Economía

Pescanova logra paz hasta septiembre: banca y consejo acuerdan salvar a sus filiales

El primer paquete de cinco filiales se ha salvado de la liquidación, pese a que alguna de ellas, como Bajamar Séptima, corría el peligro de desaparecer. Este viernes se abordará la solución de las otras cinco.

El futuro de la Nueva Pescanova va sumando etapas hasta septiembre, cuando se celebre su Junta de Accionistas. Será entonces cuando pueda surgir algún contratiempo entre sus accionistas y la banca acreedora, el conocido como G7. Todo lo contrario ha sucedido con los concursos de acreedores de sus filiales. Entre este jueves y viernes se han decidido los convenios para evitar la liquidación de estas firmas. El primer paquete de cinco filiales se ha salvado de la liquidación, pese a que alguna de ellas, como Bajamar Séptima, corría el peligro de desaparecer. Este viernes se abordará la solución de las otras cinco. Fuentes conocedoras del proceso aseguran que se repetirá el esquema de una solución acordada entre la banca acreedora y el antiguo consejo, por lo que dejarán atrás su situación concursal.

La primera propuesta en someterse a debate fue la de Pescanova Alimentación, presentada por el G7 y que recibió el 95,3% de los votos a favor. La filial tiene con 70 empleados y una deuda de 651 millones. Tras ella vivieron idéntico lance Frigodis, Frivipesca y Fricamar. La segunda es la empresa con mayor plantilla, casi 300 empleados y se libra de verse liquidada con el 89,31% de los créditos ordinarios. Su deuda total es de 275 millones; la ordinaria, de 255. Por otra parte, la propuesta de Fricamar, con sede en Valencia, también logró un respaldo del 85,39%.

El peor escollo era Bajamar Séptima, que acudía a la junta de acreedores con una propuesta de quita elevada, del 95,9%. Necesitaba el apoyo de más del 65% de los créditos ordinarios cuando el G7 solo atesora el 31,6%. Sin embargo, Bajamar logró el apoyo del 80,91% de los acreedores. Precisamente, Bajamar, especializada en el procesamiento de langostino, era una de las filiales sobre las que existían algunas dudas de que fuera aprobado el convenio. La salvación de esta última filial reaviva la esperanza sobre la supervivencia de Frinova, cuya junta de acreedores se celebra este viernes.

Finalmente se aprobaron todos los concursos presentados por la banca. Incluso el antiguo consejo aprobó esta propuesta pese a que, a mediados del pasado marzo, tenía pensado presentar su propio texto. Entre ambos borradores no existían grandes diferencias de calado. De hecho, el acuerdo era total en cuanto las quitas a aplicar, que serán finalmente del 70%, y el reparto accionarial tras la entrada de dinero nuevo en la ampliación de capital, uno de los puntos de mayor controversia. Por esta razón, el antiguo consejo ha decidido apoyar la propuesta de la banca.

Entre los diez concursos, uno por filial, que ha presentado el G7, ocho de ellos serán idénticos. En todas estas empresas, Sabadell, Popular, Bankia, Abanca, Caixabank, BBVA y UBI Banca poseen la mayoría de la deuda. En las otros dos filiales, sin embargo, la deuda está mayoritariamente en manos de la banca extranjera por lo que la propuesta de concurso ha sido diferente. En esta situación se encuentra Bajamar Séptima, Frinova y Pescanova Alimentación. Dos de estas tres filiales serán las que tengan una propuesta de concurso diferenciado.

Este viernes se votarán otras cinco propuestas de convenio: las de Pescafresca, Pescafina Bacalao (Valencia), Insuiña, Frinova y Novapesca Trading. En este caso el problema es para Frinova, con créditos ordinarios de 364,5 millones de euros. El G7 solo posee el 31,2% del pasivo concursal, por lo que el apoyo de HSBC, Morgan Stanley, Deutsche Bank, el banco de inversión Jefferies o el fondo Eton Park serán vitales para garantizar su viabilidad.

El convenio de la banca para rescatar Pescanova fue acordado en abril de 2014 y secundado por más del 60% de los acreedores. Entidades extranjeras como el HSBC o el fondo Third Avenue que compró la deuda a Santander, han secundado la propuesta, que contempla entre otras cosas una inyección de capital de unos 150 millones de euros en ‘dinero fresco’ y una quita del alrededor de 2.000 millones. Precisamente, el ebitda (beneficio antes de impuestos) de Pescanova parece suficiente para poder pagar los intereses de la deuda restante de 1.600 millones.

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