El sector del automóvil arrancaba el ejercicio 2020 con el moderado optimismo de recuperar el crecimiento de las matriculaciones después del leve retroceso que supuso una caída del 2,4% en 2019. Un arranque de año que tras los dos primeros meses apuntaba a que podría darse este repunte pero que desde el estado de alarma de marzo y el cierre de casi todas las actividades económicas no esenciales llevó a un desplome de ventas que obligó al Gobierno tras la reapertura a diseñar un plan de ayudas a la compra directa presupuestado con 250 millones de euros, un Plan Renove al margen de los cien millones destinados por el Plan Moves destinado específicamente al coche eléctrico.
Pero el Renove no está logrando los resultados previstos y, aunque las primeras semanas desde su implantación parecía que las matriculaciones se reactivaban a buen ritmo, lo cierto es que casi seis meses después y a punto de cerrar el año apenas se han consumido 30 de los 250 millones con los que está dotado, poco más del 10% presupuestado, según la ministra de Industria, Reyes Maroto, que ha dicho que no se han logrado los resultados deseados por la falta de confianza de los consumidores y las restricciones a la movilidad por la covid-19.
Con el objetivo de impulsar la demanda ante la caída de venta por la pandemia, el Gobierno aprobó a mediados de julio el Plan Renove, que expira el 31 de junio y contempla ayudas públicas de entre 300 y 4.000 euros en función de la eficiencia del vehículo a adquirir. "Hasta este momento sólo se han gastado 30 millones", ha dicho la ministra durante su comparecencia en la Comisión de Industria del Congreso, en la que ha subrayado la importancia de aprobar medidas para dar confianza a las familias y que estas puedan afrontar la compra de bienes duraderos.
"El plan, que atiende a la necesidad de estímulo de la demanda, no acaba de tener los resultados deseados por la pandemia y las limitaciones perimetrales de la movilidad", ha insistido Maroto, quien ha confiado en que las restricciones de cara a Navidad permitan que la curva de contagios siga bajando.
No a la modificación de los tramos
En cuanto a la subida del impuesto de matriculación que conllevará la aplicación del sistema de emisiones WLTP a partir del 1 de enero, Maroto ha insistido en que están "analizando distintas medidas", aunque sin detallarlas, aunque todo hace indicar que el Gobierno no va modificar los tramos de emisiones que todas las marcas automovilísticas han demandado para evitar una subida de precios que va a afectar a partir de entonces.
La ministra ha recordado que cuando llegó al Ejecutivo, en agosto de 2018, aprobó una moratoria para retrasar el impacto en precios de la entrada en vigor de la WLTP, a lo que ha añadido que en el Gobierno son "muy sensibles" al sector y están "preocupados" por el impacto que pudiera tener este cambio en las ventas. El ciclo WLTP utiliza para la homologación de las emisiones de CO2 de vehículos pruebas que se acercan más a la conducción real, lo que conlleva valores más altos que los arrojados por el actual sistema NEDC, basado en pruebas en laboratorio.
En España, el impuesto de matriculación va ligado a las emisiones, por lo que de aplicarse esta nueva medición sin cambiarse los actuales tramos del impuesto, muchos vehículos que ahora se ven exentos saltarán de tramo y pasarán a pagar el 4,75% que grava a aquellos que emiten entre 120 y 160 gr/km de C02.
Según las principales asociaciones del sector, la mitad de los vehículos verán incrementada su tributación en el momento de la compra, con una subida media del 5%, y para evitarlo reclaman emular a países como Francia y Portugal, que modificaron los tramos del impuesto elevando las emisiones permitidas. Porque de no modificarse en España el impuesto la situación del sector empeorará, dificultando aún más la salida de la crisis, con el consecuente impacto en el empleo de uno de los sectores con más peso en la economía nacional.
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