El Gobierno acaba de arrancar el PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) ERHA (energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento) asociado a los fondos europeos en un momento clave para la transición energética por el impacto que está teniendo la guerra en Ucrania en los precios energéticos y la necesidad europea de reducir la dependencia de Rusia para el suministro del gas y el petróleo.
De momento, el Ejecutivo ha abierto tres convocatorias bajo el paraguas de este PERTE: las ayudas para proyectos piloto de comunidades energéticas (40 millones), ayudas para proyectos pioneros y singulares de hidrógeno renovable (150 millones), y ayudas para proyectos innovadores de almacenamiento energético (50 millones). De éstas, sólo la primera se ha cerrado ya. Las otras dos se abrieron esta misma semana, los días 7 y 8 de marzo, y no se cerrarán hasta mayo.
Todavía queda mucho camino por recorrer. En primer lugar, por las convocatorias y las cuantías de las mismas. Las que se han abierto hasta ahora sólo representan el 3% de los 6.900 millones de inversión pública que contempla este PERTE. Y esto sin contar los 1.000 millones 'extra' que anunció Pedro Sánchez este miércoles en el Congreso para este PERTE. "Las empresas están ya preparando sus proyectos para el hidrógeno, pero nos queda la gran convocatoria, con proyectos electrolizadores de gran escala, prevista para 2023", explica a Vozpópuli Paloma Baena, directora senior de la unidad Next Generation EU en LLYC.
En segundo lugar, por los plazos de las convocatorias y, sobre todo, del desarrollo de los proyectos. Las convocatorias que ya están abiertas se cerrarán en mayo, a la que en abril se sumarán otros programas para el impulso de la cadena de valor del hidrógeno renovable por 250 millones cuyo periodo de solicitud se extenderá hasta junio. Es decir, que no será hasta el segundo semestre del año cuando realmente arrancarán los primeros proyectos.
Además, la ejecución del PERTE ERHA se extiende hasta 2026 en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). En este sentido, los fondos europeos dedicados a este PERTE "no tendrán un impacto rápido" en el modelo energético, opina Baena, pues "son proyectos de ingeniería que tardan entre 24 y 32 meses en ejecutarse"; pero "sí pueden acelerar la meta que se había marcado para 2030" en términos de energías renovables, apunta.
En esta misma línea, Pilar Más Rodríguez, economista principal en BBVA Research, reconoce que "quizás se podrían adelantar los plazos" de las convocatorias para agilizar la transformación, pero "en cualquier caso se trata de proyectos a medio y largo plazo" que no tendrán efectos inmediatos. Por esta razón, Más Rodríguez opina que "aunque todo suma, a muy corto plazo el PERTE no es una solución" para la crisis energética provocada por la guerra, sino que los cambios tendrán un carácter "más bien estructural".
Bruselas presiona para reducir la dependencia de Rusia este año
La Comisión Europea presiona para que desde ya se acelere cualquier proyecto que permita independizarse del gas y el petróleo ruso. El pasado martes, Bruselas desvelaba su plan ‘REPowerEU’ que pretende identificar los proyectos y reformas, tanto a nivel nacional como europeo, para darles prioridad en esta carrera contrarreloj contra la dependencia de Rusia.
En España, esta hoja de ruta de la Unión Europea se traduce en acelerar los objetivos que marca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) y desbloquear el reparto de fondos europeos que se recoge en el mediático Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Un plan que abraza este PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento.
Sin embargo, aunque Bruselas quiera pisar el acelerador, desde el propio Ministerio para la Transición Ecológica reconocen que el PERTE no está pensado para tener un impacto inmediato. "El PERTE está planteado para desarrollar tecnología, conocimiento, capacidades industriales y nuevos modelos de negocio. Se trata de invertir ahora en el abastecimiento de energía limpia de mañana y de pasado mañana, atendiendo a plazos temporales que permitan ese desarrollo. En el caso del hidrógeno, por ejemplo, hay que crear todo un ecosistema de producción-distribución-consumo", explican.
Sin embargo, otras fuentes consultadas que trabajan en el desarrollo de proyectos financiados con fondos europeos opinan que “cada vez más los PERTEs están perdiendo la capacidad de impacto”. “Es una buena idea para marcar tendencias y situar objetivos nacionales. El PERTE, como le sucede al resto, se va a quedar en menos de lo esperado por el sector energético”, añaden las citadas fuentes.
Una de las grandes dificultades que se está encontrando para el desarrollo de esta industria en España son los trámites administrativos. Unas barreras que la Comisión Europea pide aliviar. “Una condición para que se materialice la aceleración de los proyectos de energía renovable es simplificar y acortar los permisos”, explica su comunicación de este martes. “Los largos procedimientos administrativos han sido identificados como uno de los principales obstáculos para las inversiones en energías renovables e infraestructura relacionada”, destacan.
"Si el Gobierno repartiera mañana el 100% de la financiación de este proyecto estratégico, habría que esperar como mínimo 36 meses para que se materialice"
La energía verde es la principal arma para la Unión Europea para reducir su exposición a los hidrocarburos rusos. Aunque el problema de esta vía necesita su tiempo, como evidencia grandes planes como el PERTE de renovables en España. “Si el Gobierno repartiera mañana el 100% de la financiación de este proyecto estratégico, habría que esperar como mínimo 36 meses para que se materialice. Por lo tanto, no es una alternativa real para la crisis inmediata que se vive”, comentan otros asesores energéticos.
Antonio Hernández, socio de Sectores Regulados y Análisis Económico de EY destaca que “España puede jugar un papel esencial para la Unión Europea en su objetivo de reducir la dependencia energética del exterior" pero "aún hay cuestiones que deberían agilizarse, como por ejemplo la aprobación normativa de Garantías de Origen, la publicación de Concursos de Acceso y Conexión, la homogeinización de trámites en las Comunidades Autónomas y, en general, la agilización de los permisos".
"En el ámbito del gas, habrá que poner en valor la importancia de duplicar la capacidad de interconexión con Francia, a través de MIDCAT, pero su financiación debería ser solidaria, dado que el efecto externo positivo que generará en términos de mejora de la seguridad de suministro será para todos los Estados Miembros, y no solo para Francia y España”, añade el experto. Finalmente, destaca el papel clave que tendrá el PERTE ERHA para promover iniciativas de innovación y el avance tecnológico necesario.
En cualquier caso, los expertos consultados por este periódico coinciden en la importancia de este PERTE como oportunidad para transformar y modernizar la economía; pero también en sus desafíos. Entre los principales se encuentra que la hoja de ruta del hidrógeno necesita grandes estructuras y cambios también en el lado de la demanda, además de otras políticas que avancen en ese mismo sentido.
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