El Grupo Damm ganó este viernes el ‘concurso de ofertas’ en el que se había visto envuelta Pescanova, para ampliar capital. Damm, propiedad de la familia Carceller y accionista de referencia de la empresa alimentaria, siempre dejó clara su voluntad de rescatar financieramente a la compañía y el consejo (nombrado por el propio grupo Damm, incluido su presidente), ha apostado por su propuesta ya que valora su capacidad industrial. Sin embargo, en los bancos hay malestar por lo rápido que se han desechado las demás propuestas, algunas más ventajosas.
El jueves por la noche, el consejo de Pescanova quería realizar un Hecho Relevante comunicando que Damm-Luxempart-KKR-Ergon Capital se imponían a Centerbridge, York Capital, Blue Crest y a otro grupo presuntamente español compuesto, en teoría, por un pool de bonistas.
Los bancos contaban con que serían seleccionados dos y que, a continuación, ambas ofertas pasaran a ser vinculantes después de un proceso de mejora que contemplara, sobre todo un ajuste a la baja en el porcentaje de quitas.
No ha sido así y ahora se ha quedado en solitario el conglomerado que lidera Demetrio Carceller, cuya proposición contempla la cobertura íntegra de una ampliación de capital de 250 millones de euros, con una quita de la deuda superior al 80% (se habla incluso del 85%) y una TIR a partir de cinco años del 20%.
“Para esto, nosotros”
Es en este punto cuando los bancos pusieron ayer sobre la mesa lo siguiente: “para estas condiciones, hacemos nosotros la ampliación”. Al grupo de siete bancos que lidera a los acreedores (Sabadell, La Caixa, Santander, BBVA, Bankia, Popular y NovaGalicia) no le cuesta en exceso poner ese capital y, a cambio, pasarían a controlar la entidad. Y siempre tienen, además, la capacidad de presión para negociar como es la de ir hacia la liquidación de la compañía, toda vez que los bancos ya tienen provisionada la posición en Pescanova y apenas les supondría quebrantos de balances.
Las entidades financieras son perfectamente conscientes de que la propuesta de Damm es la más viable, ya que Carceller es un empresario con larga experiencia industrial y alimentaria. No quieren un fondo “que tarde seis meses en hacerse con la empresa y otros seis meses en entender el mercado”, dicen en un banco. El ejemplo de Panrico, además, está muy cercano. De hecho, la propuesta de Centerbridge era algo mejor, ya que ofrecía una quita del 70%.
Los bancos confían en Carceller como grupo gestor, pero quieren menos presión en la quita. De hecho, este mismo viernes se barajaban distintos escenarios, con TIR's del 10%, 15% y 20% y sus correspondientes niveles de perdón de deuda.
Así están las cosas ahora mismo. Damm deberá lograr un acuerdo de refinanciación que permite poner a la compañía realmente en marcha, pero de momento hay malestar en los bancos. Eso, sin contar que los internacionales (sobre todo Deutsche Bank, Rabobank y Espirito Santo) van un poco por libre y nadie asegura que vayan a facilitar la refinanciación.
No falta quien dice que estas entidades podrían vender sus paquetes de deuda a fondos buitre. Esa es otra historia, de la que habrá noticias, en uno u otro sentido, pronto.
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