El Gobierno ha decidido supeditar por decreto la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2021 a la consecución de un acuerdo con la patronal de empresarios y los sindicatos, de forma que por el momento el próximo año comenzará con una prórroga del SMI actual, de 950 euros en catorce pagas.
Según ha adelantado La Información, el Ejecutivo ha utilizado el real decreto-ley que regula las relaciones entre España y Reino Unido tras el Brexit, para aprobar en una disposición adicional la necesidad de que se logre un acuerdo en la mesa de diálogo social para aprobar una nueva subida del Salario Mínimo. Así, el SMI seguirá en el nivel actual "durante el periodo necesario para garantizar la continuidad de los trabajos de la mesa de diálogo social en la búsqueda, un año más, de un incremento pactado del salario mínimo interprofesional", recoge el texto.
El Gobierno ha decidido que es necesario "garantizar la efectiva participación de los agentes sociales en la fijación del salario mínimo interprofesional, en un contexto social y económico de especial dificultad", recoge el citado diario, para poder dar "continuidad a la senda de crecimiento de esta variable en cumplimiento de los compromisos asumidos en el ámbito europeo e internacional".
Con esta medida, el Ejecutivo deja atrás la voluntad del Ministerio de Trabajo, liderado por Yolanda Díaz, y del vicepresidente, Pablo Iglesias, de aprobar una subida del SMI antes de acabara el año tanto si contaba con el apoyo de la patronal, como si no.
Blindan a la CEOE
Patronal, sindicatos y Gobierno no han conseguido llegar a un acuerdo en la mesa de diálogo social para efectuar una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), de ahí que el Ejecutivo -que también tiene divisiones internas- haya decidido posponer esta medida y supeditarla a que haya acuerdo.
La facción de Unidas Podemos, liderada por el vicepresidente Pablo Iglesias y la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, era partidaria de aprobar una subida, pero la parte socialista del Gobierno, con Nadia Calviño y María Jesús Montero a la cabeza, se oponían a aplicar esta medida que supondría un incremento de los costes laborales para el tejido productivo, especialmente golpeado por la crisis.
Los sindicatos, alineados con el partido morado, han presionado para forzar un incremento de este indicador, que en su opinión debería llegar a los 1.000 euros -lo que supondría una subida del 5,3%-, mientras que la CEOE se ha opuesto frontalmente a cualquier incremento por mínimo que fuera y ha defendido desde el principio su congelación.
El Ejecutivo valoró la posibilidad de aprobar una subida, aunque fuera simbólica, del 0,9% (unos 9 euros más por paga), en línea con la inflación prevista y con el incremento aprobado para las pensiones y para el sueldo de los empleados públicos, pero finalmente ha decido posponer la medida hasta lograr el acuerdo en el diálogo social.
Como ya ha contado Vozpópuli, la decisión tomada por el Gobierno supone la victoria (por el momento) de Calviño sobre Podemos.
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Lo mismo ocurrió en 2019
El año pasado las negociaciones entre el Gobierno y los agentes sociales tuvieron un devenir similar. Después de intensas sesiones de diálogo en diciembre, el Ejecutivo decidió empezar el año 2020 con una prórroga del SMI de 2019, de 900 euros, y aplazar a enero las conversaciones.
Pese a que la patronal inicialmente se oponía a un nuevo aumento (después de la subida sin precedentes, del 22%, que se había producido en 2019), finalmente decidió dar su visto bueno el día 22 de enero a una subida del 5,5%, hasta los 950 euros, con el argumento de que sería mejor eso que elevarlo hasta 1.000 euros como pretendían Trabajo y los sindicatos.
La subida se aprobó en el Consejo de Ministros del 4 de febrero, con efecto retroactivo desde el 1 de enero, y se publicó en el Boletín Oficial del Estado el miércoles 5.
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