En sus tiempos de senador y también como presidente de EEUU, Barack Obama lideró numerosas iniciativas para conseguir que las multinacionales estadounidenses tributaran más, entre las que destacó el cerco que dedicó a Apple. Capitaneadas por las de Silicon Valley, estas empresas pagan muy poco en el mundo pero tampoco lo hacían en Estados Unidos, en su rechazo a repatriar dividendos. Con el tipo del Impuesto sobre Sociedades más elevado de la OCDE, Obama no lo consiguió, pero sí lo hizo Donald Trump con su famosa reforma fiscal llena de rebajas de impuestos. Así lo muestran los datos de recaudación del Impuesto sobre Sociedades de EEUU que recoge el inspector de Hacienda Francisco de la Torre en ¿Y esto quién lo paga? Economía para adultos (Debate, Penguin Random House).
La experiencia de EEUU supone un aviso a navegantes para España, cuando el pacto entre el PSOE y Sumar pretende sustentar su batería de medidas de gasto social con la imposición de un tipo efectivo de tributación sobre el resultado contable del 15%, en el que no se incluyen ajustes por lo tributado fuera ni por las bases negativas y con el que asegura que se recaudarán más de 10.000 millones al año.
Y es que más allá de los problemas jurídicos que puede generar esta medida, que supone dobles imposiciones y que afecta al principio de capacidad económica, como ha planteado la Audiencia Nacional al Tribunal Constitucional, el principal contratiempo que aparece es que además es inútil. Como ocurría en EEUU con Obama, las empresas no se traen los dividendos y así se libran del gravamen.
A la espera de conocer el detalle y a quién afecta, si opera para las de más de 20 millones de cifra de negocios como el tipo mínimo sobre base imponible en vigor desde 2022, el tipo sobre resultado contable perjudicará a las de menor tamaño y a sus deducciones y lastrará la inversión en I+D. Pero las grandes lo evitarán.
El consejero delegado de Apple, Tim Cook, lo expuso claramente en el Senado de EEUU en 2013: de aplicarse un impuesto "razonable" al beneficio que se genera fuera, muchas empresas podrían repatriarlo y eso redundaría en beneficio de la economía.
De hecho, como recuerda Francisco de la Torre, Cook llegó a pedir un préstamo multimillonario para pagar un dividendo cuando asumió el relevo de Steve Jobs con tal de no repatriar su caja en paraísos fiscales. Algunas Administraciones de EEUU se plantearon ofrecer una ventana de oportunidad con una tasa rebajada temporal con el fin de que las multinacionales repatriaran dividendos, pero Obama se negó a hacerlo.
¿Y qué hizo Trump? Rebajó Sociedades del 35% al 21% y planteó una tarifa plana del 8-10% para los beneficios obtenidos en el extranjero y consiguió más recaudación. Este efecto, en el que operó la controvertida curva de Laffer, admite De la Torre, se dio con más rotundidad al principio, pero con todo, reveló un sistema más útil para el Tesoro de EEUU. De hecho, la Administración Biden ha elevado el tipo nominal de Sociedades pero mantiene la tarifa plana para la repatriación.
Aunque se esperaba que la recaudación por Sociedades llegase a 2021 a cerca de 330.000 millones de dólares, la cifra final se situó en 370.000 millones, un incremento de 40.000 millones respecto a lo previsto.
En el pacto entre el PSOE y Sumar, también se asegura que este 15% efectivo de tributación sobre el resultado contable de las grandes empresas en el Impuesto sobre Sociedades sigue "los términos acordados a nivel global y en la UE", cuando la tasa global a multinacionales que ha acordado la OCDE, sin que todavía se haya concretado definitivamente, no se calcula sobre resultado contable sino sobre base.
Este Pilar 2 de la OCDE es en realidad iniciativa de Estados Unidos y en concreto, del propio Trump, en este intento de que las multinacionales de EEUU tributen allí y a la vez no pierdan competitividad. En la última parte de su mandato lo bloqueó, pero fue su impulsor original. También pesó en su iniciativa su confrontación personal con Amazon y Jeff Bezos.
El supuesto desquite de Podemos/Sumar
Ya en 2015 Podemos intentaba imponer un tipo mínimo en Sociedades sobre resultado contable. Finalmente, en los Presupuestos de 2022 se incorporó un tipo mínimo sobre base imponible del 15% a instancias de los morados, que luego se vieron ridiculizados en algunos sectores empresariales, que avisaban de este tipo sobre base tendría poco efecto al estar la mayoría de las empresas por encima, y ahora se desquitarían con este hachazo.
Estos relatos se construyen además sobre datos debidamente cocinados por Hacienda. La propia Díaz aseguró en la presentación del pacto que las multinacionales pagan poco más de un 3%, una cifra en línea con el maquillaje de Hacienda al dato de tributación de las grandes empresas para sostener que pagan poco, que el PSOE y Sumar utilizan para justificar el golpe fiscal que les asesta el acuerdo de gobierno que firmaron este martes.
En las Cuentas Anuales Consolidadas del Impuesto sobre Sociedades que elabora la Agencia Tributaria (AEAT) desde 2018 y cuya última edición, sobre 2021, se ha publicado este miércoles, se concluye que los grupos consolidados tuvieron un tipo efectivo sobre beneficio del 6,19% frente al 19,39% que se obtiene sobre base imponible, el cálculo ortodoxo. En el caso de los grupos con una cifra de negocio de más de 1.000 millones de euros, la diferencia va de un tipo preparado del 5,73% a un 19,02%.
Esta cocina se basa en un parámetro de medición que se inventó la AEAT en 2018, el beneficio agregado, por el que no descuenta las pérdidas de las sociedades en el grupo en el cálculo, lo que le permite elevar el resultado y así rebajar el tipo efectivo.
Este tipo sobre beneficio agregado es el cuarto indicador sobre lo que pagan las multinacionales que pergeña la AEAT. De hecho, el que solía ofrecer con el fin de que muestre una tributación baja, sobre resultado contable, no lo proporciona en esta estadística, ya que sale más alto que el nuevo que ha ideado, sobre beneficio agregado. El tipo sobre resultado contable global de Sociedades de 2021 fue del 9,61%.
Inconstitucionalidad
Tributar sobre el resultado contable plantea dudas de constitucionalidad por atentar contra la capacidad económica. Así lo ha entendido la Audiencia Nacional, que ha planteado la pregunta al Tribunal Constitucional (TC) por los pagos fraccionados incrementados que aprobó Cristóbal Montoro en 2016.
El TC ya tumbó estos pagos por la forma, por haberse aprobado mediante Real Decreto-ley, lo que luego Hacienda salvó de cara al futuro introduciéndolos en una ley de Presupuestos. Pende ahora un nuevo recurso ya sobre el fondo del asunto, su posible confiscatoriedad.
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