El precio del petróleo proporciona otra ayudita a la tímida recuperación española. Pese a haber repuntado levemente en los dos últimos días por el fracaso de las conversaciones con Irán y un escaso incremento de la demanda en China, la cotización del barril de Brent encadena prácticamente diez semanas consecutivas de bajadas, desde los 117 dólares de principios de septiembre a los 106 dólares de la actualidad, lo cual supone un importante alivio para un país como España, tan dependiente del petróleo y además sometido a un intenso proceso de ajuste de las rentas salariales. Y ello se ha traducido en que los precios de los carburantes bajen y rocen ahora mismo los mínimos anuales.
España no produce petróleo, y sin embargo es uno de los países de Europa más dependientes del oro negro: casi el 80 por ciento de la producción energética, frente al 60 de la media europea. De hecho, mientras que la Comisión calcula que la economía europea pierde una décima de crecimiento por cada diez dólares de alza del precio del crudo, en el caso de España diversos estudios sitúan esta pérdida cerca de los 0,5 puntos del PIB a corto plazo y de manera no acumulativa. Como la demanda de petróleo es muy inflexible, cualquier aumento del precio resta capacidad de compra y se traslada de inmediato a una menor demanda de otros productos. Según los expertos, la mayor necesidad de petróleo de España se debe a que se ha favorecido más el transporte por carretera que el ferroviario; a la producción eléctrica y a la producción química.
La evolución del Brent
El barril de Brent subió este año con fuerza desde los 95 dólares registrados en abril hasta los 117 dólares anotados a principios de septiembre. Sin embargo, desde el 6 de septiembre ha comenzado a descender y ha llegado a tocar los 103 dólares, aunque hoy se ha encaramado hasta los 106 debido a un escaso repunte de la demanda en China y el fracaso momentáneo de las conversaciones en Irán.
El precio del petróleo es muy volátil debido a que muchos países que lo producen son inestables y a que se ha convertido en un activo financiero y, por lo tanto, tiene un alto componente especulativo. No obstante, en la actualidad varios factores están presionando a la baja sobre las cotizaciones. Por un lado, la reducción de los estímulos de la Reserva Federal, muchas veces dedicados a especular con las commodities.
La ralentización de las economías emergentes explica buena parte del descenso de los precios del crudo
Por otro, la ralentización de las economías emergentes, cuyo tirón había representado hasta ahora cerca del 80 por ciento del aumento de demanda de petróleo. En los últimos meses, China está moderando su crecimiento y orientándolo más hacia el consumo nacional y menos hacia la industria, intensiva en energía. Brasil y México también han echado el freno. Y la actividad en India se está desplomando.
El director del programa de Energía del Real Instituto Elcano, Gonzalo Escribano, destaca sobre todo las ganancias en eficiencia y el uso de nuevas tecnologías: “Sólo Estados Unidos ha mejorado mucho su capacidad de refino y ha sido capaz de elevar su producción este año en un millón más de barriles al día”. Y en China cada vez se consigue más PIB con menos energía.
"Tiene sentido que se permita que Irán venda petróleo a otros países y que ello tenga un impacto sobre el mercado", sostiene Gonzalo Escribano, del Real Instituto Elcano
Por último, en los últimos días ha cobrado importancia si se suaviza o no el boicot a Irán, que según la AIE acumula una capacidad ociosa de entre 600.000 y 800.000 barriles diarios. “Las exportaciones de Teherán han sufrido mucho el hecho de que las compañías occidentales no les aseguren los fletes de petróleo. Tiene sentido que ahora se modulen las sanciones a Irán, que se haga la vista gorda con las ventas a otros países como China, Sudáfrica o India, y que ello tenga un impacto sobre el mercado de crudo”, explica Gonzalo Escribano.
Escribano recuerda, no obstante, que los riesgos geopolíticos en Oriente Medio no se han acabado. Y aunque el presidente iraní Rouhani esté reduciendo las tensiones, la oposición a un acuerdo de israelíes, sauditas e incluso de una parte de los estadounidenses es todavía muy grande. Además, hay dificultades en la producción de Libia, Irak y Nigeria, que siempre pueden repercutir al alza sobre las cotizaciones.
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