El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ofrece una ayuda indefinida para los mayores de 50 años en situación de desempleo. Cada vez es más común encontrar personas con un decalustro a sus espaldas que experimentan trabas con su edad a la hora de encontrar un trabajo. El desempleo en el colectivo nombrado representa cerca del 30% (847.400 habitantes) del total de personas paradas en España, porcentaje que aumenta más aún si tenemos en cuenta únicamente los parados de larga duración, aquellos que llevan más de dos años buscando un empleo: 47% del total.
Según muestra el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número total de parados en España, el número total de parados en España se situó en 2.855.200 personas en el mes de octubre de 2023, lo que supone un 3,36% más respecto al trimestre anterior, es decir, 92.700 nuevos desempleados. Una cifra preocupante. Es por ello que desde principios de este año, el Gobierno ha ido implementando y sumando diferentes ayudas para amparar así a las personas más desfavorecidas, desde aumentos considerables en las pensiones, hasta estas últimas subvenciones para aquellas personas mayores de 50 años que no encuentren empleo alguno.
Es que parte fundamental del trabajo de la Seguridad Social y del SEPE es salvaguardar la salud financiera de la ciudadanía, sobre todo cuando a una persona se le ha despedido de su trabajo. Si a todo esto le sumamos que España atraviesa un momento de inestabilidad económica, tenemos como resultado un incremento de las ayudas del Estado. Para amparar a este sector de la población, el SEPE ha convocado unas ayudas especiales. En este caso, el propio servicio explica con todo tipo de detalles en qué casos concretos se puede exigir este subsidio.
Estos son los requisitos para acceder a la nueva subvención del SEPE
Tal y como comenta el portal del Servicio Público de Empleo Estatal, estas personas pueden conseguir una ayuda por desempleo indefinido de alrededor de 500 euros. Para ello, los solicitantes tendrán que cumplir una serie de requisitos mínimos. Los más importantes: haber cumplido los 52 años y haber agotado la prestación por desempleo durante esa misma campaña.
Además, estas personas tienen que estar inscritos, como requisito obligatorio, como demandantes de empleo, al menos durante un mes desde que se agote dicha prestación que se estaba percibiendo por desempleo. Con ello, el SEPE comunica ser imprescindible también "no haber rechazado durante ese mes ninguna oferta de colocación adecuada, ni haberse negado a participar, salvo causa justificada, en acciones de promoción, formación o renovación profesional".
Por otro lado, los opositores deben carecer de rentas propias de cualquier naturaleza que sean superiores al 75% del salario mínimo interprofesional en su renta mensual, excluyendo de esta ecuación la parte correspondiente y proporcional de hasta dos pagas extraordinarias. En último lugar, el SEPE menciona todo individuo que quiera presentar su petición a la ayuda tiene que demostrar haber cotizado, al menos, durante quince años como profesional anteriores a la fecha y un mínimo de seis años por desempleo a lo largo de su vida laboral.
En principio, la duración de esta subvención es indefinida, pero quienes cuenten al final con este subsidio, correspondiente al 80% del indicador público de renta de efectos múltiples (IPREM), clavado en 480 euros mensuales durante este año, deberán presentar anualmente la declaración de la renta. Una ayuda que a muchos les sabrá incluso a poco.
Además, a lo largo de los últimos años han surgido iniciativas como Generación SAVIA, un proyecto de la Fundación Endesa y la Fundación mashumano, que tiene como principal objetivo impulsar la empleabilidad de los profesionales sénior, ayudándoles a explorar nuevas salidas y a superar el edadismo (discriminación social por cuestión de edad). Esta propuesta ofrece a dichos desempleados orientación y formación, trabajando para fomentar la concienciación del mercado laboral sobre las aptitudes de los trabajadores de más de 50 años. Su responsable, Elsa Novo de Miguel, subraya que para combatir este problema es necesario “fomentar una nueva mirada de toda la sociedad hacia la diversidad generacional, una nueva percepción que reconozca la experiencia y las capacidades de los sénior”.
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