La aprobación del Real Decreto-Ley que reforma el sistema de la estiba portuaria y su posterior convalidación en el Parlamento no ha contribuido a enfriar el clima de tensión en torno al sector. Más bien, todo lo contrario. Tanto es así que a estas horas la posibilidad de que finalmente se lleve a cabo la huelga convocada para la próxima semana en los puertos es mayor que nunca. La situación ha hecho que tanto la patronal de la estiba como los sindicatos hayan solicitado al Gobierno que vuelva a mediar entre ellos para encontrar una solución.
Precisamente, este jueves era el día marcado para la llegada de esa solución, tras el principio de acuerdo alcanzado la pasada semana entre patronal y sindicatos. Sin embargo, todo salió al revés. La reunión concluyó sin acuerdo, haciendo buenos los presagios de los representantes de los trabajadores a la entrada de la misma. En el encuentro se pusieron encima de la mesa asuntos que no se habían abordado hasta ahora, como la subrogación de trabajadores a futuro y el mantenimiento de las Sagep mientras se prolongaran las negociaciones.
Mientras, los sindicatos mostraron su sorpresa por el hecho de que la patronal se mostrara tan poco dispuesta a aceptar cuestiones que habían dado por buenas apenas una semana antes. “No entiendo nada”, aseguró Antolín Goya, cabeza visible de Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, el sindicato mayoritario de la estiba.
Por el momento, los paros convocados por los sindicatos son los de los días 5, 7 y 9 de junio (lunes, miércoles y viernes de la próxima semana), aunque los representantes de los trabajadores han anunciado que prolongaran el calendario de paros.
El nuevo Real Decreto-Ley no presenta demasiadas variaciones respecto del primero que aprobó el Gobierno y que fue tumbado en el Parlamento. Contempla limitaciones a las pretensiones de los sindicatos para garantizar el empleo que deben ser tratadas en el ámbito de la negociación colectiva. La pasada semana, la comisaria de Transporte, Violeta Bulc, aseguró a los representantes de la Federación Europea de Trabajadores del sector que el Ejecutivo español había ido todo lo lejos que le había permitido Bruselas con la normativa.
Sin embargo, la patronal se encontró este jueves con propuestas de los trabajadores que iban más allá de lo contemplado en el Decreto, con lo que decidieron dar marcha atrás. La situación de Anesco no es la más idílica en estos momentos, con una clara división interna en sus filas, especialmente entre grandes y pequeños operadores. Pero su enfado con el Gobierno, al que consideran responsable de haber propiciado un escenario favorable a los sindicatos, les ha vuelto a unir, aunque sea de forma ocasional.
De su lado, los trabajadores se encuentran en una situación similar respecto del Ejecutivo. Se consideran engañados por el Ministerio de Fomento, que se comprometió a contar con ellos para la elaboración de un Decreto que desarrollara el ya aprobado y que incluyera la propuesta que elaboró el presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña, aunque sólo contó con la aprobación del Gobierno.
Las dos partes consideran que el Ejecutivo es en buena parte culpable de la situación en la que se encuentran actualmente las negociaciones y consideran que es clave que se siente a la mesa para buscar una solución de consenso. De lo contrario, los sindicatos amenazan, y ahora parece que va en serio, con parar los puertos y generar un caos en el país.
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