La economía española está el doble de expuesta que Francia, Alemania o la media de la Eurozona a la subida de los precios energéticos por la guerra en Ucrania. Según el Banco de España (BdE), un incremento del 10% del precio del gas y del petróleo durante un año haría caer el escenario central del Producto Interior Bruto (PIB) en nuestro país en cerca de 0,20 puntos porcentuales. En Francia y Alemania, la desviación no alcanzaría los 0,10 puntos porcentuales.
El organismo explica en un documento publicado este martes que los países están expuestos, en mayor o menor medida, a la dependencia energética de Rusia y Ucrania. En el contexto de las sanciones, los efectos indirectos también pueden ser elevados. Y, además, "los hogares y empresas experimentarán dificultades para anticipar los desarrollos económicos futuros, en particular sobre sus rentas, lo que pesará sobre sus decisiones de consumo e inversión".
El problema se agrava cuando se observa la evolución de la inflación en los distintos países, pues los precios energéticos repuntaron en España un 44% en febrero respecto al mismo mes del año anterior, mientras que en Francia y Alemania crecieron un 22%, según Eurostat. Es decir, que no sólo el impacto del encarecimiento de la energía es mayor en nuestra economía, tal y como asegura el BdE, sino que además los precios de estos suministros crecen más en España que en los otros dos países.
Mayores subidas de precios
El BdE reconoce que el repunte de la inflación ha sorprendido al alza tanto por su intensidad como por su persistencia. Si se tiene en cuenta únicamente el gas y la electricidad (cuyo precio está vinculado al del gas), los españoles sufrieron una subida casi cuatro veces mayor que franceses y alemanes, tal y como publicó Vozpópuli. En febrero, estos dos componentes del Índice de Precios de Consumo (IPC) subieron un 62% en España respecto al mismo mes del año anterior, mientras que en Francia y Alemania sólo crecieron un 17%.
La electricidad ya era más cara en España que en Francia o Alemania al inicio de esta crisis energética, pero los datos reflejan que ahora las subidas también están siendo mucho más acusadas en nuestro país. En Francia, hay una gran influencia de la producción nuclear que estabiliza los precios de los hogares y la industria, mientras que en Alemania tiene más peso los contratos a largo plazo, menos dependientes de la volatilidad diaria del mercado y orientados a la baja. Dos aspectos que condicionan que la formación de precios eléctricos en estos dos países sea más favorable.
En el caso de los carburantes para transporte, las subidas son más homogéneas en la grandes economías del euro. Según un análisis de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), en España los precios de los combustibles repuntaron un 29% en febrero, igual que en Alemania. En Francia e Italia crecieron algo menos, un 28% y 24%, respectivamente.
Con todo, el diferencial de la inflación armonizada de España (7,6%) y la Eurozona (5,9%) es de 1,7 puntos, según la última estadística de Eurostat. Esta diferencia, que ya se experimentó en el mes de diciembre de 2021, no había sido tan acusada desde 2006, hace 15 años, amenazando la competitividad de las exportaciones de nuestro país. Y, según Funcas, se debe "exclusivamente" a la energía, y más concretamente a la electricidad y al gas.
El Banco de España también advierte que el impacto tendrá una incidencia muy heterogénea entre hogares y por sectores, en función de la proporción del consumo de gas, electricidad y otros combustibles sobre el gasto total o la producción. En un informe reciente, la OCDE señalaba, precisamente, que los hogares vulnerables, con menos recursos, están más expuestos a una subida de los precios de la energía y los alimentos en España que en Francia o Alemania.
El PIB no se recuperará este año
Los principales servicios de estudios españoles ya han revisado a la baja sus estimaciones de crecimiento para este año, dejándolo por debajo del 5%, y ven inviable que la economía española recupere los niveles previos a la pandemia en el contexto actual, marcado por la guerra en Ucrania, la espiral inflacionista y los problemas de suministros. De esta forma, las previsiones del Gobierno de crecer un 7% y volver al nivel previos a la pandemia este año quedarán en papel mojado.
"Para volver a los niveles precrisis este año, la economía tendría que crecer un 6,7%, algo que veo muy improbable en el contexto actual", explicaba hace unos días a Vozpópuli Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas. En la misma línea, Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos opinaba que la normalización de la economía se retrasará a 2023 fundamentalmente porque el consumo privado todavía está aproximadamente un 6% por debajo y el excedente bruto de explotación de las empresas también se encuentra aún muy mermado.
El Banco de España todavía no ha revisado sus previsiones, pero ha avanzado que "varios ejercicios de simulación internos del Banco de España sugieren que, en algunos escenarios particularmente acusados en relación con la gravedad y la duración del conflicto bélico, la pérdida de PIB debida a este canal podría ser significativa". "Es previsible que el shock energético tenga un impacto apreciable sobre la actividad, que dependerá de la intensidad y duración" del mismo, sentencia el BdE.