad, que no estaban tributando), un 34%, con ampliaciones y rehabilitaciones de construcciones catastradas (los valores catastrales calculados y tributando no incluían estas características, que implican valores más elevados), el 27%, con reformas y cambios de uso (sólo se tienen en cuenta las reformas que implican una prolongación de la vida útil de los edificios). y el 4%, con piscinas ocultas.
Impacto en el IBI
El incremento medio del recibo del IBI de cada bien inmueble regularizado ha sido de 174 euros, al tiempo que por cada inmueble regularizado, los atrasos del impuesto no pagado ascienden a una media de 462 euros.
Según puntualiza Hacienda, el incremento medio de la cuota íntegra total del IBI de cada municipio sometido al plan ha sido aproximadamente de un 2,27% en cada ejercicio. Todos estos importes, aclara el ministerio, son sobre cuotas íntegras del IBI, es decir, sin tener en cuenta exenciones ni bonificaciones.
A la suma de lo anterior cabe añadir alrededor de 200 millonesrecaudados solo en multas por parte del ministerio. Por cada inmueble regularizado, el dueño debe pagar una tasa de 60 euros, aunque puede presentar una reclamación previa.
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