Los problemas de la Seguridad Social son cada vez más evidentes. Al tremendo reto demográfico que se avecina, se une el hecho de que las pensiones van a ser cada vez más altas, lo que va añadir problemas al sistema. De hecho, este aumento de las pensiones se puede ver ya mes a mes en la estadística oficial que publica el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
El jueves conocimos las cifras de febrero, que arrojan un nuevo gasto récord en el sistema: casi 8.700 millones mes a mes. El 70% de esa partida se destina a pagar las casi 6 millones de prestaciones por jubilación. Pero hay una cifra quizá más preocupante: los nuevos pensionistas del mes han empezado su jubilación con una pensión media de 1.443,55 euros, casi un 40% que la pensión media de jubilación total, que ronda los 1.000 euros.
Y esto seguirá sucediendo en el futuro. ¿Por qué? Porque los nuevos jubilados han tenido carreras de cotización más largas y con sueldos más altos, lo que hace que accedan a prestaciones más elevadas en el momento de retiro. En teoría, esto haría insostenible el sistema, pero lo cierto es que las dos últimas reformas van a mitigar este efecto.
Las dos reformas
La primera, realizada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2011 elevó a 67 años la edad legal de jubilación y aumentó el número de años cotizados que se tienen en cuenta a la hora de calcular la pensión. Estas dos medidas inciden directamente en el gasto del sistema.
Vamos a detenernos en la segunda, que se trata menos en los medios de comunicación. Hasta 2011 se tenían en cuenta solo los últimos 15 años de cotización, periodos en los que los trabajadores suelen percibir sueldos más altos. Al introducir 10 años más en el cálculo, aunque la entrada en vigor es progresiva, se baja la cuantía de la pensión porque se tienen también en cuenta años en los que probablemente se ha cotizado menos al haber cobrado menos.
La segunda reforma, la que hizo el equipo de Mariano Rajoy en 2013, también reduce los gastos ajustando las prestaciones. Dejó de vincular las pensiones al IPC e introdujo un nuevo íncide para revalorizar las prestaciones cada año, con un mínimo y un máximo. Este nuevo índice va a hacer que las pensiones crezcan solo el mínimo (0,25%) durante muchos años.
Las dos reformas que se han hecho reducirán las prestaciones un 40% en 2050
E incorporó también el factor de sostenibilidad, que no entrará en vigor hasta el año 2019, pero que supondrá una nueva vía de ajuste para las pensiones. ¿Qué hace este parámetro? Introduce la esperanza de vida en el cálculo de la pensión, lo que inevitablemente reducirá las prestaciones. Sobre todo en un país como España, donde la esperanza de vida no para de aumentar.
Según los expertos, estas dos reformas evitarán la quiebra del sistema, eso sí, a costa de las pensiones. Todo el ajuste se hace por la vía del gasto, lo que hará, si no se hace nada para evitarlo, que las pensiones caigan un 40% de aquí a 2050. Por eso los sindicatos y algunos servicios de estudios demandan nuevas reformas que garanticen unas prestaciones dignas a los pensionistas del futuro.
Propuestas
Y el Gobierno está decidido a plantear una nueva reforma. Hay muchas propuestas sobre la mesa y el Pacto de Toledo trabaja para presentar sus recomendaciones en junio. De momento, parece haber acuerdo para subir de nuevo las cotizaciones hasta llegar incluso al destope y prolongar de forma voluntaria la vida activa más allá de los 67 años, dado el aumento de la esperanza de vida.
Pero hay algunas iniciativas más complejas y controvertidas sobre la mesa sobre las que difícilmente se alcanzará un acuerdo, como elevar de nuevo la edad legal de jubilación, limitar algunas prestaciones que hoy en día tienen poco sentido en el sistema, como la de viudedad, o hacer una transformación completa del sistema hcaía un nuevo basado en cuentas nocionales, como en Suecia
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