Deudas millonarias, quitas voluminosas y negociaciones interminables no aseguran el futuro de Pescanova. Pese a superar uno de los concursos de acreedores más complicados de la historia empresarial española, la salvación de la compañía está a expensas de la Junta de Accionistas de finales del próximo septiembre. Hasta la fecha, los acreedores, encabezados por el G7 bancario (Sabadell, Popular, Caixabank, BBVA, Bankia, Abanca y UBI Banca), mantienen una velada amenaza a los accionistas sobre el futuro de la nueva Pescanova si no aceptan sus propuestas. Incluso, Jacobo González Robatto, el hombre fuerte de la banca para controlar el cumplimento del convenio, no descarta la liquidación de la compañía.
Entre sus argumentos destaca las importantes pérdidas que han tenido que soportar las entidades en el proceso de refinanciación de Pescanova, frente a su deuda inicial que alcanzaba los 3.500 millones. Tras la aplicación de las diferentes quitas a la matriz y filiales, además de una inyección de capital de 25 millones y un préstamo senior por valor de 125 millones al 15% de interés con una comisión adicional de 300 millones a pagar en 20 años, la nueva Pescanova nacerá con una deuda de 1.425 millones. Una cifra que la banca acreedora espera recuperar siendo propietaria del negocio.
La deuda inicial de Pescanova alcanzó los 3.500 millones, repartidos entre los 3000 millones de la matriz, y 500 millones en las filiales españolas y extranjeras
Entre 2010-12, Pescanova ha pagado más de 700 millones en intereses a sus acreedores, de los que el G7 recibió más de 200 millones, según los cálculos de la Asociación de Accionistas Minoritarios de Pescanova (AMAP) . Además, la compañía debe abonar a la banca un total de 300 millones, dentro de 20 años, una vez que se produzca el vencimiento del préstamo senior de 125 millones, que forma parte del último capítulo del salvamento de la antigua matriz y filiales de Pescanova. De estos 300 millones, el G7 recibirá 150 millones. De esta manera, la pérdida de los grandes bancos españoles en la nueva Pescanova alcanzaría los 300 millones, a los que habría que restar los intereses que perciban durante los 15 años de vigencia del préstamo senior que devenga un 15% de interés anual.
La deuda inicial de Pescanova alcanzó los 3.500 millones, repartidos entre los 3000 millones de la matriz, y 500 millones en las filiales españolas y extranjeras. La matriz entró en concurso. Se produjo una quita del 90% sobre la deuda inicial de 3.000 millones, reduciéndose a 300 millones. Este movimiento se aprobó en mayo de 2014. La mayoría de esta deuda está en manos de la banca extranjera.
La banca española, por el contrario, recuperará 300 millones más reclamando garantías a las filiales por la deuda perdida en la matriz. De esta manera, la quita media del G7 asciende al 60%. Así, el G7 parte con una deuda de 1.000 millones y, tras las diversas quitas, se reduce a 400 millones.
La nueva Pescanova necesitará más de dos décadas para saldar totalmente su deuda con los acreedores en función del ebitad con el que cerró el pasado ejercicio
Si se toma como referencia el ebitda (beneficios antes de impuestos) de Pescanova en 2014, que ascendió a 63 millones, se concreta que la nueva Pescanova que nacerá con 1.425 millones de deuda, necesitará más de dos décadas para saldar totalmente su deuda con los diferentes acreedores. Un desfase con la norma habitual, ya que las compañías suelen presentar endeudamientos máximos de ocho o nueve veces sus ebitda.
Una vez ejecutado el entramado de la refinanciación, los accionistas habrán perdido la mayor parte de su inversión. De hecho, la AMAP defiende, a través de su portavoz Alejandro Fernández, que los minoritarios soportan pérdidas mucho mayores que el sindicato de grandes bancos españoles. Los antiguos accionistas de Pescanova sólo detentarán el 5% de la nueva Pescanova, tras los convenios de la matriz y las filiales. Sin embargo, su intención es conseguir otro 15% adicional. Para ello, tendrían que abonar 7,3 millones de euros. Pero los accionistas argumentan que han soportado millonarias pérdidas que deben ser compensadas con estas acciones.