España no tiene una cultura del ahorro: sólo tres de cada diez españoles (el 28%) ahorran de manera habitual para su jubilación, según el Estudio de Preparación para la Jubilación 2015 que ha presentado esta semana la aseguradora internacional Aegon, que ha entrevistado a 16.000 personas -14.000 en activo y 1.600 jubilados-.
El principal rasgo que destaca de los españoles es una evidente falta de planificación de cara al retiro, algo que los sitúa a la cola de los 15 países analizados en febrero de 2015, sólo por delante de Hungría y Japón. A nivel de preparación para ese momento, analizada en base a estándares de responsabilidad, conocimiento, comprensión, planificación, ahorro y expectativa, España obtiene una nota de 5,1 puntos, casi uno menos que la media global de 5,9 obtenida tras analizar países europeos, asiáticos y americanos. Sólo el 50% de españoles es consciente de la necesidad de una planificación económica, y únicamente el 28% asegura tener algún plan por escrito.
Fuente: Informe Aegon
Sólo el 50% de españoles es consciente de la necesidad de una planificación económica, y únicamente el 28% asegura tener algún plan por escrito
El perfil ahorrador que dibuja el estudio habla de que en España hay dos tipos: el ahorrador habitual -hombre de 45 años con trabajo a tiempo completo y con unos ingresos anuales medios de 26.000 euros- y el ahorrador aspiracional -mujer de 37 años con trabajo a tiempo completo y con unos ingresos anuales medios de 16.300 euros-. "El gran reto que debemos acometer es conseguir que los ahorradores aspiracionales, en su gran mayoría jóvenes y mujeres, pasen a ser habituales. No existe una correlación directa entre ahorrador habitual y nivel de ingresos. Es importante que se entienda que, aunque sea en cantidades pequeñas, lo fundamental es dotar de periodicidad al ahorro de cara a la jubilación", explica Jaime Kirckpatrick, CEO de Aegon España.
Kirckpatrick admite que los españoles deben entender que se están enfrentando a una nueva realidad social a la que deben adaptarse lo antes posible, y en esta tarea son los jóvenes de entre 20 y 39 años y las mujeres el principal foco de conflicto, ya que cuentan con menos recursos financieros disponibles para el ahorro.
¿Jubilación a los 65?
La incertidumbre sobre el retiro laboral abarcan desde la edad a la que se podrá disfrutar hasta las condiciones en que se llevará a cabo. El 46% de los españoles no pueden asegurar que se jubilen cuando lleguen a los 65 años, y además, el 56% no está seguro de que vaya a poder disfrutar cómodamente de la jubilación, algo que algunos definen como una etapa positiva donde poder dedicarse a los viajes, la familia, las nuevas aficiones o el trabajo de voluntariado.
"La visión que tienen los españoles de la jubilación va en contraposición con su planificación financiera. A diferencia de otros países de Europa, en España muchos ciudadanos están convencidos de que podrán dejar de trabajar al alcanzar la edad estipulada y mantener un ritmo de vida similar al de la etapa laboral. Sin embargo, es muy posible que muchos se vean obligados a trabajar más allá de los 65 años si quieren seguir disfrutando de un nivel de ingresos suficiente", señala Kirckpatrick.
"Es muy posible que muchos ciudadanos se vean obligados a trabajar más allá de los 65 años si quieren seguir disfrutando de un nivel de ingresos suficiente", dice el CEO de Aegon
Una posible solución para los problemas de ahorro futuros está en ir cambiando la mentalidad desde la escuela y en que gobiernos y empresas faciliten y promuevan el ahorro. De hecho, según el estudio, el 35% considera que el Gobierno debería aumentar los fondos para la Seguridad Social mediante una subida de impuestos y sin tener que reducir el pago de pensiones. "Las instituciones deben alentar reformas que permitan a los trabajadores seguir activos durante más años e incorporarse a la jubilación de forma paulatina", sentencia el CEO de Aegon.
Precisamente esta necesidad de ahorro para la jubilación se hace más complicada cuando, como ha publicado Vozpópuli esta semana, las rentas de los jubilados superan por primera vez las de los propios trabajadores. Pese a avanzar a una sociedad dominada por los jubilados, las instituciones no acaban de dar con la formulación idónea para este nuevo orden social, un proceso que lleva en marcha desde 2011.
En su intento de adaptación, el Gobierno de Rodríguez Zapatero introdujo los 67 años como edad de jubilación y amplió los años de cálculo de la prestación desde los 15 a los 25 últimos de trabajo. Más tarde el Ejecutivo de Rajoy desligó del IPC las actualizaciones y las vinculó al estado de las cuentas de la Seguridad Social. Además, incluyó el factor de sostenibilidad, que supondrá que a partir de 2019 la prestación inicial se determine teniendo en cuenta la esperanza de vida del beneficiario. Todo ello contribuye a recortar notablemente las cantidades percibidas en la jubilación, algo que podría contribuir a estimular la concienciación de la necesidad de un plan de ahorro alternativo.
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