El precio de la luz es más barato en estos meses de confinamiento, pero la factura que pagan los consumidores no cae con la misma fuerza. El aumento del consumo en los hogares y los contratos de precio fijo que tienen la gran mayoría de las familias harán que este escenario pase desapercibido en su gasto por esta partida.
La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) ofrecía este viernes una estimación que señala que, desde el 13 de marzo de 2020 hasta el 14 de abril, la factura media fue de 38,79 euros, mientras que en el mismo periodo del año pasado fue de 46,59 euros. Esto supone una caída del 16,74% respecto a 2019 y del 4,13% comparado con 2018.
El cálculo que realiza la CNMC tiene en cuenta que ambos años se ha consumido la misma cantidad de energía en cada hogar y que los consumidores están acogidos a la tarifa regulada PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor).
Dos factores que no aparecerán en la mayoría de las facturas. En primer lugar, porque las cifras que ofrecen la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y algunas consultoras energéticas apuntan que el consumo eléctrico se ha disparado por encima del 20% en el confinamiento.
Por otro lado, la mayoría de los hogares no están acogidos al PVPC. Los expertos del agregador energético Grupo ASE estiman que cerca de un 35% de los consumidores disfrutan de este precio regulado. Es decir, un 65% de las familias españolas tienen un precio fijo contratado en mercado libre hace meses y su factura recoge la tarifa que se fija en el momento de la firma del contrato. Esta parte de la población no se beneficia de las bajadas momentáneas de la luz ni tampoco de las subidas cuando se producen.
¿Por qué la luz es más barata?
El desplome del 17% que indica la CNMC se produce por diversos factores. "Se debe en gran medida a que el parón de la economía ha provocado una caída de la demanda y ésta se ha satisfecho con mayor proporción de renovables y empleando gas natural y derechos de emisión de CO2 más baratos, resultando en un precio del mercado mayorista menor", explica la responsable de Energía de FTI Consulting España, Blanca Perea.
Tampoco hay que olvidar que en el caso de que un hogar tenga una tarifa regulada y haya logrado consumir lo mismo que en 2019, su factura no caerá un 17%. Esta variable representa una parte de la factura total, a la que hay que sumar peajes e impuestos.
El consumo, sin duda, tendrá más peso que el precio de la luz en aquellos consumidores que puedan beneficiarse de la caída. "Hemos estado más en casa, en general, hemos usado más el ordenador, hemos puesto más el lavaplatos y la calefacción... por lo que al final la factura podría haber subido, a pesar de que el precio unitario sea inferior", concluye Blanca Perea.