A pesar del buen comportamiento de las cotizaciones sociales -que crecen a más ritmo de lo que sube la afiliación a la Seguridad Social-, el envejecimiento de la población, el aumento continuo del número de pensionistas y, sobre todo, el hecho de que el sistema asuma el pago de pensiones no contributivas -como las de orfandad o viudedad- provoca que el sistema se encuentre en déficit: gasta más de lo que ingresa año tras año.
En 2018, ese desfase entre el dinero que salió del Sistema y el que entró fue de 17.917 millones de euros, por lo que si se quisiera acabar con ese déficit sería necesario que todas las pensiones bajaran de media 145 euros al mes, según los cálculos recogidos por el equipo de Research de BBVA. "Con las previsiones de septiembre de 2019, el déficit en pensiones excederá en 2019 en un 11,4% el gasto", lo que supone que el agujero de este año será de 17.144 millones de euros.
El deasajuste se debe a que se ha abierto una brecha estructural entre ingresos y gastos, que debido al boom de pensionistas será difícil de cerrar a medio plazo, incluso si se contienen los gastos manteniendo el Índice de Revalorización de las Pensiones (sistema para subir las pensiones como máximo un 0,25% mientras no estén saneadas las cuentas de la Seguridad Social que fue implantado por el PP en 2013 y que todos los partidos han acordado desterrar en favor de la inflación como método para la revalorización).
Aunque los ingresos del sistema de Seguridad Social han crecido durante la recuperación (en 2018 fueron un 8,9% superiores a los de 2008), el crecimiento del número de pensionistas (han aumentado un 1,3% cada año desde 2008) y el efecto sustitución del 1,7% (que recoge la diferencia entre la cuantía de las pensiones que se pagan a los nuevos pensionistas -más altas- y los que se dan de baja por fallecimiento) provocan que esos ingresos sean insuficientes.
15 millones de pensiones en 2050
El futuro es aún más preocupante que el presente, porque si los ingresos son insuficientes ahora lo serán mucho más a medida que la pirámide de población se estrecha por abajo (menos jóvenes en edad de trabajar) y se ensancha por arriba (más jubilados).
Según pronostica Rafael Doménech, responsable de análisis económico de BBVA Research, el número de pensiones de la Seguridad Social aumentará hasta los 15 millones en el año 2050, frente a las 9.768.801 pensiones que paga actualmente el sistema (con datos a 1 de octubre). De esos casi 10 millones, 6.064.093 son pensiones de jubilación.
Para atender a esos 15 millones de pensiones, los expertos de esta entidad calculan que se necesitarán 29 millones de cotizantes en 2050, frente a los 19,4 millones que existen en la actualidad.
Responder a este reto requiere, según Doménech, que la sociedad española elija entre una combinación o varias de entre las siguientes opciones: subir los impuestos para recaudar más -o bien reducir el gasto público para que los ingresos se puedan derivar a las pensiones-, aplicar reformas estructurales que aumenten el empleo y la tasa de actividad, o incrementar el ahorro complementario.
"Es necesario un consenso social sobre cómo repartir de forma equitativa, eficiente y trasparente los ajustes", apunta BBVA, ya que: si sólo se recurre a aumentos de presión fiscal lo pagarán únicamente los trabajadores presentes y futuros (jóvenes) y si no se aportan recursos adicionales el ajuste tendrá que recaer sobre los pensionistas actuales.
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