El año entra en la recta final y la inflación vuelve a repuntar, lo que afecta directamente a las pensiones, que con la última reforma se revalorizan al inicio de cada año con la inflación del ejercicio anterior. En 2023 subieron un 8,5% como consecuencia del fuerte incremento de precios de 2022. Las últimas estimaciones apuntan a que en 2024 subirán cerca de un 4%, lo que acercará la pensión máxima ya a los 3.200 euros mensuales.
En concreto, las previsiones de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) indican que la variación de los precios entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023 (el periodo que se toma por ley para calcular la revalorización) será del 3,9%. De hecho, en lo que va de año (el Instituto Nacional de Estadística sólo ha publicado datos oficiales hasta agosto) la inflación media ya está en ese nivel.
El Instituto Nacional de Estadística publicará el avance del Índice de Precios de Consumo (IPC) de noviembre el próximo 29 de noviembre, y será el 14 de diciembre cuando se confirme la magnitud de la revalorización. En todo caso, todas las previsiones apuntan en la misma línea, con un repunte de la inflación desde julio por los 'efectos base' y el nuevo encarecimiento de los carburantes.
Este año, tras la subida del 8,5%, la pensión máxima superó los 3.000 euros por primera vez en la historia. Concretamente, se elevó hasta los 3.059 euros, 42.829 euros al año (14 pagas). Aplicando la subida del 3,9% prevista para el 2024 (la subida podría acabar siendo unas décimas superior o inferior), esa cuantía quedaría en los 3.179 euros, unos 120 euros más. Anualmente serán 44.499 euros, 1.670 más que en 2023.
En 2024 no se aplicará todavía el llamado destope de la pensión máxima inicial, que arrancará en 2025 y consistirá en revalorizar la pensión máxima incrementándola con el IPC más un incremento adicional de 0,115 porcentuales acumulativos cada año hasta 2050, lo que supondrá un incremento aproximado del 3% en ese periodo.
Lo que sí se aplicará desde el 1 de enero de 2024 es la subida de la pensión mínima contributiva por encima de la inflación para alcanzar en 2027 el 60% de la renta mediana. En 2024, la cuantía de referencia de la pensión se incrementará adicionalmente en el porcentaje necesario para reducir en un 20% la brecha que exista.
Revalorización con el IPC por ley
La revalorización con el IPC no corre peligro ante el actual panorama político, con una probable prórroga de los Presupuestos de 2023. Así lo destaca el Instituto BBVA de Pensiones en un artículo reciente, donde recuerda que "es un derecho reconocido por la Ley y de aplicación automática", por lo que "la subida de las pensiones vinculada al IPC se mantendrá y aplicará, independientemente de que se logre formar Gobierno o de que haya una repetición electoral".
Es decir, "aunque se prorrogasen los Presupuestos del 2023 al 2024, las pensiones se revalorizarán el 1 de enero de 2024, según el método indicado de indexación al IPC", aclara. Cuestión distinta es si la subida de las pensiones con la inflación debe ser generalizada en el contexto actual de presiones inflacionistas.
Con el Banco Central Europeo luchando contra la inflación a través de la política monetaria, algunos organismos han advertido que una subida generalizada de rentas podría ser contraproducente. El Banco de España sugirió el año pasado que, excepcionalmente y hasta que los precios se estabilicen, sólo las pensiones mínimas deberían indexarse al IPC, con una subida más contenida en las máximas.
7.000 millones más de gasto
La revalorización con el IPC y el efecto sustitución (los nuevos pensionistas tienen derecho a pensiones más elevadas que los que salen) ya se deja notar en las nóminas. Prueba de ello es que ya hay más de un millón y medio de pensiones superiores a los 2.000 euros, un 82% más que hace cinco años. Representan un 15% de todas las pensiones contributivas, que suman 10,07 millones.
La nómina de las pensiones contributivas superó los 12.000 millones de euros por primera vez en agosto, tal y como había anticipado este periódico, y a finales de año sobrepasará, previsiblemente, los 12.100 millones. La consecuencia es que las pensiones ya se comen en seis meses el gasto de todo un año antes de la crisis financiera.
Respecto al coste que tendrá la nueva subida, los cálculos del Banco de España apuntan que cada punto porcentual de incremento en la nómina de los pensionistas supone un sobrecoste de 1.800 millones de euros. Es decir, que una subida del 3,9% en 2024 elevará el gasto en unos 7.000 millones anuales.
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