Muchas son las materias primas que subieron con fuerza en el pasado ejercicio, caso del Futuros del azúcar, del zumo de naranja o el Futuros del cacao que en el 2023 marcaron máximos, en algún caso incluso históricos. Frente a ello, vimos como el zinc recortaba su precio un 12,5%, el plomo lo hizo también un 10% a doble dígito y el aluminio recortó un 2,2%.
Si seguimos periplo, en materia de grano, los futuros de avena fueron los que mejor se comportaron con alzas del 1,2% frente a la caída del futuro del arroz del 4,4% y el desplome de los precios en buena parte de los cereales, hasta llegar a la caída a plomo del coste del maíz, que rozó el 30%.
Todo ello mientras en materia energética Futuros del Gas Natural han vivido en modo montaña rusa en los últimos años, con sus mínimos de 25 años en el año de la pandemia, en 2020, por debajo de los 1,45 dólares y escalar en 2022 a sus máximos de los últimos catorce años hasta marcar 10 dólares.
En el caso del petróleo, vemos que además se comportaron como las únicas commodities en el caso tanto del Brent como del West Texas, que perdieron por debajo del 10% desde finales de 2022. Todo ello en ejercicio marcado por sus mínimos tras un 2022 de ensueño, con la llegada de la guerra de Ucrania y los niveles cercanos a los 140 dólares del barril.
De ahí que, como vemos en imagen, factores como las reuniones de la OPEP y sus decisiones de recortar la producción, e incluso de la llegada en octubre del conflicto entre Israel y Hamás, tras los ataques de grupo terrorista, marcaron el devenir el precio del crudo a lo largo y ancho del año. A pesar de ello, como señalan desde Trade Finance Global, en esos casos los movimientos no fueron tan abruptos como ha ocurrido en otros momentos históricos.
Y esos riesgos y conflictoS geopolíticos, pueden marcar claramente el devenir de las commodities, tal y como están haciendo con los ataques de los hutíes y la respuesta de Estados Unidos y del Reino Unido a los rebeldes en el Canal de Suez de igual forma que la inestabilidad puede ayudar a mantener los niveles del precio del oro por encima de los 2.000 dólares actuales.
Señalan desde este foro que otros factores, como las políticas comerciales, como en el caso de la prohibición de La India a la exportación de arroz distinto del basmati, ha hecho que los precios se elevaran un 16% a nivel global.
Aunque la incidencia geoestratégica sigue siendo clara: para S&P Global, este hecho está potenciando el precio del uranio, tras subir un 90% durante 2023, debido a los problemas de la cadena de suministro, a los riesgos políticos globales, y a una demanda elevada que supera la oferta, como señala el director del productor de uranio americano enCore Energy.
Respecto de las previsiones para este año, el analista de IG Diego Morín destaca que ve complicado que "con unas bolsas en máximos en Estados Unidos y con las tensiones en Oriente Medio que están haciendo que el petróleo Brent rompa la zona de 80 dólares. El gas Natural también se ha visto afectado por la situación del Mar Rojo. Así que el foco lo pondría en el petróleo, que ha estado muy rezagado y podría dispararse si se tensiona más la situación en Oriente Medio".
Precios del crudo que para Goldman Sachs han estado sometidos al crecimiento gradual que se ha producido en la oferta, frente a una mantenida demanda, de ahí la caída que hemos visto en su precio muy debajo incluso de la cota psicológica de los 80 dólares. Y este panorama, puede mantenerse durante el presente ejercicio, a decir del banco de inversión americano.
Visualizan desde la firma un precio del Brent de entre 70 y 80 dólares, como mínimo auspiciado por la OPEP, mientras que por encima de los 90 o 100 dólares por barril, el beneficio de los precios más altos ya comenzaría a erosionarse.
El analista independiente Antonio Espín marca el soporte del barril de crudo Brent en los 71,60 dólares, mientras que, en lo que a resistencia se refiere indica que, si rompe al alza los 83 dólares, apostaría por nuevas mejoras de precio.
Ya en el caso del Oro, la idea es superar sus máximos de diciembre del pasado ejercicio, en los 2.135,39 dólares, de la mano de los factores que le llevaron al valor refugio por excelencia a esos niveles: la debilidad del dólar y las expectativas de que la Fed comenzará a reducir los tipos de interés.
La expectativa que maneja JPMorgan es que su precio baje a corto plazo, antes de colocarse en nuevos máximos a lo largo del presente ejercicio, e incluso escalar a niveles récord en 2025 en los 2.300 dólares la onza.
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