Economía

La escalada del precio del aceite dispara el mercado ilegal de las mafias: ya genera más de 1.500 M, la mitad del total

Según datos de EUIPO, en Europa el mercado legal del aceite de oliva general 3.000 M de euros y el ilegal 1.500 M. El beneficio de las mafias no para de crecer por la escalada de los precios

El aceite de oliva es, más que nunca, oro líquido. Pero ya no sólo por el valor culinario, sino también por el económico: no es desconocido para nadie que los precios están disparados. Y en este contexto, la 'mafia del aceite' está creciendo casi en la misma proporción. Según los datos de EUIPO, en Europa el mercado legal del aceite de oliva general 3.000 millones de euros y el ilegal 1.500 millones, exactamente la mitad. Esta cifra del dinero generado en el mercado fraudulento no muestra un retrato actualizado del problema, que en los últimos tiempos ha sufrido un alarmante agravamiento.

Fabián Torres, director de desarrollo de SICPA, la mayor multinacional de soluciones y tecnologías contra la falsificación, fraude y piratería, explica a Vozpópuli en qué consiste este problema que está afectando al mercado del aceite en los últimos meses. "La escalada del precio ha creado el escenario perfecto para introducir en los mercados productos adulterados o de procedencia dudosa, que no sólo ponen en riesgo la credibilidad de las empresas y la salud de los consumidores, sino que también degradan la imagen exterior de la Marca España".

Las mafias y las empresas fraudulentas roban el aceite en alguno de los procesos de producción, lo manipulan (lo mezclan con otros, ponen falsas etiquetas para hacer creer que es AOVE cuando es de calidad inferior, o incluso utilizan otros productos para abaratarlo) y lo venden así a un precio mucho menor que el del mercado oficial (aunque mucho mayor de lo que realmente vale). Así, sacan millones de euros en el mercado negro, porque "a mayor precio, mayor posibilidad de ganar".

"El hecho de que las mafias hayan conseguido apoderarse de una gran parte del mercado, destruyendo la integridad de las cadenas de suministro y la confianza del cliente, afecta especialmente a productos con denominación de origen como el aceite de oliva", agrega Torres. Y España es uno de los países que peor parado sale en aumento del tráfico ilegal en el mercado de la alimentación: según los datos de EIT Food, organización alimentaria no gubernamental que cuenta con el apoyo de la Unión Europea, España es el país comunitario con más fraude alimentario en sus productos de origen, por delante de Italia y Países Bajos

Sobre si otro tipo de aceites se ven 'perjudicados' por el aumento de las mafias, desde SICPA explican que el producto 'víctima' de más tráfico en el aceite de oliva. "Con otros aceites como girasol no ocurre, porque no son caros. El litro de aceite de oliva está tan caro que la gente sí que paga por uno más barato; pero el aceite de girasol u otros que sirven para cocinar, por ahora no. Sí que hay fraudes, por ejemplo, con aceites para coche, donde incluso lo mezclan con alquitrán para poderlo vender más barato".

Soluciones para la mafia del aceite

El fraude, del aceite de oliva en concreto, es una preocupación cada vez más grande para consumidores, gobiernos y productores, no solo por el gasto económico y la degradación de la economía, sino también porque puede ir acompañado una calidad muy inferior y de la presencia de materiales nocivos o peligrosos que pueden poner en riesgo la salud de los consumidores. En este contexto, acabar con él es una tarea fundamental y proteger a este sector, especialmente sensible ante el comercio ilegal, porque le cuesta miles de millones de euros al año, es más necesario que nunca.

"Hay que abordar el problema de raíz", señalan desde SICPA. Para ello, hay que implantar sistemas de control fiables para garantizar la cadena de producción y de distribución, a través, sobre todo, de herramientas tecnológicas eficaces. Entre las principales soluciones, desarrolladas fundamentalmente por SICPA, destacan las etiquetas de seguridad con códigos QR, que son "una barrera de falsifición".

Los sistemas de control y las soluciones de marcación y de trazabilidad para garantizar la procedencia y el destino final de los productos han sido diseñados para garantizar el origen legítimo de un producto, protegiéndolo con medidas de seguridad que van desde logos y marcas de seguridad difíciles de replicar o imitar, hasta modernas etiquetas de seguridad craquelables, que son capaces de garantizar la legitimidad y la no manipulación del producto.

Por último, Torres lanza un aviso: "El peor top manta es internet. Ahí es donde está la verdadera lucha, ya que encontramos una inmensidad de productos que no sabemos quién está detrás. Los clientes aquí tienen un papel importantísimo: que nunca se fíen de un aceite barato que vean por Internet, que sospechen primero. Ellos también pueden acabar con la mafia del fraude".

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