Es uno de los fabricantes chinos de coches eléctricos que más está creciendo en los últimos años, una expansión que le ha llevado a contar con instalaciones por todo el mundo, desde su sede central en Shanghái hasta un centro de investigación de conducción autónoma en Estados Unidos, pasando por Oxford (Reino Unido).
Un imparable crecimiento que dará ahora un nuevo impulso con la llegada de un potente inversor de Oriente Medio a través de un fondo controlado por las autoridades de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), que ha invertido 2.000 millones de euros en este fabricante, convirtiéndose en el primer inversor de Oriente Medio en hacerse con una participación importante de una automovilística china de eléctricos.
Concretamente, el fondo de inversión CYVN desembolsará la citada cantidad a cambio de 294 millones de acciones de nueva emisión de Nio a un precio de 7,5 dólares por unidad, elevando hasta el 20,1% el porcentaje de participaciones que controlará, indicó la automotriz en un comunicado remitido a la Bolsa de Hong Kong, donde cotiza.
CYVN ya había llevado a cabo una inversión estratégica en Nio por 738,5 millones de dólares el pasado mes de julio, y compró otros 350 millones en títulos que hasta entonces pertenecían al gigante digital Tencent.
El acuerdo contempla que, siempre y cuando el fondo de inversión mantenga al menos el 15% de las participaciones de Nio, podrá nombrar a dos directivos en su junta, reduciéndose a uno en caso de que sus títulos representen entre el 5 y el 15% del total.
Nio, en sus casi diez años de vida desde su fundación, no ha logrado todavía tener beneficios
Nio, considerada una de las principales rivales de Tesla en el país asiático, todavía no ha conseguido beneficios desde que fue fundada en 2014 pese a haberse situado como uno de los tres fabricantes 'prémium' de eléctricos en China, junto a Xpeng y Li Auto.
No obstante, las firmas del sector se están enfrentando a una gran presión por la enorme competencia en la China continental, donde unas 200 marcas compiten en un panorama marcado ahora por los temores de exceso de capacidad y la búsqueda de nuevos mercados por parte de muchas de esas compañías.
En noviembre, un alto cargo de Nio indicó que la compañía tiene planes de reducir en un tercio su plantilla hacia 2027, sustituyéndola por robots para mejorar su eficiencia y recortar en costes.
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