El Gobierno vasco, con el PNV al frente, vigila de cerca lo que sucede y sucederá estos meses en torno a la fusión entre MásMóvil y Orange. Una operación que podría poner en jaque sus intereses. Hace poco más de un año MásMóvil engordaba su estructura con la compra de Euskaltel, operador de bandera vasca, y eso cambia la geografía de las cosas.
En el PNV saltaron las alarmas y se puso en marcha un plan que estableciese una serie de condiciones para que Euskaltel mantuviese su ADN vasco cuando se cerrara la operación. Las condiciones más reseñables en este sentido son el mantenimiento durante cinco años de la sede fiscal de la compañía en la región, la utilización de la marca durante ese mismo periodo de tiempo y no realizar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), también durante el próximo lustro.
Por otra parte, y pasados esos cinco años, para realizar algún cambio en el seno de la compañía, este debe ser aprobado por el 80% del consejo de administración, lo que limita mucho cualquier tipo de maniobra. MásMóvil, con el control total sobre el operador vasco, decidió mantener también una fuerte presencia de consejeros vascos en el máximo órgano directivo.
Prácticamente un año después del cierre de estos acuerdos, MásMóvil y Orange anunciaban su fusión. Una operación que el Gobierno vasco vigila de cerca. En un principio está previsto que Meinrad Spenger, CEO de MásMóvil y valido de los fondos que son dueños del operador amarillo, se ponga al pescante de la entidad resultante. Sin embargo, todo hace pensar que en el largo plazo Orange se acabará haciendo con los mandos de la fusionada.
El PNV y la clase empresarial vasca mueven ya ficha para tratar de insuflar de toda la sangre vasca posible a MásMóvil, y lo hacen a través de Euskaltel. El operador resultante de ese matrimonio será el primero en clientes -que no por facturación- en España, por delante de Telefónica y Vodafone. Es importante para el PNV mantener toda la influencia posible en un sector tan crítico como lo es el de las telecomunicaciones.
Más movimientos del PNV en Euskaltel
Por este motivo, en los últimos meses se han producido diferentes movimientos de ficha. En julio MásMóvil vendía a un grupo de inversores vascos el 51% de la red de cable de Euskaltel por 580 millones de euros. Unos 500 millones de esta cifra serán empleados en reducir deuda, mientras el resto del montante se utilizará para comprar el 49% de la nueva sociedad, que tenderá fibra en las zonas enque opera Euskaltel.
El grupo de empresarios que ha comprado la red de cable (integrada en la sociedad EKT Cable, de Euskaltel) se encuentran Bidasoa Aggregator, un consorcio participado, entre otros, por Inveready (Josep María Echarri), Onchena, Beraunberri y Asúa Inversiones. Todos ellos son empresas y empresarios con una fuerte impronta vasca. El objetivo ahora es formar una nueva empresa y desplegar fibra en 1,2 millones de hogares en Asturias, Galicia y País Vasco.
Ha habido más movimientos. Hace solo unos días Euskaltel, Grupo Teknei, Dominion y Gobierno Vasco anunciaban la creación un centro de datos para la transformación digital de empresas denominado "Atlantic Data Infrastructure" (ADI). La nueva sociedad está inicialmente participada en un 21,25% por Euskaltel, en un 21,25% por Dominion, en un 21,25% por Teknei y en un 21,25% por Sistemas y Tratamientos Automáticos -también del Grupo Teknei- y por el Gobierno Vasco, con un 15%.
El Gobierno vasco consigue de esta forma entrar en un sector tan estratégico como el de los datos, e insuflar, de nuevo, más ADN vasco a Euskaltel. La clave es tener músculo suficiente para defender sus intereses pasados los cinco años en que cumplen todos los compromisos de huella vasca, y la fusión entre Orange y másMóvil sea ya un proyecto consolidado y estable. Y presumiblemente con los franceses al frente.
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