El hecho de que Mariano Rajoy diera este jueves la cara en La Moncloa después de reunirse durante más de dos horas con los sindicatos y los empresarios, sumado al broche final que las tres partes implicadas dieron al encuentro con la elaboración de un comunicado conjunto, dan fe de la buena voluntad con la que se ha recuperado el diálogo social tras el bache provocado por la huelga general convocada hace seis meses.
Los sindicatos han recuperado el diálogo con el Gobierno después de haberle convocado dos huelgas generales
Este buen clima no es sinónimo de acuerdos concretos. Gobierno, sindicatos y empresarios descartan cualquier espacio para un gran pacto de Estado por el empleo, pero han acordado la apertura de mesas de diálogo sectoriales en las que abordarán el aumento del gasto en protección social, el desarrollo de la reforma laboral y la reforma de las pensiones, en este último caso sometida a la negociación que se canalice a través del Pacto de Toledo. Mariano Rajoy destacó este jueves la importancia que concede al pacto de rentas que opera para la moderación de los salarios y de los beneficios empresariales y se comprometió, en lo que compete al Gobierno, a contener los precios públicos regulados.
La buena disposición que ahora exhiben los sindicatos después de haber convocado dos huelgas generales contra el actual Gobierno se explica, en parte, por la quiebra técnica en la que se encuentran sus arcas y por la inclinación de este último a socorrerles a través de las partidas, este año cercanas a los 1.000 millones de euros, pendientes de llegar de Bruselas para dotar la Formación Profesional para el empleo. Esto puede reportarles a los dos principales sindicatos, y también a la patronal, bastante liquidez.
UGT y Comisiones están pendientes del reparto de los 1.000 millones que llegarán de Bruselas para la partida de formación profesional
Ni en este aspecto del diálogo social ni el resto de los que este jueves se abordaron en La Moncloa, tiene capacidad para entrar el PSOE, que acaba de promocionar como alternativa un paquete de medidas orientado a salir de la crisis. Este programa descansa en una recaudación tributaria extra de 80.000 millones y en un aumento del gasto condicionado a la petición de un nuevo rescate a Bruselas para aprovechar los 60.000 millones que han sobrado de las ayudas a la banca.
“Rubalcaba vuelve a quedarse fuera de juego”, aseguran fuentes gubernamentales, pues tendrá que resignarse a llevar la mayoría de sus iniciativas al Congreso, donde están condenadas al fracaso debido a la mayoría absoluta que tiene el PP. En este caso, añaden estas fuentes, los que acaban de meter a Rubalcaba en una situación que puede contribuir a debilitar todavía más su autoridad son los propios sindicatos.
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