La comparecencia del secretario general de CEOE, José María Lacasa, en la comisión del Pacto de Toledo, ha aclarado bastante las posiciones de los diferentes grupos políticos sobre la reforma de las pensiones. El PSOE ha confirmado en ella que no comulgará con nuevos ajustes sin antes comprobar los efectos de los cambios introducidos en la legislación de la Seguridad Social en 2011. Y tiene una excusa que los socialistas consideran lógica: el PP, en su etapa de oposición, tampoco avaló la reforma que promovió el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La alternativa del primer partido de la oposición es clara: que se utilice lo que haga falta del Fondo de Reserva, que acumula más de 60.000 millones, antes de tocar el bolsillo de los casi nueve millones de pensionistas.
Los socialistas reprochan ahora al PP no haber avalado en 2011 la reforma de las pensiones que promovió Zapatero
Izquierda Unida se mueve en la misma longitud de onda que los socialistas y los sindicatos. “No compartimos un nuevo hachazo a las pensiones”, ha dicho Gaspar Llamazares. Mucho más moderado, el diputado Carles Campuzano, de CiU, ha advertido al Gobierno que sin un acuerdo amplio que involucre a sindicatos, empresarios y grupos de la oposición, el ajuste perseguido no es viable porque con los años pueden llegar nuevas mayorías parlamentarias que entierren cualquier reforma.
El testigo de todos estos desahogos ha sido José María Lacasa, quien además de aprovechar su presencia en el Congreso para recordarle al Gobierno que ha incumplido su promesa de rebajar las cotizaciones sociales, ha recomendado que la reforma de las pensiones se haga con paso apresurado y sin pérdida de tiempo, algo que va a resultar difícil.
Si el proyecto de ley entrara enla CámaraBajael mes que viene, su tramitación no acabaría, muy probablemente, hasta Navidades. Lacasa también ha pedido que para contener el gasto en el sistema dela SeguridadSocialdeje de tenerse en cuenta el IPC como único indicador para actualizar las pensiones y se abra un abanico más amplio de posibilidades, entre ellas precisar su cuantía ampliando el cálculo a toda la vida laboral. CEOE defiende, además, mejorar el trato fiscal a los fondos, combatir con mayor eficacia la economía sumergida y poner en manos de las mutuas los controles sobre la incapacidad laboral transitoria.
La patronal defiende una reforma rápida, el control de la incapacidad temporal por las mutuas y una rebaja de las cotizaciones sociales
Fuera de micrófono y en los pasillos cercanos a la comisión del Pacto de Toledo, algunas formaciones trazan sus líneas rojas en esta reforma y coinciden en que si el Gobierno no quiere protagonizar en solitario la reforma pendiente que exige Bruselas, tendrá que rebajar bastante sus aspiraciones, olvidándose del programa de máximos que defiende la patronal y ciñéndose a la introducción de cláusulas que tengan que ver solamente con la esperanza de vida. “Si el ajuste de las pensiones toma como principal referencia la evolución demográfica y el aumento de la esperanza de vida de la población y, por lo tanto, modula los cambios a partir de este criterio, es muy posible que entremos en el pacto la mayoría de los grupos de la oposición y los sindicatos. De lo contrario, Rajoy está condenado a legislar en solitario, muy cerca de la campaña de las elecciones europeas”, resumen fuentes parlamentarias de diferentes grupos.
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