El titular del juzgado número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha decidido retrasar al próximo 20 de enero la declaración del jefe de seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo, en el marco de la pieza separada del caso Villarejo en la que se investiga la presunta relación de la eléctrica con el excomisario, actualmente en prisión por el denominado caso Tándem. Asenjo, que está imputado en la pieza, fue llamado a declarar en primera instancia a comienzos de diciembre, pero no pudo acudir al encontrarse convaleciente de una intervención quirúrgica.
García Castellón citó a declarar a Asenjo en la primera semana de diciembre junto a, entre otros, el propio Villarejo. La defensa del jefe de seguridad de Iberdrola aportó documentos para demostrar que su cliente se encontraba de baja por prescripción facultativa y que contaba con una recomendación médica de no realizar esfuerzos ni someterse a situaciones de estrés al menos durante 30 días a partir de la fecha de la intervención, que tuvo lugar a mediados de noviembre.
De esta forma, el magistrado de la Audiencia Nacional le dará un mes adicional para que termine de recuperarse antes de pasar por el juzgado. Asenjo deberá comparecer en calidad de imputado por ser quien de forma supuesta mantenía los contactos con el excomisario José Manuel Villarejo con el objeto de, presuntamente, encargarle labores de espionaje para la eléctrica. Una serie de grabaciones publicadas por los medios digitales El Confidencial y Moncloa.com probarían tanto la relación entre ambos como el tipo de labores realizadas por Cenyt, la sociedad de Villarejo.
Nada más comenzar a publicarse las citadas informaciones, Asenjo fue cesado de sus funciones como responsable de seguridad de Iberdrola por pérdida de confianza, aunque aún no ha formalizado su salida de la compañía.
Margen para cerrar el finiquito
De hecho, en el escrito en el que la defensa de Asenjo solicitaba formalmente la personación en la causa de su cliente se hacía constar que seguía siendo trabajador de la compañía, al contrario de lo que se había asegurado en algunas informaciones, que hablaban de despido fulminante.
Según pudo saber en su día Vozpópuli, en el citado escrito la defensa de Asenjo manifiesta desconocer el motivo por el que la compañía no procedió a desmentir esas informaciones; e incluso iba más allá al dejar la puerta abierta a que hubiera sido incluso la propia Iberdrola la que hubiera alentado estas informaciones.
Bajo las actuales circunstancias, la relación de Asenjo con el grupo energético no es precisamente buena tras la decisión de apartarle de sus responsabilidades y no reaccionar ante determinadas informaciones. Desde entonces, ambas partes han tratado de pactar el cierre de la relación laboral sin haberlo logrado. De proseguir esta situación cuando Asenjo ya esté en condiciones de declarar, Iberdrola corre el riesgo de no salir bien parada de la comparecencia de su responsable de seguridad.
La convalecencia de Asenjo ha posibilitado prolongar los plazos. Será el próximo 20 de enero cuando se produzca la esperada declaración, lo que deja un margen de más de un mes para que ambas partes limen asperezas.
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