Pedro Larena, exconsejero delegado del Banco Popular, ha asegurado este miércoles que Emilio Saracho no fue el artífice de su cese. El antiguo número dos ha destacado que su marcha fue un acto pactado entre ambas partes y que se originó cuando llegó del nuevo presidente de la entidad, según fuentes jurídicas presentes en la declaración.
Así lo ha expresado Larena en la Audiencia Nacional, ante el juez que investiga las presuntas irregularidades que llevaron a la disolución de la entidad en el verano de 2017. El exdirectivo, que ha acudido este miércoles a la madrileña Plaza de Villa de París, fue consejero delegado del Banco Popular durante los mandatos de Ángel Ron y Emilio Saracho.
Larena abandonó su puesto un año y medio después de su nombramiento. La llegada del nuevo número dos, Miguel Escrig, le había relegado como un consejero delegado con funciones de director comercial. Eso, junto al reconocimiento de los errores de las cuentas de 2016, le han llevado a renunciar.
Intento de golpe de efecto de Ron
Este fichaje fue el último gran intento con el que Ron quiso dar un golpe de efecto y recuperar la confianza del mercado. Llegó procedente de Deutsche Bank, donde lideraba el negocio comercial a nivel internacional (salvo Alemania). Larena siempre ha defendido que Popular "era un bancazo", aunque su perfil más comercial y la guerra que libró el consejo del banco (que se cobró la salida de Ron) impidieron que el directivo pudiera coger las riendas de la entidad.
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