El litigio por el cuadro Rue St. Honoré, après midi, effet de pluie, obra de Camille Pissarro, propiedad en la actualidad de la Fundación del Museo Thyssen-Bornemisza, que se exhibe en Madrid, amenaza con enturbiar las relaciones entre el Estado español y la comunidad judía.
La Federación de Comunidades Judías de España y la Comunidad Judía de Madrid se han personado esta semana, a través del despacho B. Cremades & Asociados, ante la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos, para apoyar las tesis de la familia Cassirer, que reclama la propiedad del lienzo del Thyssen, robado por los nazis, y valorado en unos 27 millones de euros.
Los organismos judíos mencionados han presentado argumentos en apoyo del recurso de apelación interpuesto por la familia Cassirer, descendientes de los antiguos dueños, frente a la decisión del Juez Federal para el Distrito Central de California, del 30 de abril de 2019, en la que concluyó que no quedaba demostrado que la Fundación del Museo Thyssen-Bornemisza adquiriera el cuadro sabiendo que era robado.
Los abogados de la familia Cassirer sostienen que si el juez hubiera adoptado el estándar aplicable para un profesional del arte a la hora de valorar el conocimiento que la Fundación debía haber tenido sobre el origen del cuadro de Pissarro, este hubiese llegado a la conclusión de que la actuación de la Fundación se encuadra dentro del artículo 1956 del Código Civil español, y que en ningún caso puede considerarse a la Fundación Thyssen como propietario legítimo del Cuadro.
La defensa de los descendientes de los antiguos propietarios del cuadro defienden que el Juez de Distrito pasó por alto que, en el año 1993, la Fundación "deliberadamente rehusó a analizar la procedencia del cuadro más allá del año 1980", asumiendo en su lugar que cualquier irregularidad en la adquisición por parte del barón Thyssen "habría sido convalidada por el transcurso del tiempo (prescripción adquisitiva)".
En su decisión del 30 de abril de 2019, a pesar de no dar la razón a los Cassirer, el juez de Estados Unidos criticó duramente a la Fundación Thyssen y al Reino de España por negarse a devolver el cuadro, recordando que España es firmante de los Principios de Washington y de la Declaración de Terezin, y que estarían incumpliendo sus obligaciones morales al no devolver la obra de Pissarro.
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