Wayra es la interfaz de Telefónica y ecosistema emprendedor. Un proyecto que comenzó a andar con la inspiración de Pallete en crear un hub que permitiera dejar el emprendimiento en su lugar de origen y no tener que emigrar a Estados Unidos, considerado el monopolio de la innovación. Wayra nació como idea para que el emprendimiento tecnológico se quede dónde nace y “que nosotros pudiéramos crear ecosistemas de emprendimiento en los sitios donde estábamos y pudiéramos acelerar”.
Un sistema que han replicado casi todas las grandes compañías en España porque la innovación ya no nace de los canales donde venía naciendo hasta ahora, que era la propia empresa, los departamentos de I+D o los suministradores. “Te das cuenta de repente que ideas sobre tu negocio y otro distinto empiezan a nacer en sitios diferentes y que tienes que abrir la innovación. Lo que preocupa es detectar la innovación cuando está naciendo y surge el concepto de innovación en abierto. Y creo que de esa dinámica se van dando cuenta todas las empresas en paralelo”.
El sector vuelve a reflejar el potencia de crecimiento absoluto
En el caso concreto de Telefónica, dice Pallete, la inversión en I+D+i supone un 30-40% del CAPEX. Innovación de las nuevas generaciones de telecomunicaciones, nuevas generaciones en torno a la fibra… “Es una innovación muy concreta en un producto consolidado. En Telefónica, más del 76% de los ingresos de lo que vendemos son nuevos productos y servicios relacionados con la conectividad. Hace 7 años más de la mitad de lo que vendíamos era negocio tradicional y esa transformación la medimos a través de cómo se ha transformado nuestra fuente de ingresos, que tiene que ver mucho con la innovación”.
En este sentido, el directivo de Telefónica habla de que el sector es más que un sector de telecomunicaciones. “Ahora es un súper ordenador masivamente descentralizado y que esta presente en cualquier territorio. Y eso puede dar más productos y servicios y que la voz y datos. Somos un reflejo de la nube en la tierra”. Y recuerda que ahora se ve potencial de crecimiento robusto “en un sector que parecía condenado el declive”.
Y es que la capacidad de hacer cosas sobre la red, que no es sólo capacidad, latencia o ancho de banda, es un súper ordenador con capacidad de computación que puede explotar con la bificación de la red.
A esto se añade la Inteligencia Artificial. Una tecnología de la que hay concienciación plena. “La diferencia entre la productividad de los que adopten la IA y los que no lo hagan será del 40%. Esto ya está aquí. ChatGPT lo cristaliza pero la IA lleva tiempo”. En el caso de Telefónica, llevan siete años aplicándolo a la red y todas las empras grandes están absorbiendo procesos, sistemas, qué parte de la función de ingresos, costes… hay muchos usos pero estamos empezando. “No es sólo IA es la confluencia de cuatro granes fuerzas: IA es la más potente, pero también las redes de última generación, fibra 5G Stand Alone, capacidad computación y blockchain y descentralización de la red. Eso genera un ecosistema que va más allá de la IA que va a cambiarlo todo. La Web3 va a ser distinta y no está dicho que los campeones de la Web 2 sean los mismos que en la Web3. El modelo de buscador, de redes sociales, de cualquiera de los grandes de la distribución de vídeo se tiene que adaptar. “Viene una nueva era de innovación que será más potente que lo fue internet, más potente que la movilidad y que es la confluencia de las cuatro variables anteriores”.
No sólo vale innovar...hay que adaptarse a los cambios
Además, en pleno siglo XXI, no sólo vale innovar. Es necesario reconocer “que parte de tu trabajo es adaptarte a situaciones que requieren un riesgo mayor”, asegura en alusión al Covid, Guerra en Ucrania, inflación o crisis energética “que son cosas que un plan de negocio no captura”. En este sentido, sentencia: no es posible gestionar una empresa como Telefónica si no tienes, aparte de un presupuesto y un plan de negocio, una mentalidad preparada para adaptarte ya que hay circunstancias que cambiarán y no todas están bajo tu control.
Este empresario admira la gente con la mente abierta, que detecta si hay amenazas pero también oportunidades y que no se cierra. “Diferenciar lo que es moda de lo que estructural no es fácil por eso admiro la gente que tiene la mente abierta y que toma riesgos, medidos, porque son las que sobreviven”. Una compañía como Telefónica no cumple 100 años si no sirve un propósito ni se sabe adaptar. Pallete asegura que el sistema inmunológico de una empresa está diseñado para matar la innovación porque si va bien ¿para qué cambiar? Cuesta dinero y sobre todo es riesgo.
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