Ahora que la investidura está cada vez más despejada, el Gobierno trabaja pensando en los Presupuestos Generales del Estado. Ya descuenta el apoyo del PSOE para hacer presidente a Mariano Rajoy, pero sacar adelante los cuentas del año que viene va a ser otra historia. De hecho, el PSOE pretende convertir los PGE en el primer campo de batalla contra el PP, lo que obligará a los ‘populares’ a buscar los apoyos en Ciudadanos, el PNV, Coalición Canaria e incluso los ocho diputados de la antigua Convergencia.
Y ya se ha puesto a trabajar en ello. Este jueves, el Partido Popular aceptó incluir una enmienda del PNV en la modificación de Ley de Estabilidad que ha aprobado en el Congreso para poder sacar adelante los nuevos objetivos de déficit y que las comunidades puedan elaborar sus presupuestos del año que viene. La enmienda autoriza a Adif y Sepes a formalizar las 'comfort letters' -una clase de garantía escrita- para avalar a la empresa pública Bilbao Ría 2000.
Se ha introducido otra enmienda transaccionada con otras las formaciones, pero para corregir una modificación del decreto sobre el cambio de Sociedades y evitar que afecte a Canarias, Ceuta y Melilla. El propio PP había planteado esta enmienda transaccionada y parece más justificada. El hecho de que además de ésta, se haya colado la enmienda del PNV apunta a que el Partido Popular ya está trabajando el apoyo de la formación vasca.
El propio Pedro Azpiazu, diputado del PNV, explicó durante el pleno del jueves que la tramitación del cambio en la Ley de Estabilidad era la única oportunidad de la formación para conseguir sacar adelante la enmienda, porque es casi imposible que haya una nueva Ley de Presupuestos antes de que acabe el año. La situación dejaba en el aire el aval de Bilbao Ría 2000 y podría suponer un problema funcional. Así ha conseguido los apoyos.
El PP tendrá que hacer muchas más concesiones si quiere sacar adelante las cuentas
Pero esta enmienda es solo es el principio. El Partido Popular tendrá que hacer muchas más concesiones si quiere superar el primer gran obstáculo que se encontrará cuando empiece a andar la legislatura. El PP suma con los 32 diputados de Ciudadanos y el de Coalición Canaria 170 votos, por lo que también estará obligado a buscar el concurso de los nacionalistas vascos y de otro grupo pequeño. La antigua Convergencia tiene 8 representantes y ERC, 9. Si consiguen superar el debate de totalidad, el resto será mucho más sencillo.
Y en el Senado la tramitación será rápida, puesto que el PP conserva la mayoría absoluta de la última legislatura. Solo introducirá enmiendas si quiere corregir algo del Congreso, aunque cualquier cambio en la Cámara Alta tendrá que ser refrendado de nuevo en la Cámara Baja, donde la situación no es tan sencilla. En cualquier caso, si la investidura se despeja este mismo mes, parece factible que el PP consiga tener el Presupuesto listo para principios de año.
Y mucho más difícil será conseguir el apoyo de los grupos para el recorte de más de 5.000 millones que reclama Bruselas
Y después tendrá que pasar por Bruselas. El Gobierno ya envió el pasado sábado el Plan Presupuestario de 2017, pero sin cambios de política económica. Sí daba algunos detalles como la subida de las pensiones en un 0,25% y la prórroga del Impuesto de Patrimonio, pero es posible que las partidas planteadas sean revisadas cuando se elaboren las nuevas cuentas. Además, las autoridades comunitarias esperan un ajuste de más de 5.000 millones para cuadrar las cuentas.
Ése será, de hecho, una de las mayores dificultades que tendrá que afrontar el Gobierno en los próximos meses. Conseguir el apoyo a las cuentas será difícil, pero mucho más va a ser obtener el beneplácito de los grupos para meter la tijera. Este jueves casi toda la Cámara apoyó la modificación del Impuesto de Sociedades para elevar la recaudación en 8.300 millones, pero es uno de los pocos cambios fiscales con los que pueden estar de acuerdo la mayor parte de los grupos. Subir el IVA, como quiere la Comisión, va ser mucho más difícil.
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