El Gobierno tiene ya asumidas las grandes posibilidades que afronta de legislar en solitario la reforma de las pensiones, a la vista de las condiciones que Cándido Méndez (UGT) e Ignacio Fernández Toxo (Comisiones) le han puesto sobre la mesa. Es la reforma con mayúsculas que espera la Comisión Europea, pues además de ser la principal partida del gasto -115.000 millones en los Presupuestos de este año-, refleja una evolución preocupante: un déficit para este año cercano a los 15.000 millones de euros, según recoge el cuadro macroeconómico que el Gobierno acaba de enviar a Bruselas. En otras palabras, la obligación de tener que recurrir de nuevo al Fondo de Reserva.
En el cuadro macroeconómico enviado por el Gobierno a Bruselas se prevé un déficit de la Seguridad Social para este año cercano a los 15.000 millones de euros
Para superar este agujero presupuestario ocasionado por la caída de afiliados y la correspondiente pérdida de ingresos, junto al crecimiento de los gastos de desempleo como consecuencia del aumento del paro, los sindicatos pusieron este jueves sobre la mesa de Mariano Rajoy la subida de las cotizaciones sociales, una línea roja que el Gobierno no quiere pisar porque disuadiría todavía más cualquier inclinación de las empresas a contratar.
Las diferencias entre el Ministerio de Trabajo, que dirige Fátima Báñez, y los sindicatos son todavía más de fondo. En realidad, Méndez y Toxo solo están dispuestos a digerir una reforma coyuntural de las pensiones. Y argumentan para ello que, tarde o temprano, se saldrá de la crisis y no deben perpetuarse cambios estructurales que condenen a los pensionistas a perder de por vida poder adquisitivo. Sin embargo, en el Ejecutivo se considera que en la definición del factor de sostenibilidad tienen que reflejarse secuencias de largo plazo ya que tiene que incorporar instrumentos de corrección automática de las pensiones que tengan en cuenta el crecimiento económico, la evolución demográfica y la salud del sistema de Seguridad Social en cada momento.
Rajoy dejó claro este jueves que está dispuesto a asumir en solitario el coste político derivado de las grandes reformas
En síntesis, lo que defienden las centrales es una reforma light de las pensiones, algo que no quiere Bruselas y que tampoco está dispuesto a aceptar el Gobierno, dispuesto a desarrollar una negociación abierta dentro del Pacto de Toledo durante el verano, una vez que el llamado ‘comité de sabios’ publique su informe antes de fin de mes. Mariano Rajoy dejó claro este jueves que está dispuesto a asumir en solitario los costes políticos que emanen de las medidas más impopulares y la de las pensiones tiene todas las papeletas para serlo.
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