Economía

Las plantaciones de marihuana tienen luz gratis a costa de los más vulnerables

Las plantaciones de marihuana consumen de forma ilegal la misma electricidad que Sevilla en un año. Un problema generalizado en gran parte de España que deja sin luz a los más desfavorecidos

La semana pasada, Endesa publicaba un informe en el que informaban de que las plantaciones de marihuana consumen, de manera ilegal, 2.2000 GWh, el equivalente al consumo de la ciudad de Sevilla en un año. La compañía ha detectado en los tres últimos años cerca de 190.00.000 casos de fraude eléctrico (55.000 casos solo el año pasado). Según distintas fuentes consultadas y como la propia realidad ha demostrado en repetidas ocasiones, las víctimas de este fraude son los más vulnerables, puesto las zonas más afectadas son, precisamente, las más necesitadas.

En los últimos años, desde 2018, los expertos y los ciudadanos sufriendo las consecuencias de un aumento exponencial de este consumo ilegal por parte de las explotaciones de marihuana. Un aumento que se explica "simplemente" porque se puso de moda. ¿Y por qué en España? Porque es un país con una legislación muy suave con respecto a este problema, a diferencia de otros países de nuestro alrededor. "Se ha convertido en una mafia; vienen cientos de personas de otros países para aprovechar las ventajas fiscales de España. Y nos deja a nosotros sin luz", cuentan desde Endesa.

Como suele ocurrir con las situaciones injustas, los que más perjudicados salen son las personas más vulnerables. Por un lado, porque en las zonas más desfavorecidas en muchos casos proliferan casas y locales convertidos en plantaciones de marihuana 'in doors' (bajo techo y entre paredes). Éstos tienen que conectarse (ilegalmente) a la red eléctrica para generar la luz que necesitan para el crecimiento de las plantas. Como es tan alta la potencia que necesita, con frecuencia la red se satura, dejando las zonas sin luz ni electricidad.

Por otro lado, se ven más perjudicados porque tienen mayores dificultades para afrontar el gasto extra que supone este exceso de consumo eléctrico provocado por estas plantaciones. "El consumo de más lo tenemos que pagar entre todos. ¿Quién sino va a pagar por esa electricidad consumida que gastan? Pues entre todos los españoles", explican desde Endesa. Mientras que unos no tienen especial problema en apretar un poco más de mes para pagar un poco más de impuestos (aunque no por ello deja de ser injusto), hay muchas familias que cualquier gasto extra les supone un esfuerzo añadido difícil, en ocasiones imposible, de afrontar.

José Antonio Franco, responsable de recuperación de energía de Endesa, explica a Vozpópuli el motivo de por qué estas plantaciones consumen tantísima energía. "Muy sencillo. Porque tienen que simular la luz del sol. No sirve cualquier bombilla (las que se usan, de hecho, son bastante caras) y están encendidas una media de 16 horas al día; además hay que tener en cuenta que utilizan sistemas de ventilación y climatización y que la construcción y el mantenimiento de las instalaciones son muy caras", señala en conversaciones con este periódico.

Los datos de la marihuana en España

Endesa detectó el pasado año más de 55.000 casos de fraude en sus zonas de distribución (que incluyen fraudes eléctricos de todo tipo: tanto de hogares como de empresa), lo que da una media de 150 casos al día. De esa cifra, 1.800 fueron plantaciones de marihuana (detectadas con una media de cinco al día), pero acapararon el 28% de la energía defraudada, "porque consumen de media como 80 viviendas".

En España, la comunidad autónoma más problemática es Andalucía, según los datos del último informe actualizado del CITCO. En el año 2021, se incautaron 1,68 millones de plantas de cannabis. Los siguientes puestos son para Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana y Cataluña, con 421.000, 371.000 y 221.000 plantas respectivamente.

Por su parte, las provincias que han conseguido evitar esta ilegalidad son La Rioja (3.000), Cantabria (4.000) y País Vasco y Asturias (8.000).

Entre los riesgos principales asociados al fraude eléctrico, aparte de la injusticia de que unos pocos paguen por la conexión ilegal a la red, destacan el grave riesgo para la seguridad y la salud de las personas por posible electrocución, sobrecalentamiento de las instalaciones de los clientes porque retiran los elementos de protección, incremento de incendios en viviendas, naves y garajes, o la agresión a la seguridad de los edificios porque en ocasiones derriban muros o hacen excavaciones para llegar a enganches.

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