El Gobierno ha reconocido a fecha de 21 de noviembre de 2012 un déficit en la diferencia entre ingresos y gastos del sistema de la Seguridad Social por valor de 11.818 millones de euros.
Estas necesidades de tesorería se acumulan desde 2010 y tendrán que ajustarse con los intereses obtenidos por las inversiones del Fondo de Reserva y las aportaciones que inyecte Hacienda para arrojar el déficit de contabilidad nacional, que es el que se tiene en cuenta en Bruselas de cara a los compromisos presupuestarios.
Aunque todavía deba calcularse según dichos criterios de contabilidad nacional, semejante cifra desborda las previsiones del Gabinete de Rajoy, se encuentra muy por encima del equilibrio previsto en las cuentas a inicios de año y dista de los 995 millones de agujero del ejercicio 2011.
No obstante, el Ministerio de Empleo precisa que este dato está en línea con la previsión de déficit del sistema por valor de 10.500 millones enviada a mediados de 2012 a Eurostat.
Estos números rojos subrayan que el sistema ya era deficitario incluso cuando el Gobierno Zapatero defendía lo contrario, según fuentes del Ministerio que dirige Fátima Báñez.
En 2009, se registró un superávit de 8.000 millones, pero ni en 2008 ni en 2009 se ingresó excedente alguno, ni siquiera por intereses, en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. De modo que el departamento de Empleo argumenta que, de haberse depositado estos recursos, la hucha contaría con unos 14.000 millones más.
Tal desfase de liquidez ha obligado al Estado a eliminar los límites legales al uso del Fondo de Reserva y tomar de éste en un solo año 7.008 millones, lo que deja la hucha de las pensiones en 63.008 millones.
El Gobierno empleó recursos del Fondo de Reserva en septiembre (1.700 millones); octubre (1.363 millones) y diciembre (3.940 millones). El enorme montante del último mes del año se debe al pico que supone la paga extraordinaria de Navidad.
Además, el Ejecutivo ha asumido 3.800 millones de los pagos de complementos a mínimos; cogió 4.500 millones de los fondos de las mutuas para financiar la extra del verano; y hasta noviembre había adelantado 6.000 millones de transferencias a la Seguridad Social.
Es decir, las dificultades de liquidez resultan evidentes, en especial porque las pensiones son cada vez más altas y hay menos ingresos de las cotizaciones. Tras perder más de 3 millones de trabajadores, únicamente hay dos afiliados por cada jubilado y sólo en diciembre el desembolso medio en pensiones se elevó un 4,7 por ciento respecto al mismo mes del 2011.
Y a este dato se ha de sumar la partida de prestaciones por desempleo para elaborar el déficit total de la Seguridad Social. Según los presupuestos de 2012, el total de subsidios de desempleo rondaría los 28.000 millones, alrededor de un 5 por ciento menos que en 2011. Sin embargo, en lo que va de año estos desembolsos se elevan a ritmos del 6 por ciento.
Unos guarismos que complican el cierre del ejercicio presupuestario y que avanzan otra reforma de las pensiones cuando ni siquiera se ha puesto en práctica la última. Bruselas presiona para que el sistema sea cambiado de modo que se vincule a índices sostenibles como la marcha de la economía, el número de beneficiarios o el de afiliados.
De acuerdo con los datos de abril de 2011, el Estado ha invertido el 89 por ciento del Fondo de Reserva en deuda pública española, un hecho que ha provocado las críticas del Wall Street Journal porque se está invirtiendo en unos títulos con riesgo periférico. Sin embargo, el Gobierno responde que las rentabilidad media de estas inversiones fue alta, de un 4,2 por ciento.
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