El 9 de julio de 2020, Nadia Calviño perdió la Presidencia del Eurogrupo por un voto en el último minuto. El 8 de diciembre de 2023 todo indica que Calviño va a ser propuesta para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI). ¿A qué se debe el probable éxito de Calviño ahora, que por el camino también ha sufrido reveses en sus intenciones de saltar al FMI y a la OCDE, y cuando el ganador hace tres años, Paschal Donohoe, era un rival más débil que Margrethe Vestager?
El juego de sillas y sedes abierto en la UE al que optan candidatos españoles y la Presidencia de la UE rotatoria que ostenta España son las claves de la progresión en la carrera de la todavía vicepresidenta primera.
El controvertido papel que ha jugado la Presidencia española de la UE, que lamenta en privado hasta Alemania, que le ha dado su voto, no ha frenado las opciones de Calviño, al contrario. A esta cuestión también ha aludido Francia, que desmintió a Calviño y declaró a Efe en septiembre que la española había viajado a París a reunirse con Bruno Le Maire para hacer campaña de su candidatura y no para discutir sobre los expedientes pendientes en la UE.
El uso de la plataforma de la Presidencia ha molestado a Vestager, según ha podido saber Vozpópuli, que renunció en septiembre a su empleo y sueldo como Vicepresidenta de la Comisión Europea. A pesar de que las posibilidades de Calviño se han incrementado, la danesa no renuncia.
El acercamiento de Bélgica a España para gestionar el traspaso del liderazgo rotatorio de la Presidencia de la UE que asume en enero puede haber propiciado el aval belga. Este jueves Politico avanzó y Vozpópuli ha confirmado que el ministro de Finanzas belga y presidente del Consejo de Gobernadores del BEI, Vincent Van Peteghem, ha decidido proponer como candidata a Calviño y someterlo a votación en el Ecofin del jueves porque, tras las consultas, considera que cuenta con el apoyo suficiente. Entre estos apoyos se encuentra el belga, según ha constatado este periódico.
En esta carrera hacia el éxito de Calviño ha pesado mucho que España optara a un puesto en el BCE que disputaba Alemania, que Madrid ansíe la sede de la Oficina Antiblanqueo europea (AMLA) a la que concurren Fráncfort y París, y que Calviño gestione las negociaciones de las nuevas reglas fiscales, el expediente de mayor trascendencia de los últimos años, que ha dejado en manos de Francia y Alemania.
Avances a costa de intereses de España
Los avances en favor de la candidatura de Calviño desde septiembre se han producido a costa de espacios de poder de España en la UE. Desde que el 11 de agosto España anunciara que presentaba la candidatura de Calviño al BEI, puesto para el que ella misma se descartó en junio, España ya ha perdido un puesto clave en el Banco Central Europeo (BCE) que ha ganado Alemania. El organismo monetario descartó a mediados de septiembre a Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, como nueva jefa de supervisión. Eligió a la alemana Claudia Buch, vicepresidenta del Bundesbank, a pesar de que el Parlamento Europeo recomendó primero a Delgado.
En el Ecofin de octubre el papel de Calviño como Presidencia del Ecofin fue ninguneado precisamente por el eje francoalemán, que declaró que iba a gestionar por su cuenta la negociación de las nuevas reglas fiscales, que también deberían acordarse definitivamente en el Ecofin de la semana que viene.
Hay otro interés clave que puede verse perjudicado por la carrera de Calviño: la candidatura de Madrid a albergar la nueva sede Antiblanqueo europea, puesto al que también concurren París, Fráncfort y Roma y parece que España no está defendiendo a Madrid con el mismo celo que las dos grandes economías de la UE a sus ciudades.
Todo ello, cuando fuentes comunitarias advierten de que la Presidencia del BEI es estratégicamente irrelevante, aunque muy bien pagada, mientas que en el puesto en el BCE era de gran importancia tener allí a una española, que conoce las particularidades del sistema bancario y de las entidades nacionales, si nos enfrentamos a una nueva crisis. Y AMLA significaría cientos de empleos en Madrid, que no alberga sedes.
