Las rebajas del IVA a productos y servicios marcadas por la pandemia y por la crisis energética son la bestia negra de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. En noviembre de 2020 aseguró: "En este momento el Reglamento europeo del IVA impide la bajada del precio de la mascarilla", mientras que unos días después el Gobierno lo redujo. Reducir el IVA de la electricidad "es una cuestión que no estaría en línea con lo que se marca por parte de Europa", declaró en enero de 2021. En concreto, preguntada por la posibilidad de bajar el IVA de la luz, la ministra aseguró en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que "España está advertida por parte de la Comisión Europea por el uso que, a juicio de la Comisión, se hace de forma abusiva o excesiva respecto al IVA reducido o superreducido. Es una cuestión que no estaría en línea con lo que se marca por parte de Europa".
En dos ocasiones destacó que no podían rebajarse el IVA a las mascarillas ni a la electricidad, que estaba prohibido, que la Comisión Europea no lo permitía, y tuvo que retractarse, de palabra y obra. El IVA a las mascarillas bajó del 21% al 10% en noviembre de 2020 y el de la luz lo hizo a finales del pasado junio y se viene prorrogando. Pues bien, la emergencia económica que ha desatado la invasión de Ucrania lleva ahora a que una rebaja del IVA de los carburantes del 21% al 10% esté encima de la mesa y el Gobierno explora de nuevo el margen que tiene en Bruselas.
La política fiscal en la Unión Europea (UE) se compone de dos ramas: la fiscalidad directa, que es competencia exclusiva de los Estados miembros, y la fiscalidad indirecta, que afecta a la libre circulación de mercancías y a la libre prestación de servicios en el mercado único. Con respecto a la fiscalidad indirecta, la UE coordina y armoniza las leyes relativas al IVA y a los Impuestos Especiales.
Sin embargo, esto no significa que los Estados miembros no puedan rebajar el IVA. Se da por sentado que tienen que pedir permiso y, en todo caso, informar de ello. Pero como tuvo que admitir el Ministerio de Hacienda en enero de 2021 en un comunicado, la decisión de no reducir el IVA pagado en la factura de la luz que entonces mantenía era del Gobierno, y tendría la facultad de hacerlo si quisiera, pese a que la UE ha advertido repetidas veces a España de que, a su juicio, abusa de los tipos reducido y superreducido de este impuesto.
"En ningún momento Montero habló de prohibiciones o sanciones y se limitó a recordar una opinión recurrente de la Comisión Europea cuando analiza la economía española y su sistema tributario", aseguró Hacienda y acusó de difundir fake news al PP. Es decir, España tiene el problema añadido de que grava más productos y servicios a los tipos reducidos y superreducidos que otros Estados miembros y la Comisión Europea ha hecho advertencias en este sentido.
Pero la emergencia económica manda, como ya ocurrió con las mascarillas y con la electricidad, y se trata de rebajas en principio temporales. De hecho, ni siquiera se acercan al tipo superreducido, ya que se baja del tipo general del 21% al reducido del 10% en mascarillas y electricidad, lo que se perfila para los carburantes.
Montero contempló ayer, como el presidente del Gobierno, todo tipo de acciones. En el Senado, la ministra de Hacienda dijo que se va a "revisar la fiscalidad a la baja de algunos sectores y algunos productos claramente impactados por la inflación".
El ejemplo de Polonia
De hecho, hay un Estado miembro que acaba de rebajar el IVA a los carburantes, Polonia, y lo ha hecho antes de la invasión de Ucrania, desde el 1 de febrero, sin que haya trascendido si cuenta con el aval de Bruselas ni si ha consultado a la Comisión Europea. Varsovia ha lanzado desde hace mes y medio una rebaja del IVA de carburantes del 23% al 8%.
Por su parte, Francia, Portugal e Irlanda vienen aplicando en las últimas semanas distintas rebajas fiscales a los hidrocarburos.
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