La pensión media de jubilación superará los 19.000 euros anuales este año por primera vez en la historia. Con la revalorización del 8,5% aprobada para 2023, la pensión media de los jubilados se situará en los 1.367 euros al mes (con 14 pagas), frente a los 1.260 euros en los que se ha situado este mes de diciembre. En este sentido, el aumento "supone 1.500 euros más al año", tal y como han destacado en los últimos días desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Hasta el 2021 las pensiones se revalorizaban anualmente en base a una previsión de inflación que, en caso de que los precios acabaran siendo más altos, se compensaba en enero del siguiente año con una paga compensatoria (también conocida como "paguilla"). Sin embargo, la entrada en vigor de la reforma de las pensiones aprobada en diciembre de 2021 obliga a subir las pensiones conforme a la evolución media del Índice de Precios de Consumo (IPC) en el año previo (en este caso, entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022).
En este sentido, al sumar la revalorización del 2,5% prevista por ley (esto es, la subida de precios experimentada entre diciembre de 2020 y noviembre de 2021) y la 'paguilla' por haberse quedado corto el Gobierno en su previsión de IPC para 2021 con una subida de apenas el 0,9%, en enero de 2022 la pensión media de los jubilados fue un 4,1% más alta que un mes antes, pasando de los 1.196 euros en diciembre de 2021 a los 1.246.
De media y respecto al 2021, el pasado año la pensión media de jubilación ya experimentó la mayor subida en 14 años, desde 2008, con un incremento del 5,4%, y alcanzó los 17.500 euros anuales, teniendo en cuenta las pagas extraordinarias, tal y como reflejan los datos actualizados el pasado martes por el Ministerio de Seguridad Social.
Sin desglosar por clases, la pensión media rozaba en 2022 los 1.100 euros y, en cómputo anual, el año pasado superó por primera vez los 15.000 euros. Este año alcanzará los 1.182 euros mensuales y los 16.500 euros anuales.
Un gasto 'extra' de 15.000 millones
A mes de diciembre había 9,05 millones de personas que tienen una pensión contributiva en España. Con la revalorización de las pensiones, más de medio millón de pensionistas cobrarán más de 3.000 euros al mes a partir de 2023 tras la subida del 8,5% que el Gobierno llevará a cabo para compensar la subida del IPC. Hasta ahora, el número de pensionistas con una nómina mensual de la Seguridad Social superior a los 2.819 euros es cinco veces inferior.
Con la subida de las pensiones con el IPC promedio, en línea con las recomendaciones del Pacto de Toledo, la Seguridad Social afronta un gasto extraordinario de 15.000 millones que, además, se consolida en el tiempo, lo que supone un riesgo para la sostenibilidad del sistema de pensiones. Los expertos han advertido que al subir todas las pensiones en el mismo porcentaje, serán las más altas las que más gasto adicional supongan.
Por esta razón, varios organismos, entre ellos el Banco de España (BdE), han reclamado que, excepcionalmente, en 2023 se suban sólo las más bajas. Los expertos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) han propuesto abaratar esta factura con una subida selectiva del 11% para las pensiones mínimas y del 2,5% para las que superen los 1.400 euros. Por su parte, los expertos de EsadeEcPol también hacen una propuesta similar y calculan que subir un 8,5% las pensiones más bajas y un 2% las más altas reduciría un 45% el coste.
Una deuda de casi 100.000 millones
Sin embargo, el Gobierno se ha comprometido a subir todas las pensiones por igual. En este sentido, la revalorización conforme al IPC medio del año previo afectará previsiblemente a las 9,99 millones de pensiones contributivas que había en vigor a 1 de diciembre, de las que 6,30 millones son de jubilación, 2,36 millones de viudedad, 949.781 de incapacidad permanente, 341.311 de orfandad, y 44.834 en favor de familiares.
A la revalorización se suma el sobrecoste que supondrá el envejecimiento de la población, el incremento de los pensionistas -con la jubilación de los babyboomers-, y la entrada de beneficiarios con derecho a prestaciones más altas que los que se dan de baja (efecto sustitución); lo que urge a completar la reforma de las pensiones que ahora negocia Escrivá, con una segunda parte que compense este incremento del gasto.
Para recaudar más ingresos, el ministro ha propuesto a los agentes sociales subir las cotizaciones máximas y aumentar el periodo de cálculo de los 25 a los 30 años (descartando los dos peores). Sin embargo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) asume que, tal y como está planteada ahora la segunda parte de la reforma de las pensiones no será suficiente para compensar el fuerte incremento que experimentará el gasto.
La nómina mensual de las prestaciones contributivas de la Seguridad Social asciende en diciembre a 10.943 millones de euros. Para el 2023 el Gobierno tiene consignado en los Presupuestos Generales del Estado un gasto en pensiones contributivas de 166.777 millones de euros, un 11,2% más que en el ejercicio actual.
En medio del debate sobre la sostenibilidad de las pensiones, principal gasto de la Seguridad Social, ésta acumula un volumen de deuda sin precedentes que asciende a 99.192 millones de euros, aproximadamente un 7,6% del Producto Interior Bruto (PIB) y un 8% más que hace un año. Tal y como recuerda el Banco de España, este incremento se debe a los préstamos concedidos por el Estado a la Tesorería General de la Seguridad Social para financiar una parte significativa de su desequilibrio presupuestario.
La Seguridad Social mantuvo sus niveles de deuda estables, en torno a los 17.000 millones, durante décadas. Sin embargo, en junio de 2017 el Gobierno que entonces presidía Mariano Rajoy se encontró sin dinero suficiente en el Fondo de Reserva (conocido como 'la hucha de las pensiones') para pagar la paga extra de verano a los pensionistas. Fue entonces cuando la Seguridad Social recibió el primer préstamo del Estado, que se sucedió de muchos otros para poder afrontar el creciente coste de las pensiones.
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