El sistema de votación
También juega un papel importante en la progresión de Calviño el sistema de elección. En 2020, fue derrotada a pesar de tener el voto de Francia y Alemania porque la Presidencia del Eurogrupo la decide la mayoría simple de los votos de los ministros de Finanzas de la UE, es decir, en igualdad de condiciones.
En la del BEI, en cambio, el peso de Alemania y Francia, junto con Italia, es determinante. Su voto aporta un 19% de apoyos porque sigue el porcentaje de las acciones en el Banco de cada uno. España copa el 11%, cuando se necesita el 68% y el apoyo de 18 Estados miembros.
Esto deja todo el peso de la elección a Francia, cuando Alemania ya desveló tras el encuentro en Málaga entre Pedro Sánchez y Olaf Scholz su apoyo a Calviño. Un voto que parecía que iba a dar a regañadientes, ya que su representante en el Ecofin, el ministro de Finanzas y líder de los Liberales, Christian Lindner, prefiere a Vestager.
Aunque Francia sigue sin hacer público su voto, parece que finalmente será favorable a la española, una vez que Italia ha desvelado esta semana que cuando se retire su candidato, Daniele Franco, avalará a Vestager. En septiembre se contaba con que Franco se acabaría retirando, pero parecía que Italia apoyaría a Calviño.
Junto a Calviño, Vestager y Franco, concurren al BEI dos de los actuales vicepresidentes del BEI, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Ostros. Ninguno se ha retirado a pesar de las dificultades que este número de candidaturas supone para alcanzar los votos necesarios.
La amnistía de Pedro Sánchez y su enfrentamiento con Israel han sido clave en el rechazo de Italia, a la que tampoco han gustado las cesiones de Calviño a Francia y Alemania con las reglas fiscales.
El error de 2020
Calviño perdió en 2020 por un sólo voto. El mazazo a la entonces vicepresidenta segunda fue agrandado porque se produjo después de lo que se presentó como una negociación fina y muy trabajada del Gobierno español en la que todo estaba atado y bien atado. Ahora la vicepresidenta primera es cauta, lo que no le ha impedido resaltar desde agosto que su candidatura es "muy fuerte" y a Pedro Sánchez dar su salida del Gobierno casi por segura este jueves en TVE.
En el duro revés de 2020 fue clave el ministro popular holandés, Wopke Hoekstra. También la llamada Liga Hanseática, que lidera Holanda, y que se creó en 2018 a imagen de la alianza comercial de la Edad Media por los ministros de Finanzas de Dinamarca, Estonia, Finlandia, Irlanda, Letonia, Lituania, Países Bajos y Suecia. Estos países ponen el foco en la libre circulación de capitales, el libre comercio y la competencia fiscal dentro de la UE.
En cambio, ponen reparos a los avances en la integración europea y, muy especialmente, a lo que deben contribuir. La posición contraria a la de Calviño, más integradora y favorable a un presupuesto europeo más fuerte y a poner restricciones a las políticas de impuestos bajos.
También pesó en contra de Calviño el comentario que hizo cuando se refirió en 2018 a la nueva 'Liga Hanseática' como un grupo de "países pequeños con poco peso".
Werner Hoyer deja la Presidencia del BEI en enero. Todo parece indicar que este viernes se producirá la elección de Calviño. Con todo, algunas fuentes comunitarias han venido planteando que ésta no culminará antes de que acabe el año. Hoyer entrará en funciones y el puesto puede pasar a formar parte del paquete para renovar la cúpula comunitaria en junio en que se dirimen la Comisión, el Consejo y el Parlamento.
Si Calviño lograra la Presidencia del BEI en 2024, España se vería obligada a ceder un puesto para dirigir alguna de las instituciones capitales de la UE.
El Gobierno español se ha conformado con un perfil de interinidad a la espera de que se decida el futuro de Calviño.
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