Economía

El 'espejismo' estadístico de la inflación: los precios han subido un 1,3% desde enero

Aunque la tasa anual del IPC ha registrado una significativa mejora en marzo, los precios no están bajando. De hecho, la cesta de la compra está más cara ahora que en cualquier otro momento de la crisis inflacionista

Marzo ha traído consigo mensajes positivos sobre la inflación, pero la letra pequeña del IPC invita a la cautela. Lo cierto es que aunque la tasa anual del IPC ha registrado una significativa mejora (ha pasado del 6% al 3,3% que es, como destaca el Gobierno, tres veces inferior a la de hace un año), en términos generales los precios no están bajando. De hecho, la cesta de la compra está más cara ahora que en cualquier otro momento de la crisis energética e inflacionista.

En concreto, si nos ceñimos al IPC general (que engloba todo tipo de bienes y servicios, desde la factura de la luz y el gas, hasta la compra en el supermercado, el taller del coche, la ropa, los restaurantes o los hoteles), lejos de bajar, ha subido un 1,3% a lo largo de los meses de febrero y marzo. Y si eliminamos los elementos más volátiles (alimentos frescos y energía), el repunte se eleva al 1,4%.

Esto evidencia que la vida de los consumidores ha seguido encareciéndose y el punto en el que se encuentra ahora nada tiene que ver con el de hace dos años. Si comparamos el nivel de los precios actuales con los que teníamos en enero de 2021, antes de la crisis inflacionista, los españoles pagamos por el conjunto de la cesta del IPC un 14% más. Si nos ceñimos a la subyacente, la subida acumulada es de casi el 12% (11,6%).

Lo que sí es cierto es que la subida muestra ya signos de desaceleración. En marzo los precios subieron un 0,4% respecto a febrero, mientras que en febrero lo hicieron un 0,9%. En todo caso, veníamos de meses de estancamiento o incluso ligeros descensos, así que la evolución del último trimestre no ha sido positiva. Menos aún si nos fijamos sólo en la subyacente, donde los precios encadenan dos meses de subidas consecutivas del 0,7%.

Además, no se descartan más repuntes en los próximos meses, en la medida en que los supermercados, donde se concentra ahora el mayor problema de precios, todavía no han trasladado toda la subida de costes que se sufrió hace un año en el primer eslabón de la cadena, tal y como han explicado el Banco de España y el propio Gobierno.

En este sentido, podría ocurrir que en abril, donde el efecto base seguirá tiendo peso pero no será tan significativo (los precios bajaron en abril de 2022 respecto a marzo un 0,2%), las tasas anuales vuelvan a crecer. Un escenario de volatilidad en el que es importante poner el foco en el propio índice para ver en qué punto están realmente los precios y si siguen o no subiendo mes a mes.

Resistencia de los alimentos

A falta de conocer el desglose del IPC en marzo por bienes y servicios, la categoría que más se resiste a bajar es la de los alimentos. En febrero, el último dato disponible, los precios de los alimentos crecieron en términos anuales un 16,6%. El BdE prevé un repunte medio en los precios de los supermercados del 12,2% en 2023. De confirmarse, será la mayor subida en cuatro décadas.

A diferencia de lo que ocurrió en 2022, el Banco de España asegura que ahora se están observando "presiones desinflacionistas" en las cadenas de valor (fundamentalmente por la bajada en los precios energéticos), pero, como se explicaba antes, tardan al menos un año en trasladarse al precio final de los productos.

Por esta razón, el BdE proyecta una fuerte bajada en la inflación de los alimentos para 2024, desde el 12,2% hasta el 4,6%. Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística, vaticinó que "en 2024 los efectos inflacionarios ya serán pequeños porque ya se habrán trasladado todas las subidas de costes y empezarán a entrar en funcionamiento los efectos desinflacionarios en algunas cadenas de valor, materias primas y precios industriales".

Aunque el pico se alcanzaría este 2023, en 2024 el BdE también espera ahora una inflación alimentaria mayor de la que auguraba hace tres meses, y ha elevado la media del 2,6% al 4,6%. Para 2024 proyectan un repunte del 2,9%. Esto se traduce en que los precios que pagan los ciudadanos en el supermercado no van a bajar en el medio plazo, pero las subidas sí se van a moderar tras batir récords dentro de esta crisis inflacionista a lo largo de este año.

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